TÉCNICA POCO DIFUNDIDA
Aplican con éxito la timpanoplastia inlay con cartílago en mariposa
La timpanoplastia inlay fue descrita por primera vez en 1998, pero ha tenido una baja implantación. Un hospital sevillano la ha empleado en 20 pacientes.
Carmen Cáceres. Sevilla | 27/06/2016 13:07
Jaime Ruiz Clemente, del servicio de Otorrinolaringología del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe, Sevilla. (Carmen Cáceres)
El Hospital San Juan de Dios del Aljarafe, Sevilla, aplica la técnica denominada timpanoplastia inlay con cartílago en mariposa. Se trata de una técnica quirúrgica que se puede utilizar para el cierre de perforaciones timpánicas de pequeño y mediano tamaño (que ocupen menos del 50 por ciento de la superficie timpánica), que no precisen de exploración de la cadena osicular y/o de la caja timpánica.
"En los últimos años se está empezando a utilizar en perforaciones de mayor tamaño e incluso en procedimientos otológicos más extensos como mastoidectomías", añade Jaime Ruiz Clemente, del servicio de Otorrinolaringología del hospital.
Se realiza a través de un abordaje transcanal, sin necesidad de incisiones en el conducto auditivo externo (sólo precisa la incisión en el trago para la extracción del injerto), utilizando un injerto de cartílago y pericondrio tragal que se talla en forma de mariposa y se coloca de modo similar a un tubo de ventilación transtimpánico.
Procedimiento
Primero se extirpa el anillo fibroso de la perforación. Después, se realiza la desepitelización de bordes de perforación y se mide el tamaño de perforación con la ayuda de bisturí de conducto o pinza de Hartmann. A continuación, se extrae el injerto tragal de cartílago y pericondrio, y se produce el tallado del mismo con tamaño de aproximadamente 1 mm mayor al de la perforación.
Primero se extirpa el anillo fibroso de la perforación. Después, se realiza la desepitelización de bordes de perforación y se mide el tamaño de perforación con la ayuda de bisturí de conducto o pinza de Hartmann. A continuación, se extrae el injerto tragal de cartílago y pericondrio, y se produce el tallado del mismo con tamaño de aproximadamente 1 mm mayor al de la perforación.
Lo siguiente es hacer una incisión en todo el borde circunferencial del injerto con lo que él mismo se abre imitando la forma de una mariposa; se coloca el injerto transtimpánico de manera similar a la de un tubo de ventilación; se comprueba su ajuste y estabilidad y, por último, se coloca el espongostán sobre el injerto taponando el conducto auditivo externo.
"Aunque fue descrita por primera vez en el año 1998 por R. Eavey en Estados Unidos, está poco difundida y utilizada en nuestro medio, a pesar de su sencillez de realización, gran confort, escasa morbilidad para el paciente y rentabilidad económica para un servicio de Otorrinolaringología", matiza Ruiz.
A diferencia de la técnica inlay, tanto la técnica underlay -el injerto se coloca medial (por debajo) a los restos timpánicos- como la overlay -el injerto se coloca lateral (por encima) a los restos timpánicos- requieren incisiones en el conducto auditivo externo y precisan material de soporte en la caja timpánica.
Entre las ventajas destacan un tiempo medio quirúrgico de 45 minutos, la posibilidad de realizarse de forma ambulatoria -reduciendo así la estancia hospitalaria-, y bajo anestesia local y sedación.
De los veinte pacientes tratados con esta técnica, ocho casos bajo anestesia general (niños) y doce bajo anestesia local y sedación, se produjeron diecinueve casos de cierre de perforación al cabo de los seis meses y sólo un fracaso por infección a las dos semanas de la cirugía.
De los veinte pacientes tratados con esta técnica, ocho casos bajo anestesia general (niños) y doce bajo anestesia local y sedación, se produjeron diecinueve casos de cierre de perforación al cabo de los seis meses y sólo un fracaso por infección a las dos semanas de la cirugía.
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