MENOS DE 10.000 AFECTADOS EN TODO EL MUNDO
Una nueva terapia de reducción de sustrato para tratar el Gaucher
Mejora el tamaño del bazo y factores como el nivel de hemoglobina. Los grandes retos terapéuticos son la afectación ósea y la neurológica.
Laura Díaz Ródenas. Madrid | 01/07/2015 00:00
Jesús Villarrubia, del Hospital Ramón y Cajal, en Madrid. (DM)
VISTA:
La enfermedad de Gaucher es una alteración genética causada por el déficit de la actividad funcional de la enzima lisosomal beta-glucosidasa ácida, lo que provoca una acumulación de su principal sustrato, la glucosilceramida, en los macrófagos de todo el organismo.
Con menos de 10.000 afectados en todo el mundo, y a pesar de ser la enfermedad lisosomal más frecuente, el problema es que es muy desconocida, recuerda a DM Jesús Villarrubia, del Servicio de Hematología del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), que ha coordinado el II Curso de Introducción al Diagnóstico y Manejo de la Enfermedad de Gaucher.
Se da la circunstancia de que el Hospital Ramón y Cajal acaba de ser designado como Cesur (Centros, Servicios y Unidades de Referencia del Ministerio de Sanidad y de la Comunidad de Madrid) para enfermedades metabólicas, entre las que están las lisosomales.
Los síntomas dependerán de los órganos afectados. Así, cuando es la médula ósea, se produce anemia, trombopenia y más raramente leucopenia, y otros como esplenomegalia, hepatomegalia y manifestaciones óseas. Algunos subtipos especiales presentan manifestaciones neurológicas, en cuyo caso la gravedad de la enfermedad aumenta enormemente.
- Entre las opciones terapéuticas, la EMA acaba de aprobar el eliglustat, una terapia de reducción de sustrato con muchos menos efectos secundarios que las anteriores"
Sobre las causas de la enfermedad, Villarrubia explica que se transmite con herencia autosómica recesiva. "Para diagnosticarla se debe hacer, una vez sospechada por el cuadro clínico, un estudio enzimático para demostrar la actividad de la enzima. También es muy importante realizar un estudio genético, ya que existe una cierta correlación fenotipo-genotipo fundamental para el pronóstico".
Parkinson
En los últimos años se ha demostrado que ciertos parkinsonismos, sobre todo los familiares, comparten la misma mutación que algunas de las más frecuentes en Gaucher. "Como consecuencia de ello, los pacientes con enfermedad de Gaucher tienen mucho mayor riesgo de padecer Parkinson, pero no sólo los pacientes, sino también los portadores", aclara.
En los últimos años se ha demostrado que ciertos parkinsonismos, sobre todo los familiares, comparten la misma mutación que algunas de las más frecuentes en Gaucher. "Como consecuencia de ello, los pacientes con enfermedad de Gaucher tienen mucho mayor riesgo de padecer Parkinson, pero no sólo los pacientes, sino también los portadores", aclara.
El tratamiento estándar para la enfermedad de Gaucher tipo I es la terapia de reemplazo enzimático, que requiere infusiones intravenosas cada dos semanas. No obstante, hay más opciones terapéuticas: una de ellas es la terapia de reducción del sustrato, "que consiste no ya en inhibir la formación del sustrato, sino en conseguir degradarlo, y cuya ventaja es que es oral. La agencia reguladora europea EMA acaba de aprobar el eliglustat, una terapia de reducción de sustrato con muchos menos efectos secundarios que las anteriores y que esperamos que sea aprobada en España en breve".
Ensayo
Este novedoso análogo de la glucosilceramida administrado por vía oral mejora significativamente el tamaño del bazo transcurridos nueve meses en comparación con el placebo, de acuerdo con los datos aportados por el ensayo en fase III Engage.
Este novedoso análogo de la glucosilceramida administrado por vía oral mejora significativamente el tamaño del bazo transcurridos nueve meses en comparación con el placebo, de acuerdo con los datos aportados por el ensayo en fase III Engage.
El volumen del bazo en pacientes con Gaucher tipo I tratados con eliglustat disminuyó con respecto al valor inicial en una media del 28 por ciento frente a un aumento medio del 2 por ciento en pacientes tratados con placebo. Además, se alcanzaron todos los criterios de valoración secundarios, lo que incluyó mejoras en los niveles de hemoglobina y de plaquetas, así como en los volúmenes del hígado.
Respecto al futuro de la investigación en esta patología, el especialista reconoce que los grandes retos son la afectación ósea y, sobre todo, la afectación neurológica, para la que no existe ningún tratamiento efectivo en la actualidad. "Se está trabajando en nuevas moléculas, como son las chaperonas, y en terapia génica para intentar mejorar estos aspectos de la enfermedad".
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