Usar balones de contrapulsación intra-aórtica antes de una angioplastía no reduce el daño del músculo cardiaco - DiarioMedico.com: GRAN ÉXITO EN PACIENTES CON MAYOR RIESGO
Usar balones de contrapulsación intra-aórtica antes de una angioplastía no reduce el daño del músculo cardiaco
Insertar un balón de contrapulsación intra-aóritca (IABP, en sus siglas en inglés) antes de realizar una angioplastía en pacientes con infarto de miocardio agudo no reduce el daño del músculo cardiaco, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Estados Unidos y publicado en la edicción online de The Journal of the American Medical Association (JAMA).
Redacción | 30/08/2011 14:15
El IABP aumenta el suministro de sangre al corazón, lo que reduce su trabajo. Manes Patel, principal investigador de este trabajo, afirma que "los estudios en animales sugieren que su inserción antes de practicar una angioplastía reduciría la carga de trabajo del corazón y, por lo tanto, el riesgo de infarto. Pero al probarlo en personas no dió resultado.
El estudio Crisp IAM incluyó a pacientes con infarto de miocardio con elevación del segmento ST (STEMI) sin impacto en las seis horas del inicio del dolor en el pecho y que fueron sometidos a una intervención coronaria percutánea primaria (PCI). De los 337 enfermos examinados, 161 fueron elegidos aleatoriamente para recibir un balón de contrapulsación intra-aórtica antes de someterse a la intervención quirúrgica y, los 176 restantes recibieron estándares de cuidado (SOC).
Los resultados apenas revelaron diferencias entre ambos grupos en cuanto a la cantidad de infartos. 30 días después, cinco pacientes con IBAC (3,1 por ciento) frente a tres con SOC (1,7 por ciento) sufrieron una hemorragia grave. Respecto a las complicaciones vasculares, siete pacientes con IBAC (4,3 por ciento) frente a dos enfermos con SOC (1,1 por ciento) las padecieron. A los seis meses, murieron tres pacientes del grupo IABC (1,9 por ciento) frente a nueve del grupo SOC (5,2 por ciento).
Los autores concluyen que "el resultado global de los pacientes con mayor riesgo fue un éxito. El grupo IABC presentó un cinco por ciento menos de mortalidad, cifras difíciles de mejorar." El infarto agudo de miocardio supone 1,5 millones de hospitalizaciones anuales y la mortalidad se sitúa entorno al seis y 15 por ciento. En el último, se produjero en un 38 por ciento en las mujeres mientras que en los hombres la cifra rondó el 25 por ciento.
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