FACTOR DE RIESGO
La fluctuación del colesterol LDL, asociada a peor función cognitiva
El equilibrio lipídico podría ser clave para mantener las funciones cognitivas del cerebro 'en forma'.
María Sánchez-Monge | Maria.Sanchez@diariomedico.com | 25/07/2016 00:00
Los factores de riesgo vascular, entre los que se encuentran los niveles elevados de colesterol LD, se han relacionado con el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Sin llegar a esos extremos, hay estudios que sugieren un vínculo con el deterioro cognitivo leve. Un trabajo que se acaba de publicar en Circulation aporta una nueva perspectiva: no sólo sería importante mantener el colesterol LDL en cifras adecuadas, sino que también habría que evitar que sus niveles varíen demasiado.
Un equipo encabezado por Roelof Smit, de la Universidad de Leiden, en Holanda, ha observado que las mayores fluctuaciones en los niveles de colesterol LDL podrían estar ligadas a una peor función cognitiva en personas mayores. Así se desprende de un análisis realizado con los datos de casi 4.500 personas de entre 70 y 82 años procedentes del estudio Prosper, que evalúa los efectos del tratamiento con pravastatina y se lleva a cabo en tres países europeos: Reino Unido, Irlanda y Holanda.
Entre visita y visita
Se examinó la relación entre las variaciones del lípido en cada visita al especialista y cuatro pruebas cognitivas: atención selectiva, velocidad de procesamiento de la información y dos mediciones de la memoria verbal (recuerdo inmediato y al cabo de 20 minutos). Se apreció, por ejemplo, que, en comparación con quienes mostraron la menor fluctuación, los participantes con mayor variabilidad tardaban 2,7 segundos más de media en terminar un test basado en palabras y colores para medir la atención selectiva. Estas diferencias se producían con independencia de los niveles medios de LDL y del tratamiento con estatinas. Además, en los individuos con fluctuaciones más acusadas se observaron mediante resonancia magnética cerebral ciertos rasgos de disfunción endotelial.
Se examinó la relación entre las variaciones del lípido en cada visita al especialista y cuatro pruebas cognitivas: atención selectiva, velocidad de procesamiento de la información y dos mediciones de la memoria verbal (recuerdo inmediato y al cabo de 20 minutos). Se apreció, por ejemplo, que, en comparación con quienes mostraron la menor fluctuación, los participantes con mayor variabilidad tardaban 2,7 segundos más de media en terminar un test basado en palabras y colores para medir la atención selectiva. Estas diferencias se producían con independencia de los niveles medios de LDL y del tratamiento con estatinas. Además, en los individuos con fluctuaciones más acusadas se observaron mediante resonancia magnética cerebral ciertos rasgos de disfunción endotelial.
Smit reconoce que los efectos observados son de pequeña magnitud, pero señala que "son significativos en el nivel poblacional". Por otro lado, ha señalado a DM que, dado que el diseño de su estudio es de naturaleza observacional, "los hallazgos no tienen un valor inmediato de cara a la práctica clínica". No obstante, ha añadido, "se suman a la evidencia emergente de que los factores vasculares están íntimamente relacionados con la salud cerebral. Además, aunque nuestro estudio no puede establecer una relación de causa-efecto, ya existe alguna evidencia de que las variaciones repetidas en los niveles de lípidos pueden tener, por sí mismas, efectos deletéreos".
- Roelof Smit, autor del estudio, resalta que ya existía cierta evidencia de los efectos nocivos para la salud cerebral de los cambios repetidos en los niveles de lípidos
Los resultados de la investigación encajarían con la idea de que el organismo funciona mejor cuando está en equilibrio y que los cambios constantes y bruscos nunca llevan a buen puerto. Smit considera "tentador" afirmar que la pérdida de la homeostasis es el factor clave, pero advierte de que, por el diseño de su estudio, también es posible que "la variabilidad entre visita y visita funcione como un marcador de riesgo de otros procesos patológicos que conducen a problemas cognitivos, o que las fluctuaciones lipídicas sean realmente el resultado de un daño cerebrovascular subclínico, que se reflejaría en una peor función cognitiva".
Limitaciones
Alberto Villarejo, vocal del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), subraya las limitaciones del nuevo estudio, como que "no ha sido diseñado específicamente para evaluar la función cognitiva". Aclarada la imposibilidad de extraer conclusiones definitivas, cree que el trabajo aporta un punto de vista interesante e incide en la relevancia del equilibrio. "El organismo tiene que funcionar bien para que el cerebro esté sano". Por otro lado, menciona que los hallazgos del grupo de Smit van en la línea de quienes creen que no es necesario reducir el colesterol a toda costa y en cualquier circunstancia. "Tal vez es más importante mantener niveles estables que tenerlo bajo y con vaivenes".
Alberto Villarejo, vocal del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), subraya las limitaciones del nuevo estudio, como que "no ha sido diseñado específicamente para evaluar la función cognitiva". Aclarada la imposibilidad de extraer conclusiones definitivas, cree que el trabajo aporta un punto de vista interesante e incide en la relevancia del equilibrio. "El organismo tiene que funcionar bien para que el cerebro esté sano". Por otro lado, menciona que los hallazgos del grupo de Smit van en la línea de quienes creen que no es necesario reducir el colesterol a toda costa y en cualquier circunstancia. "Tal vez es más importante mantener niveles estables que tenerlo bajo y con vaivenes".
Algo que no aclara la investigación y que aportaría información valiosa sería determinar por qué se producen esas fluctuaciones; es decir, cómo influyen la dieta, el ejercicio, la terapia con estatinas, etc.
El supuesto beneficio de las estatinas en el cerebro
El posible beneficio de las estatinas para mejorar la función cognitiva no está exento de polémica. Julián Benito-León, del Hospital 12 de Octubre (Madrid), se muestra muy crítico y, para empezar, cuestiona la relación entre colesterol LDL y problemas cognitivos. "Yo sostengo la opinión de que la hipercolesterolemia no es una enfermedad per se". Este neurólogo es el primer autor de un estudio publicado en 2015 en Journal of the Neurological Sciences que constató que la hipercolesterolemia en mayores se asociaba con un deterioro cognitivo más lento. En cuando a la terapia farmacológica, a principios de 2016 se publicó una revisión de la Cochrane que descartaba que las estatinas contribuyan a frenar el deterioro cognitivo o la demencia. Roelof Smit expone que, dado que en su estudio se obtuvieron resultados similares tanto en presencia como en ausencia del tratamiento con pravastatina, "es poco probable que nuestros hallazgos puedan ser explicados por la falta de adherencia a la terapia con estatinas o, por el contrario, a los efectos pleiotrópicos de estos medicamentos".
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