Exámenes de detección del cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo (PDQ®)–Versión para profesionales de salud
Aspectos generales
Nota: también están disponibles otros sumarios del PDQ Prevención del cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo, Tratamiento del cáncer epitelial de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo; Tratamiento de tumores de células germinativas del ovario y Tratamiento de tumores de ovario de bajo potencial maligno.
Pruebas de ausencia de beneficio de los exámenes de detección para la mortalidad
Concentraciones del antígeno del cáncer 125 de umbral simple y ecografía transvaginal
Después de una mediana de seguimiento de 14,7 años, hay pruebas sólidas que indican que usar exámenes de detección con el marcador sérico antígeno del cáncer 125 (CA-125; con umbral fijo de 35 u/ml para un resultado positivo) cada año durante 6 años y con ecografía transvaginal (ETV) durante 4 años para las mujeres de 55 a 74 años con riesgo promedio de contraer cáncer de ovario no producen una disminución de la mortalidad por este cáncer.
Magnitud del efecto: la tasa de mortalidad por cáncer de ovario fue de 3,8 defunciones por 10 000 mujeres en el grupo sometido a los exámenes de detección y de 3,6 defunciones por cada 10 000 años-persona en el grupo de atención habitual, lo que produce un cociente de tasas de mortalidad de 1,06 (intervalo de confianza 95 % [IC], 0,87–1,30).[1]
- Diseño del estudio: pruebas obtenidas en un ensayo controlado aleatorizado.
- Validez interna: buena.
- Congruencia: en un ensayo se evaluó el efecto del cáncer de ovario en la mortalidad.
- Validez externa: buena.
Exámenes de detección con ecografía transvaginal sola o exámenes de detección multimodales con concentraciones del antígeno del cáncer 125 y ecografía transvaginal evaluados mediante el Risk of Ovarian Cancer Algorithm
En el United Kingdom Collaborative Trial of Ovarian Cancer Screening (UKCTOCS), los exámenes de detección con ecografía transvaginal (ETV) sola o los exámenes de detección multimodales con concentraciones del antígeno del cáncer 125 (CA-125) y ecografía transvaginal evaluados mediante el Risk of Ovarian Cancer Algorithm (ROCA) no redujeron la mortalidad con ninguno de los abordajes según el criterio de valoración primario en mujeres sometidas a entre 7 y 11 exámenes durante una mediana de seguimiento de 11,1 años.[2]
Magnitud del efecto: los exámenes de detección multimodales se relacionaron con una mortalidad más baja, pero no estadísticamente significativa, que la ausencia de exámenes de detección (15 % de reducción de la mortalidad; IC 95 %, -3 a 30 %; P = 0,10). Los exámenes de detección con ecografía sola también produjeron una mortalidad más baja pero no estadísticamente significativa (11 % de reducción de la mortalidad; IC 95 %, -7 a 27 %; P = 0,21).[2]
- Las complicaciones de los exámenes de detección fueron de menos de 1 % para las estrategias de exámenes de detección con ETV sola y de modalidad múltiple.
- Diseño del estudio: pruebas obtenidas en un ensayo controlado aleatorizado.
- Validez interna: buena.
- Congruencia: en un ensayo se evaluó el efecto que este abordaje específico tiene en la mortalidad por cáncer de ovario.
- Validez externa: buena, de acuerdo con datos de otros estudios en los que se evaluaron criterios de valoración complementarios.
Informe de los perjuicios
Con base en pruebas sólidas, los exámenes de detección del cáncer de ovario producen resultados positivos falsos. Las mujeres sometidas a exámenes de detección tuvieron tasas más altas de ooforectomía y otras complicaciones menores, como desmayos y hematomas.
Magnitud del efecto:
- De las mujeres sometidas a exámenes de detección, 9,6 % recibieron resultados positivos falsos que condujeron a que 6,2 % se sometieran a cirugía. La tasa de complicaciones quirúrgicas para todas las mujeres sometidas a exámenes de detección fue de 1,2 %.
- Las tasas de ooforectomía fueron de 85,7 por 10 000 años-persona para las mujeres sometidas a exámenes de detección y de 64,2, por 10 000 años-persona para las mujeres que recibieron la atención habitual.
- Se presentaron complicaciones leves causadas por los exámenes de detección: 58,3 casos por 10 000 mujeres sometidas a la prueba del CA-125 y 3,3 casos por 10 000 mujeres sometidas a ecografía transvaginal (ETV).
