El trasplante hepático reclama reducir el impacto del VHC
'Los resultados con trasplante de hígado son muy buenos y han sobrepasado todas las marcas que se podían haber establecido en relación a su éxito', ha explicado Juan Carlos García-Valdecasas, del Hospital Clínico de Barcelona, añadiendo que aún hay que superar retos.
Enrique Mezquita. Valencia | 28/06/2011 00:00
Juan Carlos García-Valdecasas
El XVII Congreso de la Sociedad Internacional de Trasplante de Hígado (ILTS, por sus siglas en inglés), ha puesto de manifiesto en Valencia que este campo presenta excelentes resultados, aunque también se ha hecho hincapié en que está condicionado por dos grandes retos: la falta de órganos y el impacto del virus de la hepatitis C. Según ha explicado Juan Carlos García-Valdecasas, nuevo presidente de la ILTS y jefe del Servicio de Cirugía y responsable del programa de trasplantes y de la Unidad de Hígado del Hospital Clínico de Barcelona, 'los resultados con trasplante de hígado son muy buenos y han sobrepasado todas las marcas que se podían haber establecido en relación a su éxito'. En la práctica, ese éxito ha provocado que 'las indicaciones cada vez sean mayores y, por tanto, la accesibilidad a los órganos para trasplantar sea más compleja porque es mayor el número de pacientes pendientes'.
Según García-Valdecasas, catedrático de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, esta falta de órganos para llegar a todos los pacientes es el principal condicionante actual que presenta este campo. El segundo aspecto importante que ha citado en este ámbito es la incidencia y el impacto del virus de la hepatitis C y las complicaciones asociadas, como el hepatocarcinoma. 'Este virus no solamente condiciona las indicaciones de trasplante sino también los resultados. De hecho, a pesar de ser una de las indicaciones más frecuentes, es la que presenta peores resultados a largo plazo: la supervivencia a diez años en estos pacientes es inferior al resto de grupos'.
García-Valdecasas ha comentado que 'ello se debe a que el virus se mantiene en el hígado que hemos trasplantado y acaba dañando al paciente'. En este sentido, ha matizado que 'se prevé y calcula que este virus reduzca su incidencia, pero no antes del año 2020'.
Para paliar el problema de la escasez de órganos, García-Valdecasas ha señalado que la perspectiva más importante es 'aumentar de forma significativa el número de donantes', sobre todo a partir de dos líneas fundamentales. La primera implica mejorar el aprovechamiento de aquellos órganos que no se emplean porque 'no somos capaces de predecir si van a funcionar'. En su opinión, se trata de un objetivo muy importante porque representan 'alrededor de 400 hígados al año en España', una cifra que supone más de un tercio de los trasplantes de hígado que se hacen anualmente en nuestro país. El segundo campo de mejora es el de los donantes a corazón parado. 'Objetivamente es donde actualmente está la cuña para aumentar de forma significativa el número de donantes y poder trasplantar a más gente y, por ello, está adquiriendo cada vez más importancia'.
Recirculación
Dentro de las líneas para conseguir ese margen de mejora, García-Valdecasas ha apuntado la técnica de la recirculación normotérmica. 'Una vez declarado fallecido por parte del grupo de emergencias o los intensivistas del hospital, esperamos los cinco minutos que contempla la ley para confirmar esa declaración. Pasado ese plazo, le colocamos en posición para ser donante.
Se realiza a través de una bomba de bypass, parecida a la que empleamos en circulación extracorpórea, que permite recuperar la circulación y oxigenación y da la oportunidad a que los órganos, sobre todo los abdominales, tengan un cierto grado de recuperación'.
Desde que empezaron en el año 2000, de las más de cien veces que han ido a buscar órganos, sólo han colocado 35 hígados. Para mejorar ese porcentaje, se está trabajando en una nueva línea: 'Una vez extraído el hígado se sitúa en una bomba de perfusión ex situ y se comprueba que funciona'.
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