La inmersión supera al aula para el dominio de una lengua extranjera, según un estudio
De cualquier forma, el cerebro parece consolidar el nuevo idioma con el tiempo, hallan los investigadores
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Traducido del inglés: jueves, 29 de marzo, 2012
El nuevo estudio amplía hallazgos anteriores publicados el año pasado, que revelaron que los programas de inmersión en idiomas extranjeros son más eficaces que las típicas clases en aulas para enseñar a los adultos un segundo idioma. Ese tipo de exposición funciona al ayudar a los estudiantes adultos de lenguas extranjeras a lograr los mismos patrones cerebrales que los hablantes nativos.
"En los últimos años, la investigación ha comenzado a sugerir que los adultos que aprenden un idioma extranjero llegan a depender de los mismos mecanismos cerebrales que los hablantes nativos del idioma, y que esto podría ser así incluso para las partes del idioma extranjero que son particularmente difíciles de aprender, como la gramática", explicó en un comunicado de prensa del Centro Médico de la Universidad de Georgetown Michael Ullman, profesor de neurociencia del centro e investigador principal de los estudios. "Lo confirmamos en nuestros estudios".
Para identificar y comparar patrones cerebrales tras distintos tipos de exposición a un lenguaje extranjero, los investigadores primero crearon un lenguaje que consistía solo de trece palabras. Se enseñó el lenguaje artificial a adultos angloparlantes usando una técnica de aula con mucha explicación sobre gramática o un método de inmersión que utilizaba ejemplos.
Los hallazgos iniciales, publicados en la edición en línea de agosto de 2011 de la revista Journal of Cognitive Neuroscience, revelaron que ambos métodos de enseñanza ayudaban a los adultos a lograr la suficiencia en el nuevo idioma. Sin embargo, las dos técnicas activaban distintos mecanismos del cerebro.
"Solo la capacitación por inmersión llevó a un procesamiento cerebral de la gramática como el de los nativos", anotó Ullman. "Así que si uno aprende un idioma, puede llegar a usar los procesos cerebrales nativos del lenguaje, pero quizás necesite inmersión en lugar de exposición en el aula".
En el nuevo estudio, que aparece en la edición en línea del 28 de marzo de la revista PLoS ONE, los investigadores examinaron si los adultos podían conservar su suficiencia en un segundo idioma, aunque no se vieran expuestos a éste con regularidad. Tras aprender el idioma artificial, los participantes originales del estudio recibieron un examen sorpresa de seguimiento cinco meses más tarde, en promedio.
"Para nuestra sorpresa, los participantes en realidad se hicieron más como los nativos en su procesamiento cerebral de la gramática", apuntó Ullman. "Y esto sucedió tanto en el grupo de aula como en el de inmersión, aunque como antes solo el grupo de inmersión mostró un procesamiento completamente como el de los nativos".
Los autores del estudio sugirieron que aprender un nuevo idioma es como aprender a montar bicicleta o a tocar un instrumento. Con el tiempo, las memorias se solidifican en el cerebro, explicaron.
"Los mecanismos cerebrales del idioma nativo claramente se adaptan bien al idioma, así que llegar a usarlos es un logro esencial para los que aprenden un idioma extranjero", concluyó Ullman. "Sospechamos que esto podría llevar a una mejor retención del idioma además de una mayor suficiencia con el tiempo".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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