- Diseño del estudio: pruebas obtenidas en un ensayo controlado aleatorizado.
- Validez interna: buena.
- Congruencia: no corresponde (N/C).
- Validez externa: buena.
En el grupo de ETV sola del ensayo UKCTOCS, hubo 50 procedimientos quirúrgicos positivos falsos y en el grupo multimodal hubo 14 operaciones positivas falsas por cada 10 000 exámenes de detección.[2]
En la población general, los exámenes de detección se dirigen a mujeres posmenopáusicas y las complicaciones más importantes se vinculan con la cirugía. Entre las mujeres más jóvenes, el grupo destinatario para la detección incluye a las portadoras de la mutación BRCA1/2; es posible que una ooforectomía antes de los 45 años aumente la mortalidad secundaria por enfermedad cardiovascular. También es posible que la ooforectomía en mujeres más jóvenes reduzca el riesgo de cánceres de mama con receptor de estrógeno, que se presentan con mucha frecuencia entre las portadoras de mutaciones BRCA2.
Bibliografía
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- Jacobs IJ, Menon U, Ryan A, et al.: Ovarian cancer screening and mortality in the UK Collaborative Trial of Ovarian Cancer Screening (UKCTOCS): a randomised controlled trial. Lancet 387 (10022): 945-56, 2016. [PUBMED Abstract]
Descripción de las pruebas
Incidencia y mortalidad
El carcinoma de ovario es la quinta causa principal de muerte por cáncer en las mujeres de los Estados Unidos y tiene la tasa más alta de mortalidad por todos los cánceres ginecológicos. Se calcula que se diagnosticarán 22 240 casos nuevos de cáncer de ovario en los Estados Unidos en 2018 y que 14 070 mujeres morirán por esta enfermedad. De 2005 a 2014, las tasas de incidencia disminuyeron 1,4 % por año en mujeres blancas, pero se mantuvieron estables en mujeres afroamericanas. De 2006 a 2015, las tasas de mortalidad disminuyeron 2 % por año en mujeres blancas y 1 % por año en mujeres afroamericanas.[1] El pronóstico de supervivencia para el carcinoma de ovario depende en gran medida del estadio, que se relaciona estrechamente con el tipo histopatológico. Alrededor de 80 % de las mujeres con carcinoma de ovario tienen un carcinoma seroso de grado alto, y de ellas, 90 % tiene una enfermedad en estadio III o IV en el momento de la presentación inicial; esto a su vez, conduce a una supervivencia precaria.[1,2]
El cáncer de ovario es poco frecuente; el riesgo de por vida de un diagnóstico de cáncer de ovario es de 1,31 %.[2]
Tipos de cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo
El término cáncer de ovario abarca un grupo heterogéneo de tumores malignos de origen ovárico que surgen de células germinativas, tejido estromal o tejido epitelial del interior del ovario. Los cánceres epiteliales son el tipo más común de cáncer de ovario y se clasifican en cinco tipos principales: carcinomas serosos de grado alto, endometrioides, de células claras, mucinosos y serosos de grado bajo.[3] Los datos de revisiones patológicas detalladas de muestras obtenidas durante una cirugía para la reducción de riesgo en las portadoras de mutaciones BRCA1/BRCA2 demostraron un precursor putativo del carcinoma seroso de grado alto en la fimbria de la trompa de Falopio (carcinoma intraepitelial tubárico seroso [CITS]); ello indica que muchos carcinomas de este grupo previamente clasificados como ováricos son, en realidad, tumores primarios tubáricos. Se han encontrado lesiones similares en mujeres que no son portadoras de mutaciones BRCA1/2; sin embargo, la mayoría de los datos de este grupo están limitados por la presencia de carcinomas voluminosos simultáneos en toda la pelvis. Como el CITS no se encuentra en todos los casos de carcinoma seroso de grado alto, ello indica otros orígenes posibles de estos tumores. Se postula que muchos carcinomas endometrioides y de células claras surgen de la endometriosis, una lesión benigna que se produce por la implantación y la persistencia del endometrio menstrual exfoliado.
