Probado en ratones
El ejercicio 'forzado' también tiene efectos positivos
Multitud de estudios previos muestran que la actividad física ayuda frente a los trastornos relacionados con el estrés, ya que la percepción de control beneficia la salud mental. Sin embargo, siempre quedaba la duda de si el ejercicio cuando es pautado de forma obligatoria -en clases de educación física, atletas profesionales, militares o pacientes-, al eliminar esa sensación de control, también obtiene los beneficios frente a la ansiedad, más allá de los fisiológicos.
Redacción | 30/04/2013 00:00
Hacer ejercicio obligado podría ayudar a reducir la ansiedad y la depresión tanto como si se hace de forma voluntaria, según un estudio realizado por la Universidad de Colorado, en Boulder, Estados Unidos. Multitud de estudios previos muestran que la actividad física ayuda frente a los trastornos relacionados con el estrés, ya que la percepción de control beneficia la salud mental. Sin embargo, siempre quedaba la duda de si el ejercicio cuando es pautado de forma obligatoria -en clases de educación física, atletas profesionales, militares o pacientes-, al eliminar esa sensación de control, también obtiene los beneficios frente a la ansiedad, más allá de los fisiológicos.
En modelo murino
Para la investigación se usaron dos grupos de ratones: uno podía utilizar las ruedas a demanda y en el otro éstas empezaban a rotar en un horario determinado. Tras seis semanas, se sometió a los roedores a un estresor de laboratorio antes de medir los niveles de ansiedad. "Con independencia de si corrían en las ruedas porque querían o porque se les obligaba, se observó protección frente a la ansiedad y el estrés. Las implicaciones del ensayo indican que las personas que perciben la actividad como obligatoria podrían aun así obtener beneficios", dice Benjamin Greenwood, del Departamento de Fisiología Integrativa de la Universidad de Boulder.
En modelo murino
Para la investigación se usaron dos grupos de ratones: uno podía utilizar las ruedas a demanda y en el otro éstas empezaban a rotar en un horario determinado. Tras seis semanas, se sometió a los roedores a un estresor de laboratorio antes de medir los niveles de ansiedad. "Con independencia de si corrían en las ruedas porque querían o porque se les obligaba, se observó protección frente a la ansiedad y el estrés. Las implicaciones del ensayo indican que las personas que perciben la actividad como obligatoria podrían aun así obtener beneficios", dice Benjamin Greenwood, del Departamento de Fisiología Integrativa de la Universidad de Boulder.
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