martes, 29 de agosto de 2017

Hay vida, y buena, después del infarto - DiarioMedico.com

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LA TASA DE RECURRENCIA ES MUY BAJA

Hay vida, y buena, después del infarto

Las personas que han sufrido un infarto de miocardio pueden vivir muchos años, y con calidad, siempre y cuando adapten sus hábitos de vida a su nueva situación de salud. Médico y farmacéutico son los ‘coaching' que harán posible el cambio hacia unas costumbres saludables.
Ángeles Gómez   |  29/08/2017 10:00
 
 

La enfermedad coronaria, y concretamente el infarto agudo de miocardio, es una de las principales causas de morbimortalidad en la población general de los países desarrollados. La incidencia de esta patología está descendiendo y, además, está mejorando mucho la supervivencia de los pacientes. "Pero como cada vez se vive más, y la edad es un factor de riesgo fundamental, la prevalencia de la enfermedad está aumentando", apunta Rocío Tello, codirectora del Programa de Rehabilitación Cardiaca del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, que apunta directamente a los factores de riesgo clásicos como los principales responsables del problema: tabaquismohipertensióndiabeteshipercolesterolemia y obesidad. Todos son tan corrientes y sencillos de determinar que "hay que corregirlos antes de que aparezca la enfermedad y con mayor énfasis si la patología ya ha surgido" enfatiza.
Después de un infarto, el enfermo no tiene que enfrentarse solo a su nueva situación. Tello explica que "los programas de rehabilitación cardíaca involucran a profesionales de distintos niveles asistenciales (primaria, especializada, rehabilitación y medicina física, cardiología, psiquiatría, neumología, andrología, etc.) para conseguir que las personas que han tenido un infarto consigan hacer un cambio efectivo de los factores de riesgo". Este despliegue humano es necesario ya que "la mayoría de las veces, no es fácil modificar el estilo de vida y la manera de ver la vida por lo que los cambios en el tipo de alimentación, en el ejercicio físico, en el hábito tabáquico, en el cumplimiento terapéutico y en el estado de ánimo, etc".
En opinión de la cardióloga, "hay que hacer una transformación profunda y esto es complicado para los pacientes, pero es muy importante, porque el pronóstico de esta enfermedad depende de manera crítica del cumplimiento y seguimiento de estos objetivos".

Mucho antes del infarto

Pero la enfermedad no comienza con el infarto. "Es una patología crónica, que se adquiere a lo largo de los años, mucho antes de que aparezcan las primeras manifestaciones, y se mantiene durante toda la vida. Lo que sucede es que, si se hacen bien las cosas, su pronóstico es muy bueno una vez que se ha superado la fase aguda del infarto agudo de miocardio".
El primer año es una fase delicada debido a que es cuando el riesgo de reinfarto es mayor, pero superado este periodo "las tasas de recurrencia son muy bajas, de menos del 1 por ciento anual", asegura Tello. Pero nunca hay que bajar la guardia. "El paciente no puede darse nunca por curado, porque es una patología crónica y progresiva y si no se atajan las causas, progresa y esto es importante porque a menudo afecta a personas jóvenes, con unas expectativas de vida de más de 20 años desde el infarto, y si no se trata adecuadamente puede recurrir fácilmente".
En opinión de la especialista, el mensaje está claro: "Si todo se hace bien, el pronóstico es excelente y la recurrencia es muy baja", y esto pasa por "cambiar estilo de vida desde el minuto cero, desde dentro del hospital. Si se aplazan estos cambios, merma las posibilidades de curación. Es importante que el paciente vuelva a su casa con la idea de que su vida debe cambiar obligatoriamente y que será para mejor".
En todo este cambio de hábitos, Tello destaca la labor del farmacéutico, sobre todo para fomentar la adherencia al tratamiento. "Este profesional sanitario ve al paciente mucho más que cualquier otro y puede informar y motivar sobre la importancia del medicamento y eso tiene un impacto positivo en la adherencia al tratamiento. La idea es que todos los agentes sociales implicados estén coordinados para ir en la misma dirección", señala el experto.




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