Los tumores malignos de células germinativas y del estroma, como los tumores de células de la granulosa, son poco frecuentes y representan 10 % o menos de los tumores malignos de ovario.[4]
Factores de riesgo
Para una descripción completa de los factores relacionados con un aumento o disminución del riesgo de cáncer de ovario, consultar la sección sobre Factores con pruebas suficientes de un aumento de riesgo de cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo del sumario del PDQ Prevención del cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo. Varios síndromes de cáncer familiar, como el síndrome hereditario de mama-ovario BRCA1 y BRCA2, y el síndrome de Lynch, se relacionan con un aumento marcado del riesgo de cáncer de ovario.[4,5] (Para obtener más información en inglés acerca de estos síndromes y otros factores genéticos de cáncer de ovario, consultar la sección sobre Autosomal Dominant Inheritance of Breast and Gynecologic Cancer Predisposition en el sumario del PDQ Genetics of Breast and Gynecologic Cancers).
Pruebas de la ausencia de beneficio de diferentes modalidades de exámenes de detección para la mortalidad
El cáncer de ovario se presenta a menudo con síntomas persistentes, pero imprecisos, que suelen aparecer después de que el cáncer metastatizó. Algunos investigadores propusieron el uso de índices de síntomas como método de detección del cáncer de ovario.[6,7] Debido a que esto no es, por definición, detección asintomática no se considera con más detalle en este sumario.
El examen ginecológico suele incluir un examen pélvico manual, pero por lo común se considera que este procedimiento carece de sensibilidad para detectar la enfermedad en estadio temprano.[8,9] No hay pruebas del beneficio de este examen para la detección temprana y la disminución de la mortalidad por cáncer de ovario y ya no se utiliza.
Otras pruebas de detección son la ecografía transvaginal (ETV) y la concentración sérica del antígeno del cáncer 125 (CA-125). Con frecuencia, estos se realizan en combinación. Se están estableciendo varios biomarcadores con posible aplicación para la detección del cáncer de ovario, pero todavía no se ha validado o evaluado su eficacia para la detección temprana y la reducción de la mortalidad.
En un comunicado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) sobre la seguridad de los medicamentos emitido en septiembre de 2016, se recomienda no utilizar las pruebas de detección que se ofrecen actualmente para el cáncer de ovario en ninguna población de mujeres. Esta recomendación se debe a que es posible que las mujeres asintomáticas con riesgo alto que reciben un resultado negativo falso de una prueba de detección difieran los tratamientos preventivos eficaces.
United Kingdom Collaborative Trial of Ovarian Cancer Screening
Se propuso la ecografía transvaginal (ETV) (o sonograma transvaginal [STV]) como método de detección del cáncer de ovario por su capacidad de medir con precisión una masa ovárica y detectar masas pequeñas.[10]
En el United Kingdom Collaborative Trial of Ovarian Cancer Screening (UKCTOCS), se compararon los desenlaces de 50 623 mujeres posmenopáusicas de 50 a 74 años asignadas al azar a someterse a exámenes de detección anuales con ETV sola durante 7 a 11 ciclos y de 50 264 sometidas a exámenes de detección multimodales con pruebas del CA-125 y ETV (ver más abajo) con los desenlaces de 101 299 mujeres que no se sometieron a exámenes de detección y que sirvieron como grupo de comparación. Las participantes provenían de 13 centros de estudio de todo el Reino Unido y se inscribieron de 2001 a 2005. Después de iniciado el ensayo, pero antes del análisis, se corrigió dos veces el protocolo: 1) se amplió el alcance del estudio para que tuviera más potencia, y 2) se liberalizaron los criterios para la derivación al grupo de detección multimodal con el fin de aumentar el porcentaje de exámenes de detección con resultado positivo.[11]
Las mujeres con resultado normal en la ETV continuaron con los exámenes de detección anual; los resultados intermedios condujeron a repetir la prueba del CA-125 y la ETV a los 3 meses, y los resultados anormales a repetir las pruebas en el término de 6 semanas. En el grupo de ETV se diagnosticaron 314 cánceres y hubo 154 defunciones relacionadas con el cáncer de ovario; en el grupo que no se sometió a exámenes de detección, se diagnosticaron 630 cánceres y hubo 347 defunciones relacionadas con el cáncer de ovario. La mortalidad fue más baja con la detección mediante ETV (11 %; IC 95 %, -7 a 27 %; P = 0,21), pero no estadísticamente significativa. La detección con ETV condujo a 50 cirugías por cada 10 000 mujeres con un resultado positivo falso de los exámenes de detección. Menos de 1 % de los exámenes de detección y 3,4 % de las operaciones produjeron complicaciones. Durante una mediana de 11,1 años, hubo 0,30 % de defunciones por cáncer de ovario entre las mujeres sometidas a detección y 0,34 % entre las mujeres sin exámenes de detección.[11,12]
