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Los almuerzos que los niños traen de casa no cumplen con las directrices nutricionales, según un estudio
Un segundo estudio encontró que ofrecer desayuno en el aula no mejoró las calificaciones, aunque se necesitan estudios a más largo plazo
Traducido del inglés: martes, 25 de noviembre, 2014LUNES, 24 de noviembre de 2014 (HealthDay News) -- Los almuerzos que los niños traen de casa podrían ser menos saludables que las ofertas de la cafetería escolar, sugiere un estudio reciente.
Los investigadores encontraron que los almuerzos traídos de casa por los niños de un distrito escolar en Texas por lo general contenían más sal y menos frutas, verduras y granos integrales, en comparación con los estándares fijados para las cafeterías escolares.
Además, casi todos esos almuerzos caseros contenían postres, bebidas azucaradas o papitas, comidas que no se permiten en los almuerzos escolares, según los investigadores.
Los hallazgos no son necesariamente sorprendentes, dijo la investigadora principal del estudio, Karen Cullen, profesora del Colegio de Medicina Baylor, en Houston.
"Los padres con frecuencia preparan los almuerzos según las preferencias de los niños", anotó. Además, añadió, otros estudios recientes han hallado un patrón similar.
En conjunto, los hallazgos sugieren que los almuerzos caseros de muchos niños se deben rediseñar, según Cullen, que informa sobre los hallazgos de su equipo en la edición del 24 de noviembre de la revista JAMA Pediatrics.
Desde 2012, las comidas de las escuelas de EE. UU. están obligadas a cumplir con ciertos estándares nutricionales para obtener los reembolsos federales.
"Las directrices sobre los almuerzos escolares se basan en las recomendaciones dietéticas nacionales para todos los estadounidenses", comentó Cullen.
Eso significa que los almuerzos deben incluir frutas, verduras, granos integrales, una carne o una alternativa a la carne, y leche baja en grasa, así como unos límites de sodio y grasa saturada.
Pero las investigaciones recientes han encontrado que los almuerzos que se traen de casa con frecuencia se quedan cortos respecto a la nutrición. En un estudio, los investigadores hallaron que los almuerzos de los estudiantes de preescolar y de kínder típicamente tenían más grasa y azúcar, pero menos proteína, fibra y calcio, que el almuerzo escolar.
En el nuevo estudio participaron 12 escuelas primarias e intermedias de un distrito escolar del área de Houston. Durante dos meses, los investigadores observaron a más de 300 estudiantes que traían su almuerzo de casa, anotando lo que comían y lo que tiraban.
En promedio, dijo Cullen, los almuerzos de casa eran pobres en frutas y granos integrales, y sobre todo en verduras y leche. Las directrices escolares afirman que los niños deben consumir tras cuartas partes de una taza de verduras en cada almuerzo. El almuerzo escolar traído de casa promedio de la escuela primaria tenía alrededor de una décima parte de esa cantidad, según el estudio.
Por otro lado, los almuerzos caseros exageraban en el sodio, con un promedio de 1,000 a 1,110 mg, frente a un límite de 640 mg en los almuerzos de la escuela primaria, anotó el estudio.
Por último, los investigadores encontraron que el 90 por ciento de los almuerzos caseros contenían un postre, bebida azucarada o papitas. Y los niños casi siempre se terminaban esos alimentos, mientras que entre el 20 y el 30 por ciento de las verduras terminaban en la basura, según el estudio.
"Había mucho desperdicio", dijo Cullen. "Incluso cuando los padres incluían verduras, muchas se tiraban".
Empacar leche y verduras sabrosas es difícil, anotó la Dra. Virginia Stallings, pediatra del Hospital Pediátrico de Filadelfia especializada en nutrición.
El dilema de la leche se puede resolver dando dinero a los niños para comprarla en la escuela, dijo Stallings, que escribió un editorial que acompañó al estudio. Pero con las verduras, ir más allá de palitos de zanahoria puede ser difícil, añadió.
"Creo que es una de las ventajas del almuerzo escolar", dijo Stallings. "Los niños pueden comer una comida caliente, con verduras cocidas". Añadió que las escuelas están trabajando para hacer que la comida sea sabrosa sin usar sal y para ampliar las ofertas que incluyan opciones culturalmente diversas.
"Para las familias que no cuentan con el tiempo o los recursos para hacer una planificación detallada de las comidas, el almuerzo escolar podría ser la mejor opción", planteó Stallings.
Cullen se mostró de acuerdo en que los padres se enfrentan a obstáculos, y uno de ellos es el gusto de sus hijos. Pero señaló que pueden hacer que los almuerzos sean más saludables sin ser dictatoriales.
"Haga que los niños formen parte del proceso", aconsejó Cullen. "Pregúnteles qué fruta desean. No debe ser una sorpresa cuando abran la lonchera".
Dijo que, en general, es importante incluir a los niños en la planificación de las comidas, y hacer que les guste la comida saludable desde una edad temprana.
Un estudio distinto en la misma revista observó una comida escolar distinta: el desayuno.
El programa de desayuno escolar de EE. UU. se inició en los 60, y ofrece a los estudiantes de bajos ingresos comidas gratuitas o con un costo reducido. Pero la participación de los niños siempre ha sido más baja de lo que podría ser, según los investigadores, de la Universidad de Tufts, en Boston.
Se cree que ese hecho está relacionado con el "estigma", junto a la logística de hacer que los niños lleguen más temprano a la escuela. Ahora, muchas escuelas de EE. UU. están probando un programa llamado Desayuno en el Aula (Breakfast in Classroom), en que se sirve el desayuno en clases a todos los niños, al inicio de cada día.
Los investigadores de la Tufts hallaron que en más de 250 escuelas que iniciaron el programa, casi tres cuartas partes de los estudiantes comían el desayuno en la escuela. Eso es en comparación con unas 190 escuelas que no iniciaron el programa Desayuno en el Aula.
Pero no hubo evidencia de que el desayuno mejorara las habilidades de matemáticas o lectura de los niños. Pero los investigadores apuntaron que el programa solo se había implementado por un periodo corto cuando se evaluaron las habilidades de los estudiantes. Dijeron que se necesitan estudios más grandes y a más largo plazo.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Karen Cullen, Dr.P.H., R.D., professor, pediatrics-nutrition, Baylor College of Medicine, Houston, Texas; Virginia A. Stallings, M.D., professor of pediatrics, division of gastroenterology, hepatology and nutrition, Children's Hospital of Philadelphia, Philadelphia, Pa.; Nov. 24, 2014 JAMA Pediatrics online
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