EFICACIA DE LOS INHIBIDORES DEL FACTOR XA
Los nuevos anticoagulantes cambiarán el manejo de la fibrilación auricular
Con una asistencia de 32.946 participantes, ayer se clausuró el Congreso Anual de la Sociedad Europea de Cardiología, que se ha celebrado en París, donde la participación española ha sido destacada. Los nuevos anticoagulantes marcarán una nueva era en el tratamiento de la fibrilación auricular, aunque hay que esperar a tener resultados definitivos.
Clara Simón Vázquez. París | 01/09/2011 00:00
José Luis Zamorano explica las ventajas de los nuevos anticoagulantes.
El tratamiento de la fibrilación auricular cambiará radicalmente, según los resultados de los estudios de dos inhibidores del factor Xa que se han presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se clausuró ayer en París.
La warfarina y el Sintrom son tratamientos ya clásicos que han hecho que la enfermedad embólica haya bajado de 7 por ciento al 1,6 por ciento. "El problema es que se pueden ir de dosis, y hay riesgo de hemorragia, o puede ocurrir lo contrario. Además, hay que contar con que un alto porcentaje de pacientes tienen picos de control", ha apuntado a Diario Médico José Luis Zamorano, jefe de la Unidad de Imagen del Instituto Cardiovascular del Hospital San Carlos, de Madrid, que es el coordinador nacional del estudio Engage del grupo TIMI de Harvard. Dicho ensayo, en fase III, analiza la eficacia y seguridad de edoxabán, desarrollado por Daiichi-Sankyo.
Estudios previos llevados a cabo con los inhibidores del factor Xa demuestran que inhibir dicho factor es muy eficaz. El estudio Engage ha elegido pacientes con diferentes riesgos. Así, "en el estudio Aristoteles, llevado a cabo con apixabán, otro inhibidor del factor Xa, se ha visto que los ictus que más han descendido han sido los hemorrágicos. Se seleccionaron pacientes de alto riesgo, es decir, aquéllos que tienen más riesgo embólico y, por lo tanto, necesitarán una anticoagulación más potente. Por eso, es bueno disponer de lo que tiene el estudio Engage: varias dosis; una de 30 mg y otra de 60 mg, para poder administrarlas en función del perfil de cada paciente".
Zamorano ha apuntado que, si se logra demostrar que con una dosis más alta se obtienen más beneficios y se producen menos embolias, sin aumentar las hemorragias, sería el ideal de tratamiento anticoagulante. Por el momento "la idea es buena, pero hay que demostrarla".
En el Engage se están variando las dosis. Desde el principio los coordinadores se plantearon modificarlas, "ya que esto es la vida misma. El paciente no está siempre con la misma dosis de otros fármacos ni con la misma situación. Por eso, se ajustan en función de la situación del paciente y de acuerdo a cómo evoluciona su enfermedad". En el citado estudio, aleatorizado y doble ciego, se han incluido más de 21.000 pacientes con fibrilación auricular de 46 países y en un par de años se espera tener los resultados definitivos.
Otra de las preguntas que se plantea es a qué pacientes hay que administrar los nuevos anticoagulantes. "En este escenario hay que valorar muchos factores, entre los que se encuentran los económicos, pero no podemos olvidar los recursos empleados en las revisiones periódicas de los pacientes tratados con warfarina".
Innovación
Pero Zamorano piensa que es un gran avance en la innovación farmacológica y lo compara con la aparición de las estatinas. No obstante, aún queda un periodo de convivencia; "tendremos pacientes tratados con warfarina y con los nuevos anticoagulantes".
Uno de los puntos en los que hay que incidir y que ha destacado Zamorano es en la educación del paciente y que sea consciente de su situación y acuda a los controles necesarios. En este sentido, los médicos de primaria tienen un papel esencial. "Estos fármacos entrarán por la cardiología, veremos a qué pacientes hay que tratar, pero en unos años estarán en primaria".
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