El origen del síndrome de Proteo se halla en 'AKT1' - DiarioMedico.com: "POR DELECIÓN DE UN NUCLEÓTIDO EN EL GEN
El origen del síndrome de Proteo se halla en 'AKT1'
La pérdida de un nucleótido en el oncogén AKT1 es el origen de una de las enfermedades raras más famosas, el síndrome de Proteo, que popularizó David Lynch con su película El hombre elefante.
Redacción | 28/07/2011 00:00
El síndrome de Proteo es una enfermedad rara, de la que apenas se conocen unos quinientos casos en todo el mundo. Recibe el nombre del dios griego que cambiaba de forma, pues quienes padecen este cuadro sufren un crecimiento esporádico del tejido óseo y la piel. Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Investigación en el Genoma Humano estadounidense (Nhrgi) ha desvelado el origen del síndrome, según refiere The New England Journal of Medicine en su edición electrónica.
Eric Green, director del Nhgri, afirma que 'esta enfermedad ha despertado la curiosidad médica y social durante décadas, pero hasta ahora no se había aportado una explicación biológica a su origen. Con este trabajo se podrían desarrollar nuevos tratamientos'.
La enfermedad aparece por la pérdida de un nucleótido del ADN en el gen AKT1, que activa el crecimiento tisular anómalo. A diferencia de lo que ocurre en otras enfermedades raras, la mutación en el gen se produce de forma espontánea durante el desarrollo embrionario; la gravedad del cuadro dependerá del momento en el desarrollo en que ocurra y en la parte del organismo afectada.
A partir de los dos años
Los neonatos con la mutación en el gen AKT1 se encuentran asintomáticos hasta los dos años; entonces, la mutación altera la capacidad de las células para regular su propio crecimiento, lo que da lugar a que unas partes del organismo se desarrollen de forma anómala. Este sobrecrecimiento irregular empeora con la edad y eleva la predisposición a que aparezcan tumores.
Hasta ahora, el diagnóstico clínico del síndrome se basaba en la observación de los pacientes, que además del sobrecrecimiento de las extremidades, se caracterizan por una diversidad de lesiones cutáneas y un estrechamiento en las plantas de los pies. Algunos pacientes también tienen complicaciones neurológicas, como retraso mental, convulsiones y pérdida de visión.
Los investigadores estudiaron la secuenciación del exoma completo del ADN en siete pacientes con el síndrome de Proteo; después analizaron a otros veinte individuos más, también afectados por el síndrome, para constatar que la misma variante genética se encontraba en un 90 por ciento de los pacientes. Los investigadores sospechan que los casos de individuos donde no se ha detectado la mutación pueden en realidad presentarla, pero a niveles bajos, o bien en tejidos diferentes a los biopsiados para el estudio. Por el contrario, la deleción genética no se ha detectado en los más de 400 sujetos analizados, ni en miles de secuencias de ADN tomadas de bases de datos sobre genomas públicos.
El oncogén AKT1 se ha asociado con el crecimiento descontrolado que se produce en el cáncer; de hecho, la variante que causa el síndrome de Proteo forma parte de la cascada de mutaciones que promueven la metástasis; además, diversas mutaciones en AKT1 se encuentran en un dos por ciento de las muestras tumorales. En el cáncer, la mutación en el oncogén aparece en un número limitado de células normales de determinado órgano, mientras que en el síndrome de Proteo, al ocurrir en el desarrollo embrionario, el impacto de la mutación alcanza la formación de diversos órganos y tejidos.
Leslie Biesecker, jefe de la Rama de Enfermedades Genéticas del Nhgri, incide en que 'ahora tenemos más posibilidades de desarrollar un fármaco que controle el sobrecrecimiento y retrase la progresión de la enfermedad'; un mecanismo de acción aplicable potencialmente en el cáncer. Los autores esperan contrastar estos resultados en el paciente con el síndrome de Proteo más famoso de la historia: Joseph Merrick, cuya vida en el Londres del siglo XIX inspiró la película El hombre elefante; los huesos de Merrick se conservan en el Hospital Real londinense. Ahora servirán para confirmar su enfermedad mediante un diagnóstico genético.
(NEJM. Doi: 10.1056/ NEJMoa1104017).
Clínica en un niño de doce años
La imagen A muestra las manifestaciones ortopédicas graves de este paciente, que incluyen escoliosis, sobrecrecimiento de la pierna izquierda y dismorfia en el esqueleto. Las imágenes B y C también muestran la malformación característica de crecimiento anómalo tisular en forma de cerebro, en la mano, y anomalías cutáneas, que se observan en el pie.
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