Lunes 28 de mayo de 2012 | Publicado en edición impresa
Salud / Inquieta el aumento de casos
El asma y la alergia van a la escuela
Se estima que hay de dos a tres chicos afectados en cada aula; consejos para erradicar los factores que causan crisis
Estudios nacionales e internacionales coinciden en señalar que las alergias y el asma son cada vez más frecuentes entre los chicos. Y si uno de los pilares del manejo de estas enfermedades es el control de los factores ambientales capaces de gatillar un brote alérgico o una crisis asmática, la escuela es un ámbito más en el que dar batalla.
Alergia y asma tienen en común un fenómeno que se conoce como "atopía": las personas afectadas o atópicas tienen una predisposición a que su sistema inmunológico responda en forma desmedida ante la presencia de ciertos factores (los alérgenos) presentes en el medio ambiente.
Así, los bronquios que conducen el aire dentro de los pulmones de los chicos con asma se cierran en presencia de ciertos alérgenos, los mismos que en chicos con rinitis alérgica desencadenarán síntomas como picazón y mucosidad nasal, y estornudos.
De la lista de factores irritativos presentes en las aulas hay uno que se destaca por su ubicuidad y persistencia: la tiza, o, más precisamente, el polvo que ésta deja en el ambiente luego de recorrer el pizarrón.
"El polvo de tiza tiene un efecto irritativo, y eso en un paciente con asma que tiene una hiperreactividad bronquial puede dar lugar a la aparición de crisis asmáticas o a su agravamiento", explicó el experto.
Es por eso que el consejo obvio, pero bastante poco seguido en las escuelas argentinas, es reemplazar las pizarras clásicas por pizarrones de fórmica en los que se escribe ya no con tiza, sino con marcadores.
Ventilar las aulas y mantenerlas limpias y sin manchas de humedad que constituyen un caldo de cultivo de hongos con probado potencial alergénico son algunos de los consejos básicos de control ambiental que tanto valen para las casas como para las escuelas (ver ilustración).
Plan de acción
Pero el otro pilar fundamental del tratamiento de las alergias y el asma es asegurar que el paciente reciba en tiempo y forma la medicación prescripta por el médico.Y esto es algo que no siempre se cumple, ya que muchas escuelas no se comprometen ni colaboran con el tratamiento de las enfermedades crónicas de los chicos (algo que vale para el asma, pero también para la diabetes, por ejemplo).
Es el caso de Cintia Díaz, de 14 años, asmática desde sus primeros años de vida.
"En el colegio no le permiten llevar la medicación, y si hay algún problema me llaman a mí para que vaya a darle el broncodilatador", dijo Patricia, mamá de Cintia, que contó que varias veces tuvo que acudir de urgencia a la escuela porque su hija estaba atravesando una crisis asmática y no contaban con los medicamentos de rescate necesarios para hacerle frente.
"Estamos muy solos, no contamos con el colegio para una emergencia", aseguró Patricia.
"Desde Fundaler promovemos que todos los niños con asma tengan un plan de acción preparado por su médico y firmado por él y por el padre del niño, que quede en poder del director y del docente. En el mismo debería estar indicado cuáles son los alérgenos a los que el niño es sensible y si debe usar medicación en horas de clase", señaló el doctor Wenceslao Sánchez de la Vega, director de Fundaler.
"Es importante también enseñar a los docentes a utilizar en forma adecuada los [medicamentos] aerosoles para el asma, e incluso enseñarles a utilizar los dispositivos llamados medidores de pico flujo, que permiten determinar si el chico tiene una crisis más o menos importante y saber si tiene que recibir el medicamento o no, o si tiene que llamar a la urgencia médica en forma inmediata", agregó el doctor Salmún.
Sin la colaboración de la escuela, el asma se convierte en una enfermedad difícil de controlar. De poco sirve contar con herramientas efectivas para que los chicos con asma puedan llevar vida normal si éstas están fuera de su alcance
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