Estudios arrojan resultados mixtos sobre uso antidepresivos para sofocos
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_124420.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 07/22/2012)Traducido del inglés: lunes, 23 de abril, 2012
Por Amy Norton
NUEVA YORK (Reuters Health) - Nuevos hallazgos sugieren que el antidepresivo Lexapro aliviaría los sofocos femeninos, lo que se suma a la evidencia contradictoria sobre el efecto del fármaco en los síntomas de la menopausia.
El estudio, sobre 205 mujeres, reveló que aquellas asignadas al azar para tomar Lexapro (escitalopram) durante ocho semanas reportaron menos "interferencia" diaria por parte de sus sofocos.
Comparadas con las mujeres que recibieron píldoras de placebo, las pacientes tratadas con el antidepresivo dijeron que los sofocos estaban perjudicándolas menos en su trabajo, sus actividades diarias, su sueño y su humor general.
No obstante, las mujeres que recibieron placebo también mejoraron con el tiempo.
Los resultados provienen del mismo ensayo clínico que, el año pasado, mostró que Lexapro reducía a la mitad la cantidad de sofocos que las mujeres tenían por día.
Sin embargo, meses más tarde, otra investigación demostró que no existía tal beneficio. En dos ensayos con 36 mujeres, los investigadores hallaron que Lexapro no disminuía la cantidad o la severidad de los sofocos durante ocho semanas de uso.
"Las diferencias entre los grupos bajo tratamiento activo y placebo son muy pequeñas", dijo Robert Freedman, profesor de psiquiatría de la Wayne State University en Detroit.
En general, los estudios sobre remedios para los sofocos durante años "prácticamente siempre han hallado un gran efecto placebo", indicó Freedman en una entrevista.
Eso podría significar que los sofocos de las participantes de los estudios sólo mejoran por el paso del tiempo, algo que suele pasar.
"Pero mi sensación es que se trata del efecto placebo", dijo Freedman al referirse al fenómeno en que los participantes que consumen placebo mejoran porque creen que están recibiendo un tratamiento real.
Los sofocos, que afectan fundamentalmente a las mujeres durante el tránsito de la menopausia o luego de ella, consisten en una sensación repentina de calor, a veces acompañada de sudoración o enrojecimiento visible de la piel.
Se desconoce su causa exacta, pero se cree que la regulación hormonal de la temperatura corporal está involucrada en el asunto.
Los sofocos pueden suceder varias veces por día y estudios previos han indicado que pueden durar por siempre o desaparecer pocos meses o hasta 10 años después de su aparición.
Hasta el momento, el único tratamiento para los sofocos que ha funcionado bien en estudios es la terapia de reemplazo hormonal (TRH), dijo Freedman.
Y actualmente la TRH es el único tratamiento aprobado en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés).
Pero las mujeres y los médicos son reticentes a la TRH por estos días, dado que en un ensayo clínico del 2002 se relacionó al tratamiento hormonal con mayor riesgo de desarrollar ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, cáncer de mama y coágulos sanguíneos.
Por eso, los investigadores están buscando alternativas, como es el caso del estudio del funcionamiento de los antidepresivos sobre los sofocos.
Freedman dijo que la investigación general sobre antidepresivos y sofocos aún es inconsistente. "En general, el panorama no es optimista", expresó.
Actualmente ningún antidepresivo está aprobado para tratar los sofocos, pero en Estados Unidos los médicos pueden recetar fármacos para "usos no contemplados" en el prospecto.
No obstante, los sofocos no suelen necesitar ninguna terapia farmacológica.
Si no son severos, los expertos señalan que simples pasos pueden ser suficientes, como evitar comidas calientes y picantes, apagar la estufa o probar técnicas de relajación, como yoga o meditación.
Hay varios productos herbáceos o "naturales" que se comercializan para aliviar los síntomas de la menopausia, aunque aún hay poca evidencia de su funcionamiento según la Sociedad Norteamericana de la Menopausia.
