Qué puedo hacer para cuidar mi corazón
“Mi corazón, su corazón” es el lema elegido este año por la Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation -WHF) para este día viernes, en que se celebra el Día Mundial del Corazón. Apunta que destacar las importancia de cuidar nuestros propios corazones y los de nuestros seres queridos. Y preguntarse “qué puedo hacer para cuidar mejor mi corazón”. Es decir, hablamos de prevención. Porque “el impacto de las enfermedades cardiovasculares no llega solo al corazón: alcanza a toda la familia. El riesgo de quien no se cuida bien es un infarto de corazón, y las enfermedades cardiovasculares incluyen al cerebro, las arterias y los riñones”, dice la doctora Carol Kotliar, Directora del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral. Esto significa: se exponen no solo al infarto cardíaco sino al ACV, la demencia, el deterioro cognitivo, la insuficiencia renal y la diálisis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha propuesto la iniciativa 25x25: reducir un 25% la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares para el año 2025. Entidades como la Federación Argentina de Cardiología, hablan hoy de "Valorá tu vida, cuidá tu corazón" y proponen “Elegir un corazón sano para todos en todas partes”. “Las diferentes campañas nacionales e internacionales en torno a este día pivotean acerca de promover concientización sobre la enfermedad cardiovascular –explica la Dra. Kotliar-. La concientización es básica para lograr dos objetivos: prevenir y adherir. Prevenir la aparición de la enfermedad cardiovascular, y lograr que el enfermo ¨adhiera¨ al tratamiento cuando el daño ya apareció. ¿Qué significa esto en la práctica? Que el paciente no siente molestias hasta que, muchas veces, el daño está instalado. Por eso es tan difícil prevenir. El colesterol alto o la presión elevada no duelen, no pican, no te molestan y si no los medís, no te das cuenta”.
Un problema cultural
El Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral es el primer centro de Argentina acreditado como centro de excelencia por la European Society of Hypertension. Para su Directora la Dra. Kotliar, quien es además miembro de la Sociedad Europea de Hipertensión, y de las sociedades nacionales de Cardiología e Hipertensión así como investigadora del CONICET, el problema es cultural. “No hay cultura de cuidar el corazón. Puede uno sentirse en falta si está sedentario pero esto no le altera la vida diaria, al igual que un sobrepeso. Es muy diferente a tener fiebre o tos o dolor de abdomen, eso molesta a la vida diaria y se consulta o se acepta el tratamiento. Durante mucho tiempo, se conoció a estos factores de riesgo como asesinos silenciosos, y siguen siéndolo. Aun en casos en los que el paciente ya ha sufrido un infarto cardíaco, es difícil que adhiera a un estilo de vida saludable, baje de peso y haga gimnasia y, aunque parezca difícil de creer, muchos no toman los medicamentos indicados y los abandonan al año del evento”.
¿Cómo saber cuál es mi riesgo cardiovascular?
Existen herramientas a disposición de todos en aplicaciones o en la web, que permiten conocer el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio o un ACV. También pueden solicitarse al médico, aclara Kotliar. Se refiere a los test. Recomienda el de la Sociedad Europea de Cardiología denominado SCORE. Este sistema solicita para calcular el riesgo que se introduzcan datos acerca del valor de colesterol, presión arterial, tabaquismo, edad.
¡Hay más ancianos pero menos ancianos!
Sí. Suena a contradictorio, pero no lo es. La paradoja señala que muy pronto, ya no hablaremos de envejecimiento para un alto rango de personas que eran consideradas ancianas hasta hace 8 meses. “Sucede que en febrero de 2018, la OMS y la Organización Mundial del Corazón pasaron a re-definir la edad de la ancianidad. Ahora, son ancianos los mayores de 80 años. Antes, lo eran los de 65”, dice la especialista. “La cardiología hoy debe lograr que ese lapso que va de los 65 a los 80 años se viva con la mejor salud cardiovascular posible. Y ello comienza con prevención desde los 50”, remarca.
El gran desafío de la nueva pirámide poblacional
Este aumento de la expectativa de vida es un gran desafío. Poblacionalmente hablando, durante los últimos 100 años se han ganado 30 años en expectativa promedio de vida. Para 2050, se duplicará el porcentaje de mayores de 60 años en el mundo (12 a 22%) y dos mil millones de habitantes tendrán más de 60 años. Ahora, en 2018, existen 125 millones de personas mayores de 80 años. Se espera que en 2050 ese número corresponda solamente a China; en el resto del mundo, habrá 435 millones más de personas de esa edad. “Vivimos más pero no podemos decir que vivimos mejor –subraya la médica-. Se han incrementado las incapacidades y el impacto de diabetes, demencia, deterioro cognitivo y especialmente la enfermedad cardiovascular en mayores de 65-80 años. El 50% de los mayores de 75 años padecerá alguna forma de enfermedad cardiovascular. En Europa este grupo etario representa el 70% del total de costos de salud”. Hay más sobrevida, entre otras causas, porque se redujo la mortalidad infantil atribuida a causas infecciosas. También, por mejores tratamientos de enfermedades cardiovasculares y metabólicas gracias a nuevas estrategias de intervención sobre la angina de pecho e infarto miocardio (angioplastias, trombolisis, reanimación cardiopulmonar, fármacos que han modificado significativamente la historia de la enfermedad cardiovascular como estatinas, antihipertensivos, metformina y anticoagulantes). La cardiología debe lograr que estas personas estén sanas, tengan envejecimiento saludable, sin enfermedades cardiovasculares, sin limitaciones cognitivas ni cerebrovasculares.
¿Cómo empezar a cuidar mi corazón?
- Debo consultar a mi médico para saber mi riesgo cardiovascular.
- Conocer mis cifras de presión arterial. Idealmente, una vez x año, mientras se mantenga por debajo de 130/80 en casa y de 140/90 en el consultorio.
- Conocer mi valor de colesterol total, LDL y HDL.
- Cumplir la regla de 4x40: hace alguna actividad física como caminar, trotar, nadar, bicicleta, de manera continuada durante 40 minutos, 4 días a la semana. O 30 minutos, diariamente.
- Lograr que mi consumo de sal sea el adecuado, no más de 5 gramos de sal por día.
- Mantener mi peso corporal y medir mi cintura abdominal: que no exceda los valores recomendados según altura y edad.
- No fumar ni un solo cigarrillo, ni tampoco habanos.
- Aprender a manejar el estrés. Las personas que viven más tiempo sin enfermedad cardiovascular son optimistas, sonríen más, cultivan tiempo con sus amigos y dan prioridad a la familia.
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