CONTROL DEL ENVEJECIMIENTO
"No estamos programados para envejecer, sino para sobrevivir"
Carlos López Otín, Premio Lección Memorial Fernández-Cruz, confía en la acción combinada de la reprogramación celular y la edición genómica.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com | 01/12/2014 00:00
Carlos López Otín y Arturo Fernández-Cruz (Mauricio Skrycky)
VISTA:
El avance de la biología molecular ha llegado a un punto en el que el control del envejecimiento se nos muestra casi al alcance de la mano. En determinadas zonas del planeta, como la Comunidad de Madrid, la esperanza de vida ha aumentado de forma constante. Uno de los mayores expertos en envejecimiento de nuestro país, Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, ha depositado grandes esperanzas en las estrategias para mitigar los efectos del transcurso de los años.
López Otín cree que no hay ningún impedimento de base, ya que "no hay un programa que nos haga envejecer. A mi juicio, estamos programados para sobrevivir". No obstante, aclara que "la ciencia no debe perseguir ninguna aventura banal relacionada con la extensión de la longevidad, sino que el objetivo fundamental debe ser resolver problemas importantes, como la aparición de nuevas patologías o de enfermedades que adquieren mayor presencia por el paso del tiempo".
Este científico, que acaba de recibir el Premio XXXIII Lección Memorial Fernández-Cruz, llegó al estudio del envejecimiento a través de la investigación del cáncer. "Generamos ratones modificados genéticamente para estudiar la progresión tumoral y uno de estos modelos mostró un envejecimiento acelerado extraordinario", recuerda. Tirando del hilo, descubrieron que la causa era "la generación de daños en la arquitectura de la membrana que protege al núcleo celular.
Estos daños generan unas respuestas masivas de reparación del daño genético, que son precisamente las que causan el proceso de senescencia celular y envejecimiento del organismo completo".
Progeria
Posteriormente, el equipo de López Otín constató que esas mismas alteraciones en la membrana de los núcleos ocurrían en niños con distintas progerias, incluyendo las más graves, como el síndrome de Hutchinson-Gilford. "El círculo se cerró con el descubrimiento por distintos grupos de que durante el envejecimiento normal también se producen estas aberraciones nucleares que conllevan procesos de senescencia". Además, estos estudios han servido para desarrollar un tratamiento para el Hutchinson-Gilford que se encuentra en ensayos clínicos.
Posteriormente, el equipo de López Otín constató que esas mismas alteraciones en la membrana de los núcleos ocurrían en niños con distintas progerias, incluyendo las más graves, como el síndrome de Hutchinson-Gilford. "El círculo se cerró con el descubrimiento por distintos grupos de que durante el envejecimiento normal también se producen estas aberraciones nucleares que conllevan procesos de senescencia". Además, estos estudios han servido para desarrollar un tratamiento para el Hutchinson-Gilford que se encuentra en ensayos clínicos.
La última escala en este viaje hacia las entrañas del envejecimiento ha sido la descripción, junto con investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y de otras instituciones de Francia y Alemania, de los distintos mecanismos moleculares y celulares que contribuyen al desarrollo de este complejo proceso. Entre estas claves del envejecimiento se encuentran, en primer término, los procesos primarios, "que básicamente son la acumulación de daño en el genoma, en el epigenoma, en los telómeros o en el proteoma".
El segundo bloque serían los mecanismos antagonistas, que implican "procesos que son positivos para el organismo en una fase inicial pero, cuando se vuelven crónicos, se tornan perjudiciales".
Entre ellos hay cambios metabólicos, cambios en las mitocondrias y procesos de senescencia celular. Finalmente, se definen las claves integradoras: "El agotamiento de las células progenitoras y la pérdida de la comunicación intercelular armónica y adecuada".
Las opciones frente a los estragos del envejecimiento van, según López Otín, "desde estrategias genéticas o epigenéticas hasta intervenciones farmacológicas o nutricionales". Estas últimas serían, en un principio, más sencillas.
Pero el científico también confía en la intervención molecular cuando avancen las técnicas de reprogramación celular y de edición genómica (sistema CRISPR/ Cas9). "Su conjugación proporcionará nuevos medicamentos en un futuro no muy lejano".
Prevenir el daño del ADN
La prevención del daño del ADN es una realidad epidemiológica. Así ha quedado patente en la XXXIII Lección Memorial de la Fundación Fernández-Cruz, cuyo presidente, Arturo Fernández-Cruz, ha citado los estudios que demuestran que cambios dietéticos y del estilo de vida permiten "prevenir enfermedades crónicas y, con ello, alargar la vida de forma saludable". En el futuro, "la prevención del daño del ADN nos podría colocar en los 200 años de vida".
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