PEDIATRÍA
|
Prevenir accidentes
Un hogar a prueba de niños
La cocina es el lugar de la casa donde más peligros puede haber. | El Mundo
- Son muy frecuentes las caídas y quemaduras en los niños más pequeños
- Es necesario tapar los enchufes y alejar utensilios peligrosos de su alcance
- Tener siempre un botiquín completo es algo imprescindible
Con sus primeros pasos empieza la aventura por la casa. Una vez que
el bebé aprende a caminar se fija nuevos retos con su recién estrenada
autonomía. Por fin puede alcanzar alturas y no se quiere perder ningún
rincón de su hogar, sobre todo si es peligroso: los cables de la
televisión, el mantel de la mesa, las escaleras, etc.
Como explican los expertos, los niños entre uno y cuatro años son los que más riesgo tienen de accidentes domésticos. "Sienten curiosidad por todo y no tienen conciencia del peligro. Tampoco capacidad para entender las cosas", explica maría Jesús Esparza, pediatra y especialista del grupo de trabajo de actividades preventivas de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Como consecuencia, durante esta etapa son especialmente frecuentes las caídas y las quemaduras, también las intoxicaciones y los cortes.
Un solo despiste y el pequeño, intentando trepar por las estanterías, se habría podido caer o, mucho peor, si las estanterías no estuvieran bien sujetas se le podrían haber echado encima. "Todo tiene que estar bien atornillado y, en las casas con más de un nivel de altura, es recomendable poner vallas arriba y abajo; las alfombras favorecen las caídas, mejor quitarlas". En cuanto a las ventanas, ser rigurosos, "no dejarlas abiertas, no tener nada cerca donde los niños puedan subirse y precipitarse; conviene que las ventanas sean oscilobatientes y si no, hay limitadores especialmente diseñados para que los pequeños no puedan abrirlas". Las caídas más frecuentes son las de la cama, el sofá y los cambiadores. "No se les puede dejar ni un segundo porque se dan la vuelta enseguida", subraya la experta.
¿Cómo evitar las quemaduras? "Lo mejor es que no entren en la cocina". En esta parte de la casa es donde más peligros hay. Se puede quemar con la puerta del horno (cuando está a un nivel de altura bajo) o puede saltarle aceite de la sartén. "Si entra, conviene cocinar en los fuegos de atrás y que los mangos estén dirigidos hacia dentro, dependiendo de la edad del niño, si se pone de puntillas puede alcanzar ciertas zonas". Cuidado con las cerillas, las superficies calientes y los líquidos calientes. "Son muy frecuentes las escaldaduras cuando se lleva encima al pequeño".
Ojo con el baño. "No es tan raro ver quemaduras por agua muy caliente. Su piel es muy fina y sensible. Yo aconsejaría limitar la temperatura (en caso de tener caldera individual)". O incluso el niño al manipular los grifos, puede sorprenderse con agua demasiado caliente. En este punto, conviene recordar que incluso en el espacio de una bañera, los bebés pueden ahogarse.
Para evitar otro tipo de lesiones, es necesario tapar los enchufes y alejar utensilios como los cuchillos. Cuando empiezan a andar, comenta la especialista, suelen pillarse los dedos en las bisagras de las puertas. "Recomienda usar limitadores para que las puertas no se cierren del todo", muy útiles también para aquellos armarios que incluyen productos tóxicos (de limpieza) o medicamentos, con los que el niño puede intoxicarse. Otra opción es "cambiarlos a un lugar más alto, donde al pequeño le resulte imposible llegar".
En definitiva, es necesario "supervisar a los pequeños todo el rato" y habilitar, por ejemplo, "su habitación para que no haya ningún peligro y pueda jugar, gatear y caminar libremente". Y, si puede ser, que este espacio no incluya el andador. Al contrario de lo que pueda parecer, "ni son seguros ni ayudan a los niños a caminar. Su uso es causa de bastantes accidentes domésticos. De hecho, estos instrumentos no deberían estar en circulación". Según Esparza, para aprender a caminar es importante verse los pies. "El andador se lo impide, al igual que les impide ir cogiendo cosas del suelo que vayan viendo. No es una forma fisiológica de aprender a caminar".
No obstante, como es imposible evitar el 100% de los accidentes domésticos, es importante tener un botiquín completo en casa (desinfectante, tiritas, alguna venda, analgésicos, antisépticos y termómetro, entre otros). Las quemaduras sólo "hay que ponerlas en agua fría" y si se necesitan más cuidados, el médico será el encargado.
