ONCOLOGÍA | Detección precoz
Colonoscopia sí; PSA, no gracias
Mientras la colonoscopia (y en su defecto el análisis de sangre oculta en heces) se consolida como una prueba capaz de reducir la incidencia y mortalidad por cáncer de colon, el análisis de PSA en sangre para detectar tumores de próstata incipientes conlleva más riesgos que beneficios para los varones. Dos estudios presentados este fin de semana en el congreso europeo de cáncer que se está celebrando en Ámsterdam (Holanda) ratifican que estas dos pruebas son la cara y la cruz del diagnóstico precoz.
Los autores de ambos estudios vuelven a ratificar que los programas de screening en población sana, es decir, el uso de una prueba diagnóstica para detectar tumores en fases incipientes, sólo tiene sentido si los beneficios que se logran (menos tumores, menos mortalidad...) son superiores a los riesgos de la prueba.
Y ese balance, sin duda, es positivo en el caso del cáncer de colon. Bien con un análisis de sangre en heces o una colonoscopia, Philippe Autier, del Instituto de Investigación en Prevención (Francia), considera que la evidencia sobre sus ventajas es "irrefutable". "Hemos visto que cuanto mayores son los niveles de cobertura de los programas de detección precoz, menores son los índices de mortalidad por cáncer de colon".
Su estudio, realizado en datos de 11 países europeos entre 1989 y 2010, atribuye alrededor de un 80% de la reducción de la mortalidad por cáncer de colon al uso de la colonoscopia en población sana de más de 50 años cada 10 años. Y pone ejemplos concretos de países concretos: Francia, con una tasa del 50% de colonoscopias y Holanda, con sólo el 12% de cobertura. Mientras las muertes por este tumor se han reducido un 31% entre 1996 y 2009 en nuestros vecinos galos, en Holanda sólo han descendido un 4%.
"Si sólo dos tercios de las personas candidatas se hiciesen esta prueba en los países europeos podríamos reducir considerablemente la mortalidad por cáncer de colon en Europa en los próximos años", explica Autier.
En el reverso de la moneda, el otro estudio, liderado por su compañero Mathieu Boniol, viene a alertar de los riesgos innecesarios a los que se expone a muchos varones a quienes se les sigue realizando la prueba del PSA. Esta prueba trata de identificar en la sangre una proteína relacionada con el cáncer de próstata, pero que también puede estar elevada por otras múltiples causas y que a menudo lleva a resultados engañosos.
"El test del PSA debería ser complementario a otras pruebas, no la puerta de entrada a la biopsia de próstata y otras pruebas", alerta el también investigador del Instituto de Investigación en Prevención.
Tomando como muestra un grupo imaginario de 1.000 varones de 50 a 69 años a los que se les hiciese el test y otros 1.000 que no, sus conclusiones señalan que para prevenir una sola muerte por cáncer de próstata en el grupo del PSA habría que hacer 154 biopsias innecesarias, atender 12 casos de impotencia y tres de incontinencia urinaria debida a las secuelas de la cirugía.
A pesar de que no es la primera vez que un trabajo alerta de la inexactitud de la prueba, los investigadores franceses señalan que el PSA sigue siendo ampliamente usado en Europa. "Aproximadamente el 75% de los franceses mayores de 50 se ha hecho el PSA en los últimos tres años", advierte Boniol.
Varios de sus colegas reunidos en Ámsterdam reconocen que no existe todavía acuerdo en la comunidad científica para desterrar definitivamente la prueba, por lo que recomiendan "discutir con su médico las ventajas e inconvenientes del PSA", concluye Cora Sternberg, una de las responsables científicas de este congreso.
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