Traducido del inglés: jueves, 21 de julio, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
MIÉRCOLES, 20 de julio de 2016 (HealthDay News) -- La epidemia de abuso de medicamentos recetados de EE. UU. ha aumentado el riesgo de brotes de VIH en comunidades rurales y suburbanas, donde hasta ahora el virus ha representado poco riesgo, advierte un nuevo estudio de caso.
Las agujas compartidas entre los adictos a los medicamentos recetados crearon un brote en el condado rural de Scott, en Indiana. Las autoridades de salud pública reportan que el VIH infectó a 181 personas en ese condado entre noviembre de 2014 y noviembre de 2015.
"Fue el mayor brote que ha ocurrido en EE. UU. desde la introducción del tratamiento contra el VIH", dijo el autor principal, el Dr. Philip Peters, funcionario médico de la División de Prevención del VIH/SIDA de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. "Y ocurrió en una comunidad pobre y rural. No hemos visto brotes de VIH en esos tipos de comunidad antes".
Muchas de las personas infectadas habían pulverizado y cocido la forma de liberación prolongada de la pastilla analgésica opiácea oximorfona (Opana ER). El resultado es una mezcla inyectable, lo que aumentó la potencia y esquivó las tecnologías de fabricación del medicamento que buscan prevenir el abuso, comentó Peters.
Pero la dosis creada mediante este proceso resultó demasiado potente.
"La cantidad de opiáceos en una pastilla pulverizada que se ha cocido hasta alcanzar una mezcla líquida del fármaco es más de lo que una persona podría inyectarse", comentó Peters. "Condujo de forma natural a compartir la misma mezcla del fármaco entre varias personas".
Compartir agujas con más frecuencia se relacionó con un riesgo más alto de infección con el VIH, el virus que provoca el SIDA, señalaron los autores del estudio.
"Esta comunidad en particular es rural y también muy pobre, y en realidad no había acceso a jeringas limpias", continuó Peters. "Si una persona comenzaba a inyectarse drogas, no tenía muchas opciones excepto compartir jeringas. Probablemente ese sea un factor que ha provocado una transmisión tan rápida del VIH".
El informe de caso aparece en la edición del 21 de julio de la revista New England Journal of Medicine.
Pasar a una mezcla inyectable es una "progresión natural del uso" en las personas adictas a los opiáceos, apuntó Emily Feinstein, directora de derecho y políticas de salud del Centro Nacional sobre la Adicción y el Abuso de Sustancias de EE. UU.
"La inyección por lo general ocurre después de que una persona haya estado consumiendo suficiente tiempo y su tolerancia haya aumentado", apuntó Feinstein. "Tienen que cambiar el método de administrar el medicamento para obtener una dosis más alta e intoxicarse más".
Un estudio de los CDC de 2015 sobre los programas de servicios de jeringas encontró que los usuarios rurales de drogas son más propensos a cocer los opiáceos recetados e inyectárselos que los habitantes de las ciudades. Alrededor del 25 por ciento de los usuarios rurales de drogas se inyectaron analgésicos recetados, en comparación con un 13 por ciento de los usuarios suburbanos y un 15 por ciento de los usuarios urbanos.
Áreas como el condado rural de Scott con frecuencia cuentan con pocos servicios de salud pública, incluyendo los programas de tratamiento de la adicción y de prevención del VIH, apuntó Lindsey Vuolo, directora asociada de derecho y políticas sanitarias del Centro Nacional sobre la Adicción y el Abuso de Sustancias de EE. UU.
Esto deja a las comunidades rurales particularmente vulnerables a un brote de VIH provocado por el abuso de los medicamentos recetados, advirtió.
"En esos lugares hay pocas formas de tratar la adicción, o para prevenir los otros problemas de atención sanitaria que la adicción conlleva, entre ellos el VIH", lamentó Vuolo.
Como resultado del brote de VIH, el Gobernador de Indiana Mike Pence (ahora candidato republicano a la vicepresidencia) declaró una emergencia de salud pública el 26 de marzo de 2015, anotó el estudio de caso.
Indiana estableció su primer programa de servicios de jeringas, ofreciendo agujas limpias, pruebas de enfermedades como el VIH y la hepatitis C, y un acceso que se amplió con rapidez a los servicios de tratamiento para el abuso de sustancias, según los autores de estudio.
Ayudó que en enero de 2015 (cerca del punto álgido del brote) Indiana se unió al creciente grupo de estados que eligieron ampliar sus programas de Medicaid bajo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act).
Esa medida aumentó en gran medida el acceso de los adictos al seguro de salud, y desempeñó un rol crítico en el control del brote de VIH, afirmó Vuolo.
"Una respuesta tan rápida quizá no hubiera sido posible en los estados que no han ampliado Medicaid", dijo.
Las autoridades sanitarias rurales y suburbanas deben estar preparadas para brotes futuros, en particular las que se enfrentan a una ola de abuso de medicamentos recetados en su área, apuntó Peters.
"Este brote fue grande e inesperado, y ocurrió en una comunidad rural en particular, pero hay muchas comunidades en riesgo de un problema similar", advirtió. "Debemos ser proactivos para asegurar que no suceda".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Philip Peters, M.D., medical officer, Division of HIV/AIDS Prevention, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Emily Feinstein, J.D., director, health law and policy, U.S. National Center on Addiction and Substance Abuse; Lindsey Vuolo, J.D., M.P.H., associate director, health law and policy, U.S. National Center on Addiction and Substance Abuse; July 21, 2016, New England Journal of Medicine
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