miércoles, 25 de abril de 2012

Nueva guía clínica europea para carcinoma hepatocelular - DiarioMedico.com

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Nueva guía clínica europea para carcinoma hepatocelular

Las líneas maestras de la nueva guía europea de práctica clínica sobre el manejo del carcinoma hepatocelular establecen pautas basadas en la evidencia diaria y en función del estado del paciente. Otorgan además un papel preferente al agente biológico sorafenib.
Javier Granda Revilla   |  24/04/2012 00:00

 
 
Barcelona El carcinoma hepatocelular es la tercera causa de mortalidad por cáncer, con más de 750.000 nuevos casos anuales en el mundo. Las estimaciones son que en 2020 la cifra alcanzará los 78.000 en Europa y los 27.000 en Estados Unidos frente a 65.000 y 21.000 del año 2008, respectivamente. Por este motivo, los miembros de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) y la Organización Europea para la Investigación y Tratamiento del Cáncer (EORTC), que se han reunido en Barcelona, abordaron la elaboración de un documento de consenso que sustituyera a las guías anteriores, publicadas en 2001.

Vigilar la cirrosis

Josep María Llovet, profesor de investigación Icrea del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), del Hospital Clínico de Barcelona, y director del Programa de Carcinoma Hepatocelular en la Escuela de Medicina Mount Sinai, de Nueva York, ha sido el coordinador del proyecto, que se publica ahora en Journal of Hepatology y en European Journal of Cancer.

En cuanto al contenido de la guía, destaca la constatación de la utilidad de la vigilancia en pacientes cirróticos con grados A y B y aquéllos con grado C en espera de trasplante de hígado. También en pacientes no cirróticos portadores del virus de la hepatitis B con enfermedad activa o historia familiar de carcinoma hepatocelular y en aquéllos con hepatitis C crónica y fibrosis avanzada. "Los estudios muestran que la vigilancia reduce la mortalidad y es coste-efectiva", ha destacado Llovet.

En cuanto al diagnóstico, se recalca que debe basarse tanto en criterios no invasivos como en patología. Se subraya además la utilidad de biomarcadores como GPC3 y HSP70 y se establecen cinco subgrupos de pacientes con un algoritmo de tratamiento en cada uno de ellos.

Uno de los aspectos más novedosos estriba en las estrategias de tratamiento, en las que sorafenib muestra el mayor grado de evidencia y el mayor grado de recomendación, por lo que se considera el fármaco como terapia sistémica estándar para el carcinoma hepatocelular. Está especialmente indicado en pacientes con función hepática bien preservada y con tumores avanzados o en aquellos tumores que progresan a pesar de haber sido tratados con terapias loco-rregionales.


Nivel de evidencia

Otra opción es la quimioembolización por radiofrecuencia en tumores de menos de cinco centímetros, mientras que se aconseja la quimioembolización e inyección percutánea de etanol en los menores de dos centímetros. Otras alternativas son la resección y el trasplante hepático. Con menor nivel de evidencia y recomendación se cita el tratamiento adyuvante tras resección y la radioterapia externa y paliativa.

En el documento también se realizan una serie de recomendaciones para mejorar los diseños de los ensayos clínicos en este campo, con inclusión sistemática de análisis coste-beneficio y búsqueda de herramientas para evaluar la calidad de vida de los pacientes que participan en los estudios. Se aboga además por la mejora de la recolección de tejidos y la incorporación de biomarcadores. Otro aspecto que debe potenciarse es el desarrollo clínico de fármacos con pocos candidatos en el pipeline como Wnt/B-catenina, Hedgehog/Gli, Notch y ERK.

EL APOYO DE INHIBIDORES NOVEDOSOS

Los resultados de un estudio en fase II presentados en el marco del congreso de Hepatología han mostrado que el tratamiento con el inhibidor del complejo de replicación NS5A, daclatasvir, y el inhibidor de la proteasa NS3, asunaprevir, han logrado una carga viral indetectable a las 24 semanas en el 77 por ciento de pacientes con hepatitis C de difícil tratamiento con genotipo 1b. Los fármacos utilizados en este régimen fueron daclatasvir, un inhibidor del complejo de replicación NS5A, y asunaprevir, un inhibidor de la proteasa NS3. En el estudio se incluyeron enfermos respondedores nulos que no se habían beneficiado del tratamiento estándar con peginterferón alfa y ribavirina, junto a intolerantes a este tratamiento o que no eran elegibles para recibir estos fármacos. Entre los efectos adversos graves se encuentran tres casos de pirexia, uno de hipocondría y otro de hiperbilirrubinemia, que provocó el abandono del tratamiento.

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