Expertos abogan por nuevos enfoques para combatir la obesidad, dando peso a la importancia de la actividad física
Madrid (28/09/2012) - Redacción
En el marco del Workshop 'Preguntas frecuentes en obesidad: ¿Hay nuevas respuestas?, dentro del programa "The way to the ICN 2013", antesala a la organización del 20th International Congress of Nutrition que se celebraré en 2013 en Granada
Según señala el prof. Luis Moreno, catedrático de Universidad de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, "para prevenir la aparición de la obesidad se deben combinar estrategias que adapten el consumo de alimentos a la actividad física que realiza cada individuo. Es importante que los niños y adolescentes realicen cantidades adecuadas de actividad física moderada e intensa".
Los expertos proponen un paradigma basado en el "balance energético", una estrategia que combina ingesta de comida y gasto de energía derivado de la actividad física para evitar o disminuir el acúmulo de grasa corporal. Es importante enfatizar que, dentro de este paradigma, tradicionalmente se ha dado mucha importancia a la ingesta excesiva de alimentos y, cada vez más, numerosos estudios hablan a favor de la importancia de la actividad física en el mantenimiento no sólo de la masa corporal sino de la homeostasis del individuo y la prevención de enfermedades asociadas a la obesidad.
La predisposición genética en el desarrollo de la obesidad es otro de los aspectos abordados en la reunión. Según el prof. Alfredo Martínez, catedrático en Nutrición de la Universidad de Navarra, "algunas personas tienen más riesgo de padecer obesidad por una predisposición de su base genética o por otros factores hereditarios ligados a la alimentación materna en el periodo de embarazo y lactancia que son determinantes para ganar peso en la edad adulta".
"Actualmente, los avances en el campo de epigenética han demostrado que la expresión de determinados genes responde distintamente ante restricciones calóricas e influye tanto en la pérdida de peso como en el mantenimiento del peso a lo largo de la vida", explica el prof. Martínez.
Asimismo, la Dra. Concepción Aguilera, profesora titular de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, añade que "la obesidad está asociada al denominado síndrome metabólico (SM) o síndrome de resistencia a la insulina (SRI)". En este Workshop, la Dra. Aguilera presentará los principales resultados del grupo de investigación al que pertenece, que demuestran cómo los niños obesos en edad prepuberal (6-10 años) presentan SRI y características de SM, así como alteraciones en biomarcadores que se relacionan con la inflamación y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Además, abordará la naturaleza poligénica de la obesidad, cuya interacción con factores ambientales es un hecho. Por este motivo, "la identificación de los genes que contribuyen al riesgo de la obesidad supone un trabajo complejo y difícil", añade.
La actividad física como la mejor herramienta de intervención
La importancia de la detección y prevención precoz de la obesidad, así como el papel de la actividad física y la dieta mediterránea como medios preventivos frente a la obesidad son fundamentales. Para el Dr. Francisco B. Ortega, Investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias del Deporte, Granada, afiliado también a la Unidad de Nutrición Preventiva del Instituto Karolinska, Suecia, "es necesario identificar factores comportamentales, susceptibles de ser modificados, y que puedan influir positivamente sobre la obesidad. Entre estos, la actividad física es una de las herramientas de salud pública con mayor potencial".
Según explica el Dr. Ortega, "en el estudio HELENA (Healtthy Lifestyle by Nutrition in Adolescence) hemos observado que los adolescentes del sur de Europa (incluyendo España, Italia y Grecia) emplean mayor tiempo en actividades sedentarias y menor tiempo en actividades físico-deportivas que los adolescentes del centro y norte de Europa. Estas diferencias son más pronunciadas en las niñas que en los niños".
Asimismo, el estudio señala que un tercio (32 por ciento) de las adolescentes del centro-norte de Europa cumplió con las recomendaciones de actividad física (60min/día de actividad física moderada-intensa), frente a sólo un quinto (20 por ciento) de las adolescentes del sur de Europa. "El bajo nivel de actividad observado en el sur de Europa puede explicar en parte la mayor prevalencia de obesidad existente en esta zona", apunta.
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