PRIMERA URGENCIA QUIRÚRGICA INFANTIL
Fibrinógeno, marcador de apendicitis en niños
El fibrinógeno ofrece información sobre el riesgo de apendicitis en niños y si ésta es complicada o no complicada.
María R. Lagoa. Vigo | dmredaccion@diariomedico.com | 29/02/2016 00:00
La apendicitis es una enfermedad muy frecuente en edad pediátrica y representa la primera urgencia quirúrgica infantil. Sin embargo, su diagnóstico es complejo porque ninguna de las herramientas disponibles ofrece una certeza absoluta. Así, el error diagnóstico en niños oscila entre el 15 y el 20 por ciento en primera evaluación y la tasa de intervenciones quirúrgicas innecesarias entre el 2 y el 4 por ciento.
Estas dificultades han sido el acicate que ha llevado al cirujano pediátrico del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi), Marcos Prada Arias, a firmar una tesis doctoral, calificada con sobresaliente cum laude por la Universidad de Santiago de Compostela, en la que prueba que el fibrinógeno es útil para el diagnóstico de la enfermedad en niños. Las conclusiones sirven para proponer un protocolo que incluya esta proteína en el Pediatric Appendicitis Score.
Síntomas comunes
El dolor abdominal, náuseas, vómitos o febrícula, son los síntomas característicos de la apendicitis en los niños, pero el problema es que también lo son de otras patologías como una gastroenteritis o una amigdalitis. "El diagnóstico se basa principalmente en la clínica, pero el conjunto de signos y síntomas se da en otras enfermedades, por lo que se hacen pruebas complementarias, pero ninguna es definitiva", explica Marcos Prada.
El dolor abdominal, náuseas, vómitos o febrícula, son los síntomas característicos de la apendicitis en los niños, pero el problema es que también lo son de otras patologías como una gastroenteritis o una amigdalitis. "El diagnóstico se basa principalmente en la clínica, pero el conjunto de signos y síntomas se da en otras enfermedades, por lo que se hacen pruebas complementarias, pero ninguna es definitiva", explica Marcos Prada.
En su trabajo ha demostrado que el fibrinógeno, una proteína plasmática del sistema de coagulación, es una herramienta válida tanto aisladamente como en combinación con otras pruebas, y que resulta especialmente beneficiosa para diferenciar la apendicitis no complicada de la complicada o perforada. Además, es económica y rápida pues se detecta en un análisis de sangre rutinario.
Se revisaron 764 casos de sospecha de apendicitis aguda atendidos en Urgencias Pediátricas del Chuvi durante los años 2013 y 2014, divididos en dos grupos, uno de apendicitis aguda y otro de dolor abdominal inespecífico.
Junto al fibrinógeno, se estudiaron y compararon otras variables clínicas, pruebas de laboratorio, como la proteína C reactiva, y exámenes radiológicos. "En el grupo de apendicitis el fibrinógeno estaba elevado a medida que la enfermedad era más severa. A partir de 520 mg de fibrinógeno por decilitro en un análisis de sangre, la probabilidad de enfermedad es mayor".
Categorizar pacientes
Marcos Prada señala que el fibrinógeno también ayuda a categorizar mejor a los pacientes y, en consecuencia, a tomar las mejores decisiones. En el estudio establece un escalado de casos de riesgo bajo, medio y alto, concluyendo que la ecografía no es útil en los de bajo y alto riesgo debido al número de falsos positivos y negativos.
De hecho, "el 40 por ciento de las ecografías que se realizaron no fueron de utilidad, concluyendo que en estos grupos puede aumentar la tasa de cirugía innecesaria y, en cambio, su no realización no incrementaría la tasa de perforación".
Pruebas innecesarias
Por todo ello, propone un protocolo diagnóstico que sume el fibrinógeno al Pediatric Appendicitis Score, lo que mejoraría la detección de la enfermedad y ahorraría ese 40 por ciento de ecografías innecesarias. El autor considera que cada vez existe más evidencia de la posibilidad de tratar la apendicitis de manera conservadora, sólo con antibióticos y sin operar, como se hace en otros procesos infecciosos. "Establecer el tratamiento antibiótico adecuado pasará por diferenciar correctamente la apendicitis no complicada de la complicada o perforada, para lo que el fibrinógeno resulta especialmente útil".
Junto al fibrinógeno, se estudiaron y compararon otras variables clínicas, pruebas de laboratorio, como la proteína C reactiva, y exámenes radiológicos. "En el grupo de apendicitis el fibrinógeno estaba elevado a medida que la enfermedad era más severa. A partir de 520 mg de fibrinógeno por decilitro en un análisis de sangre, la probabilidad de enfermedad es mayor".
Categorizar pacientes
Marcos Prada señala que el fibrinógeno también ayuda a categorizar mejor a los pacientes y, en consecuencia, a tomar las mejores decisiones. En el estudio establece un escalado de casos de riesgo bajo, medio y alto, concluyendo que la ecografía no es útil en los de bajo y alto riesgo debido al número de falsos positivos y negativos.
De hecho, "el 40 por ciento de las ecografías que se realizaron no fueron de utilidad, concluyendo que en estos grupos puede aumentar la tasa de cirugía innecesaria y, en cambio, su no realización no incrementaría la tasa de perforación".
Pruebas innecesarias
Por todo ello, propone un protocolo diagnóstico que sume el fibrinógeno al Pediatric Appendicitis Score, lo que mejoraría la detección de la enfermedad y ahorraría ese 40 por ciento de ecografías innecesarias. El autor considera que cada vez existe más evidencia de la posibilidad de tratar la apendicitis de manera conservadora, sólo con antibióticos y sin operar, como se hace en otros procesos infecciosos. "Establecer el tratamiento antibiótico adecuado pasará por diferenciar correctamente la apendicitis no complicada de la complicada o perforada, para lo que el fibrinógeno resulta especialmente útil".
Según fuentes del Chuvi, este trabajo es el primero prospectivo realizado sobre el rendimiento diagnóstico del fibrinógeno en la apendicitis aguda. En la literatura médica existen tres estudios publicados, todos retrospectivos y sólo uno de ellos en niños.
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