Además de las quemaduras, las lesiones más frecuentes, agrega la pediatra, son: hematomas, traumatismos craneales, cortes, aplastamiento, atragantamientos (con comida como los frutos secos) y asfixia (por globos). Los primeros auxilios se pueden hacer en casa, habrá que estar atento a las situaciones que requieran la intervención médica. En el caso de los traumatismos craneales originados por las caídas, existe el peligro de lesión interna. Es importante observar posibles signos de alarma: si el niño pierde el conocimiento, si después del golpe está raro o desorientado, inestables, vomita o le duele la cabeza.
Como explican los expertos, los niños entre uno y cuatro años son los que más riesgo tienen de accidentes domésticos. "Sienten curiosidad por todo y no tienen conciencia del peligro. Tampoco capacidad para entender las cosas", explica maría Jesús Esparza, pediatra y especialista del grupo de trabajo de actividades preventivas de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Como consecuencia, durante esta etapa son especialmente frecuentes las caídas y las quemaduras, también las intoxicaciones y los cortes.
Un solo despiste y el pequeño, intentando trepar por las estanterías, se habría podido caer o, mucho peor, si las estanterías no estuvieran bien sujetas se le podrían haber echado encima. "Todo tiene que estar bien atornillado y, en las casas con más de un nivel de altura, es recomendable poner vallas arriba y abajo; las alfombras favorecen las caídas, mejor quitarlas". En cuanto a las ventanas, ser rigurosos, "no dejarlas abiertas, no tener nada cerca donde los niños puedan subirse y precipitarse; conviene que las ventanas sean oscilobatientes y si no, hay limitadores especialmente diseñados para que los pequeños no puedan abrirlas". Las caídas más frecuentes son las de la cama, el sofá y los cambiadores. "No se les puede dejar ni un segundo porque se dan la vuelta enseguida", subraya la experta.
¿Cómo evitar las quemaduras? "Lo mejor es que no entren en la cocina". En esta parte de la casa es donde más peligros hay. Se puede quemar con la puerta del horno (cuando está a un nivel de altura bajo) o puede saltarle aceite de la sartén. "Si entra, conviene cocinar en los fuegos de atrás y que los mangos estén dirigidos hacia dentro, dependiendo de la edad del niño, si se pone de puntillas puede alcanzar ciertas zonas". Cuidado con las cerillas, las superficies calientes y los líquidos calientes. "Son muy frecuentes las escaldaduras cuando se lleva encima al pequeño".
Ojo con el baño. "No es tan raro ver quemaduras por agua muy caliente. Su piel es muy fina y sensible. Yo aconsejaría limitar la temperatura (en caso de tener caldera individual)". O incluso el niño al manipular los grifos, puede sorprenderse con agua demasiado caliente. En este punto, conviene recordar que incluso en el espacio de una bañera, los bebés pueden ahogarse.
Para evitar otro tipo de lesiones, es necesario tapar los enchufes y alejar utensilios como los cuchillos. Cuando empiezan a andar, comenta la especialista, suelen pillarse los dedos en las bisagras de las puertas. "Recomienda usar limitadores para que las puertas no se cierren del todo", muy útiles también para aquellos armarios que incluyen productos tóxicos (de limpieza) o medicamentos, con los que el niño puede intoxicarse. Otra opción es "cambiarlos a un lugar más alto, donde al pequeño le resulte imposible llegar".
En definitiva, es necesario "supervisar a los pequeños todo el rato" y habilitar, por ejemplo, "su habitación para que no haya ningún peligro y pueda jugar, gatear y caminar libremente". Y, si puede ser, que este espacio no incluya el andador. Al contrario de lo que pueda parecer, "ni son seguros ni ayudan a los niños a caminar. Su uso es causa de bastantes accidentes domésticos. De hecho, estos instrumentos no deberían estar en circulación". Según Esparza, para aprender a caminar es importante verse los pies. "El andador se lo impide, al igual que les impide ir cogiendo cosas del suelo que vayan viendo. No es una forma fisiológica de aprender a caminar".
No obstante, como es imposible evitar el 100% de los accidentes domésticos, es importante tener un botiquín completo en casa (desinfectante, tiritas, alguna venda, analgésicos, antisépticos y termómetro, entre otros). Las quemaduras sólo "hay que ponerlas en agua fría" y si se necesitan más cuidados, el médico será el encargado.
Además de las quemaduras, las lesiones más frecuentes, agrega la pediatra, son: hematomas, traumatismos craneales, cortes, aplastamiento, atragantamientos (con comida como los frutos secos) y asfixia (por globos). Los primeros auxilios se pueden hacer en casa, habrá que estar atento a las situaciones que requieran la intervención médica. En el caso de los traumatismos craneales originados por las caídas, existe el peligro de lesión interna. Es importante observar posibles signos de alarma: si el niño pierde el conocimiento, si después del golpe está raro o desorientado, inestables, vomita o le duele la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario