Un panel de EE. UU. recomienda explorar la obesidad en todos los adultos
Las nuevas directrices se enfocan en consejería sobre el estilo de vida, no en fármacos
Traducido del inglés: martes, 26 de junio, 2012
El grupo de trabajo del gobierno no recomendó ningún fármaco para perder peso, ni abordó la cirugía para perder peso.
El grupo de trabajo también emitió un segundo conjunto de directrices para ayudar a los médicos a identificar qué pacientes podrían beneficiarse más de consejería sobre un estilo de vida saludable para ayudar a evitar problemas cardiacos.
Ambos conjuntos de directrices aparecen en la edición en línea del 26 de junio de la revista Annals of Internal Medicine.
"Las recomendaciones sobre la exploración de la obesidad son una actualización de las recomendaciones existentes, que pensamos era necesaria debido a que la evidencia ha aumentado y fortalecido el planteamiento de que todos los médicos deben explorar la obesidad en sus pacientes", explicó el Dr. David Grossman, miembro del grupo de trabajo y director médico de atención preventiva de la Cooperativa de Salud Grupal, en Seattle.
Además, apuntó Grossman, "la magnitud del problema ha aumentado, y el médico desempeña un papel importante en ayudar a identificar y obtener servicios para la obesidad. Incluso una pérdida de peso de apenas cinco por ciento puede resultar en una inmensa diferencia en la salud de una persona".
Las nuevas directrices recomiendan que los médicos exploren la obesidad en todos sus pacientes midiendo la estatura y el peso para evaluar su índice de masa corporal (IMC). Un IMC a partir de 30 se considera obesidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Por debajo de 25 se considera como peso normal.
Las directrices también señalan que los médicos pueden usar la circunferencia de la cintura para evaluar la obesidad. Esto se debe a que la grasa abdominal puede ser un predictor de enfermedades relacionadas con la obesidad, según los CDC.
El grupo de trabajo no dio a los médicos directrices sobre cómo aconsejar a sus pacientes con sobrepeso, pero no obesos, o sea los que tienen un IMC de 25 a 29.9. Grossman apuntó que todavía simplemente no hay suficiente evidencia para proveer recomendaciones claras para ese grupo de personas.
Si una persona tiene un IMC de 30 o más, las directrices recomiendan que los médicos la remita a un programa intensivo de cambio de conducta para perder peso. Grossman dijo que el grupo de trabajo no recomendó ningún plan específico para perder peso, pero señaló que los planes deben ofrecer al menos de 12 a 66 sesiones en el primer año.
Otros componentes importantes de un programa de pérdida de peso e intervención conductual son la consejería en nutrición, actividad física y responsabilidad, como pesarse a intervalos regulares, contar las calorías y controlar los niveles de actividad. Esto se puede hacer a través de grupos para perder peso o de forma individual, apuntó Grossman.
Otro aspecto importante en la batalla contra la obesidad es ayudar a las personas a abordar las barreras contra el cambio. "Debemos ayudar a las personas a comprender por qué no comen más sano ni son más activas, y ayudarlas a resolver esos problemas", enfatizó. También es importante que todo plan integral incluya un componente de mantenimiento del peso, dijo Grossman.
Señaló que las directrices del grupo de trabajo no pudieron abordar la rentabilidad ni los reembolsos de seguro de esos programas, porque no hay suficiente evidencia disponible. Añadió que Medicare comienza a pagar por algunos de esos servicios.
Nancy Copperman, directora de iniciativas de salud pública del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Great Neck, Nueva York, comentó que las compañías de seguro no reembolsan muchos programas integrales para perder peso. "Medicare cubrirá la consejería sobre la obesidad para los mayores obesos, pero esa consejería solo puede ser administrada por médicos de atención primaria, y eso no necesariamente cumpliría con las recomendaciones del grupo de trabajo", apuntó.
Copperman dijo que algunas aseguradoras comienzan a financiar los programas de prevención de la diabetes y la obesidad, y que si las aseguradoras comienzan a ver que sus inversiones rinden dividendos, es probable que haya más programas reembolsados.
Las directrices actuales solo abordan a los adultos obesos. El grupo de trabajo ha publicado anteriormente directrices para niños obesos, que están disponibles en su sitio web, según Grossman.
El segundo conjunto de directrices emitido por el grupo de trabajo se diseñó para personas que tienen un riesgo normal o bajo de enfermedad cardiovascular. Grossman explicó que anteriormente había directrices distintas que abordaban una alimentación sana y la actividad física, pero que el grupo de trabajo las combinó en una sola recomendación sobre la consejería para un estilo de vida saludable.
Pero el grupo de trabajo informó a los médicos que esa consejería no es adecuada para todos los pacientes. Señaló que los médicos deben tomar en cuenta los factores de riesgo de los pacientes, así como su disposición para realizar cambios. Las directrices apuntan que los médicos también deben considerar qué tanto respaldo social y comunitario tiene el individuo.
"Para las personas sanas sin un riesgo alto de enfermedad, una consejería de moderada a intensiva resulta en un dividendo pequeño", dijo Copperman. "Y los cambios en el estilo de vida pueden ser un tema delicado. Los médicos desean que los pacientes vuelvan. Quieren comprometerlos, no alienarlos".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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