Según la Universidad de Granada
El ejercicio habitual en jóvenes mejora la atención
Los individuos jóvenes que practican ejercicio aeróbico regularmente muestran un mejor desempeño en tareas de alerta y vigilancia, lo que indica un mejor funcionamiento del sistema nervioso central y del sistema nervioso autónomo.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 30/04/2013 17:59
Un participante del trabajo durante la prueba con Cicloergómetro. (Universidad de Granada)
"Queríamos ver si el estado de forma físico influye en el rendimiento cognitivo -es decir, en la ejecución de tareas que requieren un esfuerzo mental, como realizar una operación aritmética, trabajar la memoria a corto plazo...-", ha explicado a DM Daniel Sanabria, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, autor del trabajo junto a Antonio Luque Casado.
- Cada prueba realizada a los participantes afectó de forma distinta al sistema nervioso autónomo, medido en términos de variabilidad de la frecuencia cardiaca
Para realizar el trabajo se contó con la participación de 28 varones. De ellos la mitad, con edades entre los 17 y los 23 años, eran sedentarios y estudiantes de la Universidad de Granada, mientras que el otro grupo, entre 18 y 29 años, estaba integrado por 14 jóvenes que pertenecían a la Federación de Ciclismo de Andalucía, y 3 alumnos de la Facultad de Actividad Física y Deporte de Granada.
Capacidad de reacción
Una vez definidos los grupos se realizó a cada participante un estudio antropométrico y un análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca en reposo -este patrón era mayor en el grupo de deportistas que en los sedentarios-. Posteriormente se les realizaron tres tipos de tareas durante unos 30-40 minutos (ver cuadro), tras las cuales también se midió la variabilidad cardiaca. En la tercera fase del trabajo, los participantes efectuaron ejercicio físico de alta intensidad con un cicloergómetro para analizar su forma física, y se tomaron muestras de la concentración de lactato en sangre y de la variabilidad de la frecuencia cardiaca antes de realizar la prueba y tres minutos después. "Observamos en los resultados preliminares que la población que practicaba deporte fue más rápida en las tareas de alerta y vigilancia.
Según los resultados, en términos de variabilidad las tareas no afectaron de la misma forma. Así, la tercera prueba, que demandaba una mayor finura perceptual, reducía más la variabilidad, mientras que lo hacía menos en la prueba de vigilancia. "Es un índice que indica cómo afecta el esfuerzo cognitivo en el funcionamiento del sistema autónomo; eso significa, generalizando, que al medir la variabilidad cardiaca puedo obtener un índice del esfuerzo cognitivo que realiza una persona. Queremos seguir trabajando en esta hipótesis". Además, según avanzaba el tiempo de desempeño de las pruebas se reducía la variabilidad en el grupo sedentario, algo que no ocurría en los entrenados, que mostraron una mejor atención sostenida, alerta y vigilancia.
El grupo de Granada está realizando la investigación en población infantil y adulta, y aunque los resultados aún no son concluyentes, parece que los niños que practican deporte son más rápidos en el tiempo de reacción que los sedentarios. Sin embargo, el patrón no se replica en adultos, por lo que es necesario plantear más investigaciones que permitan clarificar la relación entre el estado físico y el rendimiento cognitivo, en función de la edad, de cada individuo, y del patrón cardiovascular.
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