Descubren que un gen 'termosensor' cambia el comportamiento en climas más cálidos
01/07/2015 - E.P.
Los ritmos circadianos de 24 horas se propagan a través de casi todos los aspectos de la conducta y la fisiología de los organismos
Investigadores sugieren que un gen 'termosensor' podría ser responsable de cambios en el comportamiento en diferentes climas. Expertos del Departamento de Genética de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, han explorado cómo el reloj biológico puede verse afectado por el medio ambiente mediante el examen de la mosca de la fruta 'Drosophila melanogaster', que muestra los ciclos biológicos de 24 horas y se utiliza como un organismo modelo para estudios de los ritmos humanos.
Al igual que muchos seres humanos, la mosca echa una 'siesta' en una tarde calurosa, pero sólo bajo condiciones artificiales de laboratorio. Las moscas hacen lo contrario a cuando están en la naturaleza y muestran una gran respuesta locomotora por la tarde bajo el ciclo de temperaturas natural del verano. La hiperactividad de la mosca en la naturaleza está controlada por un gen llamado 'TRPA1', que actúa como un sensor térmico y provoca un cambio de comportamiento inducido por el medio ambiente.
El profesor Bambos Kyriacou, del Departamento de Genética de la Universidad de Leicester, explica: "El gen 'TRPA1' es llamado para expresarse en la parte del cerebro que alberga el reloj biológico de la mosca, pero cuando eliminamos la expresión de estas células de reloj, la hiperactividad de la tarde permaneció intacta. Sólo cuando hemos eliminado la expresión de 'TRPA1' de otras neuronas perdimos el componente de la tarde, mapeando de este modo el comportamiento de la actividad de un subconjunto de células".
Los ritmos circadianos de 24 horas se propagan a través de casi todos los aspectos de la conducta y la fisiología de los organismos terrestres, incluyendo los humanos. Cuando el reloj humano se desincroniza de su entorno normal de luz-oscuridad, como en los trabajadores por turnos, surgen un gran número de problemas de salud, incluyendo la obesidad, la disfunción cardiovascular e, incluso, algunas formas de cáncer.
"En base a nuestros resultados, hemos encontrado que la investigación de los animales en sus entornos naturales y no en laboratorios nos ayuda a comprender mejor cómo los genes controlan el comportamiento y nos pueden ayudar a evitar hacer conclusiones erróneas basadas sólo en situaciones artificiales de laboratorio. Esto significa que algunas de nuestras interpretaciones bien establecidas de décadas de antigüedad acerca de cómo funciona el reloj biológico podrían necesitar una revisión significativa", plantea Kyriacou.
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