GUÍA CLÍNICA ESPAÑOLA
Primer consenso sobre cómo administrar la inmunoterapia oral en alergia a leche y huevo
Los especialistas españoles han consensuado en una guía pionera las recomendaciones clínicas para emplear la inmunoterapia oral en pacientes con alergia a leche de vaca y/o huevo.
Sonia Moreno | 28/06/2017 15:18
Rosa García, Luis Echeverría, María García Onieva (AEP), Elena Alonso y Carmelo Escudero, en la presentación de la guía. (DM)
En España, hace años que la inmunoterapia oral (ITO) se emplea como una opción terapéutica en determinados pacientes con alergia alimentaria. De hecho, es uno de los países pioneros en esta estrategia, con las primeras experiencias de la mano de Antonio Martorell, del Hospital General Universitario de Valencia, hacia 2001. Desde entonces, algunos profesionales han adoptado este abordaje, que consiste en la introducción pautada, bajo supervisión médica y en dosis crecientes del alimento alérgeno para conseguir la desensibilización. Ahora toda esa experiencia, no estandarizada y en muchos casos procedente del ámbito de la investigación clínica, junto con las evidencias publicadas, sustentan una guía clínica, coordinada por Martorell, donde se han consensuado las recomendaciones para llevar a cabo el procedimiento con la máxima eficacia y seguridad.
La guía está elaborada por una treintena de pediatras alergólogos y alergólogos, de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) y de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), de 18 centros de toda España. Se publica en julio en las revistas científicas Allergologia et Immunopathologia y Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology. "Es la primera guía en la literatura científica en todo el mundo sobre ITO específica a alimentos", ha remarcado Carmelo Escudero, del Servicio de Alergia Pediátrica del Hospital Infantil Niño Jesús, en Madrid, y uno de los miembros del comité científico que han presentado la guía en una rueda de prensa. Está dirigida a la alergia a leche de vaca y huevo, mediada por IgE, aunque abre la puerta al tratamiento de otras alergias alimentarias. "La de la leche es la alergia alimentaria más frecuente en España, seguida de la del huevo", ha recordado Luis Echeverría, del Servicio de Alergia Pediátrica del Hospital Universitario Severo Ochoa, en Leganés (Madrid). "No obstante, los frutos secos y el pescado son alérgenos que van en aumento en los últimos años, y que también podrían incluirse en una potencial ampliación de la guía". Por los datos extrapolados de países vecinos, se estima que en España entre un 4 y 8 por ciento de la población infantil padece algún tipo de alergia alimentaria.
Para estos pacientes, la recomendación generalizada es evitar el alimento alérgeno. Según la guía, hasta el 85 por ciento de todos los niños con alergia a la leche de vaca alcanzan la tolerancia espontánea antes de los tres años de edad, mientras que la alergia al huevo persiste durante un periodo de tiempo más largo, aunque cerca del 65 por ciento de los niños afectados la consigue a los 6 años. No obstante, esto supone un impacto diario en la vida del niño y de su familia, como ha destacado Elena Alonso, del Servicio de Alergia Pediátrica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, al margen de que es muy difícil evitar siempre los contactos inadvertidos y que a medida que avanza la edad las posibilidades de alcanzar la tolerancia disminuyen hasta desparecer. La ITO consigue desensibilizar hasta un 90 por ciento de los casos. Alonso ha aludido a que esta opción supone un "traje a medida para cada paciente". El objetivo también es individualizado, pues mientras que en determinados enfermos se busca el poder seguir una dieta normal y sin restricciones, en otros, será proteger al paciente de los consumos inadvertidos. En todo el proceso, la colaboración de la familia es indispensable. Así, una pauta de administración de la ITO puede requerir la presencia semanal del niño durante cuatro meses de media. Tanto para pacientes y familiares como para los profesionales, los especialistas han abundado en que es un tratamiento muy exigente en cuanto a tiempo y dedicación.
Rosa García, del Servicio de Alergología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, ha enumerado los requisitos que recoge la guía para que los profesionales puedan ponerla en práctica, que incluye el disponer de "personal entrenado y el espacio y los dispostivos adecuados para la vigilancia después de la administración programada, pues la ITO no está exenta de riesgos".
Con todo, los especialistas han coincidido en que, realizada de la forma adecuada, la ITO es segura, sin que se hayan registrado eventos de gravedad, más allá de las reacciones adversas derivadas de la alergia.
Por su parte, María García-Onieva, secretaria de la Asociación Española de Pediatría (AEP), ha destacado que esta guía "producto de la investigación, es de gran trascendencia para la práctica clínica y el tratamiento de la alergia infantil, por lo que supone un beneficio, tanto para la salud de estos niños como para la de la sociedad en general".
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