FUENTE: Fertility & Sterility, online 4 de abril del 2012, y Menopause, online 19 de marzo del 2012
NUEVA YORK (Reuters Health) - Nuevos hallazgos sugieren que el antidepresivo Lexapro aliviaría los sofocos femeninos, lo que se suma a la evidencia contradictoria sobre el efecto del fármaco en los síntomas de la menopausia.
El estudio, sobre 205 mujeres, reveló que aquellas asignadas al azar para tomar Lexapro (escitalopram) durante ocho semanas reportaron menos "interferencia" diaria por parte de sus sofocos.
Comparadas con las mujeres que recibieron píldoras de placebo, las pacientes tratadas con el antidepresivo dijeron que los sofocos estaban perjudicándolas menos en su trabajo, sus actividades diarias, su sueño y su humor general.
No obstante, las mujeres que recibieron placebo también mejoraron con el tiempo.
Los resultados provienen del mismo ensayo clínico que, el año pasado, mostró que Lexapro reducía a la mitad la cantidad de sofocos que las mujeres tenían por día.
Sin embargo, meses más tarde, otra investigación demostró que no existía tal beneficio. En dos ensayos con 36 mujeres, los investigadores hallaron que Lexapro no disminuía la cantidad o la severidad de los sofocos durante ocho semanas de uso.
"Las diferencias entre los grupos bajo tratamiento activo y placebo son muy pequeñas", dijo Robert Freedman, profesor de psiquiatría de la Wayne State University en Detroit.
En general, los estudios sobre remedios para los sofocos durante años "prácticamente siempre han hallado un gran efecto placebo", indicó Freedman en una entrevista.
Eso podría significar que los sofocos de las participantes de los estudios sólo mejoran por el paso del tiempo, algo que suele pasar.
"Pero mi sensación es que se trata del efecto placebo", dijo Freedman al referirse al fenómeno en que los participantes que consumen placebo mejoran porque creen que están recibiendo un tratamiento real.
Los sofocos, que afectan fundamentalmente a las mujeres durante el tránsito de la menopausia o luego de ella, consisten en una sensación repentina de calor, a veces acompañada de sudoración o enrojecimiento visible de la piel.
Se desconoce su causa exacta, pero se cree que la regulación hormonal de la temperatura corporal está involucrada en el asunto.
Los sofocos pueden suceder varias veces por día y estudios previos han indicado que pueden durar por siempre o desaparecer pocos meses o hasta 10 años después de su aparición.
Hasta el momento, el único tratamiento para los sofocos que ha funcionado bien en estudios es la terapia de reemplazo hormonal (TRH), dijo Freedman.
Y actualmente la TRH es el único tratamiento aprobado en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés).
Pero las mujeres y los médicos son reticentes a la TRH por estos días, dado que en un ensayo clínico del 2002 se relacionó al tratamiento hormonal con mayor riesgo de desarrollar ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, cáncer de mama y coágulos sanguíneos.
Por eso, los investigadores están buscando alternativas, como es el caso del estudio del funcionamiento de los antidepresivos sobre los sofocos.
Freedman dijo que la investigación general sobre antidepresivos y sofocos aún es inconsistente. "En general, el panorama no es optimista", expresó.
Actualmente ningún antidepresivo está aprobado para tratar los sofocos, pero en Estados Unidos los médicos pueden recetar fármacos para "usos no contemplados" en el prospecto.
No obstante, los sofocos no suelen necesitar ninguna terapia farmacológica.
Si no son severos, los expertos señalan que simples pasos pueden ser suficientes, como evitar comidas calientes y picantes, apagar la estufa o probar técnicas de relajación, como yoga o meditación.
Hay varios productos herbáceos o "naturales" que se comercializan para aliviar los síntomas de la menopausia, aunque aún hay poca evidencia de su funcionamiento según la Sociedad Norteamericana de la Menopausia.
FUENTE: Fertility & Sterility, online 4 de abril del 2012, y Menopause, online 19 de marzo del 2012
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