La Aféresis Terapéutica mantiene su promesa frente a graves patologías como el Alzheimer
Para el doctor Fernando Anaya, nefrólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, la Aféresis Terapéutica (AFT) puede limpiar el hipocampo de residuos acumulados por la muerte neuronal y una alimentación demasiado rica en grasas, contribuyendo al retroceso de deterioros cognitivos como el Alzheimer.
Tras una digresión erudita que transitó desde Hipócrates a los sangradores medievales y de las edades moderna y contemporánea, el doctor Fernando Anaya explicó este viernes, 25 de noviembre las posibilidades terapéuticas de la Aféresis Terapéutica (AFT) frente a numerosas enfermedades, algunas tan graves como el Alzheimer. En esta última, destacó que en su dilatada experiencia con aféresis, y según investigaciones acreditadas, no hay pacientes que se hayan sometido a hemodiálisis y que hayan desarrollado la peor de las demencias. Anaya describió la Aféresis Terapéutica como un tratamiento que consiste en eliminar del torrente sanguíneo sustancias, inmunocomplejos y depósitos desencadenantes de enfermedades o responsables de su agravamiento y perduración. Para el jefe de sección de nefrología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, esta terapia ya se ha realizado en más de 1.100 pacientes en 17.123 intervenciones de 78 enfermedades diferentes. Anaya empezó a utilizar esta técnica en los años 80 del siglo pasado, una vez que comprobó cómo los tratamientos convencionales fracasaban o no daban los resultados esperados. Desde entonces sus tratados sobre esta materia son de referencia mundial.
Como historia de esta técnica, Anaya recordó que la American Society for Apheresis (ASFA), fue fundada en 1982 para estudiar todas las facetas relacionadas con los diferentes procedimientos aferéticos, sirviendo sus dictados de baremo para las compañías de seguros médicos de Estados Unidos. En España se formó, en el año 2004, el Grupo de Trabajo de Aféresis Terapéutica (GTAF) dentro de la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Para el nefrólogo, con 34 años de experiencia en AFT, la lista de enfermedades potencialmente a tratar por esta técnica es extensa e involucra a especialidades tan diversas como la Cardiología, laDermatología, el Aparato Digestivo, la Hematología, la Neurología y, como es su caso, la Nefrología. Entre las técnicas posibles, Anaya dispone de la plasmaféresis, la leucocitoaféresis o la hemoadsorción, dentro de 18 tratamientos posibles. Esta labor es factible desde el trabajo que realiza en el Hospital Gregorio Marañón, uno de los pocos centros que dispone de una unidad especializada.
En Alzheimer, la hipótesis del doctor Anaya fue que las proteínas implicadas en la enfermedad, como TAU o Beta-amieloide tienen pesos moleculares similares al colesterol y otras grasasque transitan por los vasos sanguíneos. De ahí que pudieran ser retiradas del hipocampo cerebral, mediante tecnología depurativa. Esto le llevó a investigar sobre más de 3.000 pacientes que habían sido sometidos a hemodiálisis, concluyendo que ninguno había desarrollado Alzheimer. Más recientemente, y sin salir del filtrado terapéutico de la sangre, el doctor Anaya destacó experiencias realizadas hasta el momento con ratones en los que la transfusión de sangre de individuos envejecidos abotargó el entendimiento de otros más jóvenes, consiguiéndose el esperanzador efecto contrario, cuando la sangre de los especímenes jóvenes fue transfundida a los ratones mayores, que antes habían mostrado evidencias de senilidad.
Anaya añadió que los Procedimientos de Depuración Sanguínea (PDS) tienen campo de desarrollo en la mayoría de las especialidades médicas, pero que deben quedar siempre dentro del control de la Nefrología, por ser la especialidad más versada en circulación extracorpórea (CEC). Dichos PDS se distribuyen según la clasificación de categorías de la ASPA, con indicación para insuficiencia renal crónica y aguda. Estas técnicas comprenden maniobras de inicio, mantenimiento y finalización de procedimientos extracorpóreos, con posibilidad de solventar complicaciones, casi siempre reversibles. Dicha reversibilidad depende fundamentalmente de la precocidad de su diagnóstico y su tratamiento. Siendo prioritario en todo el procesos la seguridad del paciente y el punto de vista de eficiencia, teniendo en cuenta el alto coste de estas técnicas.
Pie de foto: El doctor Fernando Anaya, jefe de sección del Servicios de Nefrología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón
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