lunes, 29 de septiembre de 2014

Objetivo: un test de bolsillo para detectar tuberculosis - DiarioMedico.com

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INNOVACIÓN

Objetivo: un test de bolsillo para detectar tuberculosis

El Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) participa en un ambicioso proyecto financiado por la Unión Europea con 2,6 millones de euros.
Carmen Fernández. Barcelona | carmenfer@diariomedico.com   |  29/09/2014 00:00
  

Ana Belén González, Elamin Ayssar, Carlos Caro, Ronny Bockstaele, Peter Bienstman, Liesbet Lagae, Laura Lechuga, Rita Vos, Nadine Hlawatsch,Daan Martens
De izda. a dcha., Ana Belén González, Elamin Ayssar, Carlos Caro, Ronny Bockstaele, Peter Bienstman, Liesbet Lagae, Laura Lechuga, Rita Vos, Nadine Hlawatsch y Daan Martens, todos miembros del equipo internacional del proyecto Pocket. (DM)
Un equipo internacional de investigadores trabaja en el desarrollo de un test de orina de bolsillo, que combina nanofotónica y nuevos anticuerpos selectivos, para la detección de la tuberculosis; una tecnología destinada a ser aplicada en el punto de atención al paciente, muy precisa y barata, similar a las que se utilizan para medir glucosa en diabetes o para confirmar el embarazo.
En este ambicioso proyecto europeo, llamado Pocket (Development of a low-cost Point-Of-Care test for Tuberculosis detection) participa el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2), en concreto, el Grupo de Nanob?iosensores y Aplicaciones Bioanalíticas que dirige la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Laura M. Lechuga. "Es un proyecto muy complejo puesto que la tuberculosis no se detecta en gotas de orina", explica.
El proyecto está financiado por la Unión Europea con 2,6 millones de euros y coordinado por Peter Bienstman, de la Ghent University de Bélgica, que también se encarga del diseño del transductor de fotones. La empresa IMEC de Bélgica trabaja en la fabricación del chip; Lionex, de Dinamarca, en el desarrollo de los anticuerpos y antígenos; Microfluidic ChipShop, de Dinamarca, en el desarrollo del chip microfluídico, y Trinean, de Bélgica, en el diseño instrumental.
El equipo de Lechuga se encarga de cómo colocar los anticuerpos en la superficie del sensor nanofotónico (a escala nanométrica) para que sean capaces de detectar los antígenos de la forma más eficaz posible y sin sufrir interferencias del resto de elementos de la orina. Hay que tener en cuenta que los anticuerpos son diferentes en función de si la persona está infectada o no por el VIH, lo que incrementa la complejidad de la superficie sensora en la que trabaja este grupo español, que también tiene que validar los anticuerpos seleccionados para el test de orina.
Lechuga destaca en especial esta dificultad de la parte del proyecto que les corresponde desarrollar: "Colocar los anticuerpos es posible en laboratorio sin problemas, pero tenemos que ver cómo se puede secar el biochip completo y cómo empaquetarlo al vacío para que no se estropee en los procesos de distribución y conservación (bajo todo tipo de condiciones) del test".
El equipo internacional lleva ya más de un año trabajando en el proyecto y le quedan dos para lograr tener el test a punto. Su objetivo es ir más allá del prototipo, así que realizará ensayos sobre el terreno en África y la India. A pesar de que la mayoría de casos se dan en países en vías de desarrollo, el test en el que se está trabajando podría ser útil en todo el mundo debido a que la infección resurge en grandes ciudades europeas por la gran movilidad de la población.
"En el biosensor para diabetis pasaron veinte años entre que validaron la tecnología en laboratorio y que lograron estabilizar la proteína, empaquetarla y distribuirla para su uso sin que se dañase. Esto tiene que funcionar muy bien porque te juegas la vida del paciente", afirma Lechuga. Su grupo, que ha desarrollado el test para detección de pesticidas en medio ambiente y dopaje en deportistas y que trabaja en proyectos para malaria, enfermedades hepáticas, infecciones en UCI y cáncer de colon, dispone de varias patentes internacionales que han sido transferidas a empresas para su comercialización.

Esta enfermedad, huérfana de innovaciones, supone un problema mundial

Una necesidad
El tratamiento precoz de la tuberculosis se ve frenado por la falta de herramientas diagnósticas rápidas y eficaces que se puedan aplicar también en zonas deprimidas
El problema
Según la OMS, cada año hay en el mundo 8,8 millones de nuevos casos activos de tuberculosis y casi dos millones de muertes causadas por la enfermedad (5.000 al día)
El ICN2 
Es un centro de investigación especializada de la Generalitat de Cataluña, el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Barcelona.

Falta de innovaciones

Joan A. Caylà, de la Unidad de Investigación en Tuberculosis (TB)de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, consultado sobre la trascedencia del proyecto Pocket recuerda que esta enfermedad está muy falta de innovaciones. También dice que "se deduce que van a comparar con un gold standard indicativo de tuberculosis (TB) para estudiar sensibilidad, especificidad y valores predictivos. En la clínica es menester conocer sobretodo el valor predictivo del resultado positivo, para conocer cuan probable es que el resultado positivo que acabamos de saber se corresponde con TB". Y añade, "¿discriminará el test entre infección tuberculosa latente y tuberculosis activa? Tendremos la solución cuando se analicen los resultados de los estudios".

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