en pacientes con arritmias persistentes
Una nueva técnica de cateterismo puede evitar la medicación anticoagulante
Especialistas de la Clínica Universidad de Navarra realizan el procedimiento de cerrar la orejuela, donde habitualmente se generan trombos, en la misma intervención que el tratamiento de la fibrilación auricular.
Redacción | 30/04/2013 11:32
Las enfermeras Cristina Díaz Fernández y Graciela López González junto a los médicos Manuel García de Yébenes, José Ignacio García Bolao (director), Hugo Arguedas y Naiara Calvo, seguidos de la enfermera Elene Janiashvili y la auxiliar Mª Rosario Vides Subiza. (CUN)
El nuevo procedimiento consiste en, a través de un catéter y sin cirugía abierta, un dispositivo que consigue cerrar una cavidad próxima a la aurícula izquierda del corazón, denominada orejuela, en la que habitualmente se originan los trombos.
Al cerrar la salida de la orejuela mediante la colocación del nuevo dispositivo, se impide la migración de los trombos que puedan originarse en su interior. De este modo se evita el riesgo de que los coágulos lleguen desde la orejuela hasta el cerebro, causando un accidente cerebrovascular, entre otras complicaciones. De hecho, se sabe que el 90 por ciento de los trombos se originan en esta orejuela izquierda.
La nueva técnica está indicada "en todos aquellos pacientes, de cualquier edad, con fibrilación auricular y que tengan que tomar Sintrom. Especialmente en los que presenten problemas en el control de la coagulación sanguínea", advierte el director del Departamento de Cardiología y de la Unidad de Arritmias de la Clínica Universidad de Navarra, José Ignacio García Bolao, quien, junto a Naiara Calvo, especialista del mismo departamento, realiza los procedimientos.
Este es el único equipo español que realiza el tratamiento de la fibrilación auricular y el cerramiento de la orejuela en el mismo procedimiento de cateterismo. La Unidad de Arritmias de la Clínica ha practicado hasta la fecha una decena de procedimientos con éxito. En todos los casos, tras la intervención y una vez transcurrido el período mínimo de tres meses en el que es obligado mantener el Sintrom, se ha podido retirar la medicación anticoagulante.
La intervención para el tratamiento de la fibrilación auricular y cierre de la orejuela se realiza bajo anestesia general y tiene una duración aproximada de tres o cuatro horas. En total, el paciente precisa un ingreso hospitalario de entre 24 y 48 horas. Posteriormente, durante los tres meses siguientes, deberá acudir a revisiones periódicas de control. Al cabo de ese período, en caso de que el procedimiento haya tenido éxito, se le podrán retirar los fármacos anticoagulantes.
Con esta intervención, García Bolao asequera que "la principal ventaja que obtiene el paciente es la retirada de la anticoagulación para evitar la formación de trombos, con todos los efectos secundarios que conllevan estos fármacos, como es el riesgo de hemorragias importantes como consecuencia de una herida, caída u otra circunstancia, además del riguroso control mensual que debe llevar de los niveles de coagulación sanguínea".
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