Prueba del antígeno de cáncer 125 sérico para la detección del cáncer de ovario
El antígeno de cáncer 125 (CA-125) es un antígeno tumoral que se utiliza en el entorno clínico para la vigilancia de las pacientes con carcinomas epiteliales de ovario.[13,14] Se propuso medir las concentraciones del CA-125 como un posible marcador para la detección temprana del cáncer de ovario, ya fuera como una prueba única con un punto de corte determinado o en algoritmos para examinar el cambio de concentraciones con el tiempo. En dos ensayos aleatorizados, se incluyó el CA-125 en forma simultánea o consecutiva con la ETV como exámenes de detección de modalidad múltiple. El valor de referencia del CA-125 que se notificó con mayor frecuencia y que designa una prueba de detección positiva es de 35 u/ml; este fue el valor de referencia utilizado en el Prostate, Lung, Colorectal, and Ovarian (PLCO) Screening Trial (NCT01696994) para definir un resultado anormal de la prueba. La medición de las concentraciones del CA-125, en combinación simultánea con una ETV,[15] fue la intervención de detección ovárica evaluada en el ensayo PLCO.[16,17] Las concentraciones elevadas del CA-125 no son específicas para el cáncer de ovario y se han observado en pacientes con cánceres no ginecológicos,[14] endometriosis,[18] hepatopatía, insuficiencia cardíaca congestiva, acumulación de líquido pleural o peritoneal, y en el primer trimestre del embarazo.[19,20] La sensibilidad de la prueba del CA-125 para la detección de cáncer de ovario se calculó en dos estudios de casos y controles anidados que usaron bancos de suero.[21,22] La sensibilidad para las concentraciones del CA-125 de por lo menos 35 u/ml osciló entre 20 y 57 % para los casos que se presentaron en los 3 primeros años del seguimiento; la especificidad fue de 95 %.
Se realizó un estudio de fase II/III de biomarcadores para evaluar la sensibilidad de varios marcadores de cáncer de ovario, incluso las concentraciones del CA-125, en muestras de pacientes con cáncer de ovario obtenidas en cuatro sitios. El cálculo de sensibilidad para la enfermedad en estadio temprano (cáncer de ovario en estadios I y II) fue de 56 % (intervalo de confianza [IC] 95 %, 49–72 %) para un valor de corte establecido a fin de obtener una especificidad fija de 95 %. El umbral del valor de corte para el CA-125 con 95 % de especificidad fue de 24 u/ml. La sensibilidad para todos los casos (56 % de los casos en estadios III o IV en el momento del diagnóstico) fue de 73 % (IC 95 %, 64–84 %). Cuando se utilizó el valor de corte clínico de 35 u/ml, disminuyó la sensibilidad.[23]
Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian Cancer Screening Trial: concentraciones del antígeno de cáncer 125 con umbral de corte único y ecografía transvaginal
En el ensayo Prostate, Lung, Colorectal and Ovarian (PLCO) se evaluó el efecto de los exámenes de detección en la mortalidad por cáncer de ovario en mujeres de 55 a 74 años sometidas a 6 exámenes de detección anuales usando las concentraciones séricas del antígeno de cáncer 125 (CA-125) con un umbral de 35 u/ml para un resultado positivo, y 4 ecografías transvaginales (ETV) anuales. Las mujeres se asignaron al azar a someterse a los exámenes de detección (n = 39 105) o la atención habitual (n = 39 111) en 10 centros de exámenes detección de los Estados Unidos, entre noviembre de 1993 y julio de 2001. Las participantes y sus profesionales de atención de la salud recibieron los resultados de los exámenes de detección y evaluaron los resultados anómalos. El grupo de atención habitual no se le ofreció someterse a exámenes de detección con CA-125 o ETV, en su lugar recibió la atención médica habitual. Al comienzo, se controló a las participantes por un máximo de 13 años (mediana, 12,4 años, intervalo, 10,9–13,0 años) para diagnósticos de cáncer y defunciones hasta el 28 de febrero de 2010. La mortalidad por cáncer de ovario, incluso por cánceres primarios de peritoneo y de trompas de Falopio fue la medida de desenlace principal. Los resultados secundarios fueron la incidencia de cáncer de ovario y las complicaciones relacionadas con los exámenes de detección y los procedimientos de diagnóstico.[24] Después de la transición de las participantes en el ensayo PLCO a un proceso de seguimiento centralizado, el seguimiento de la mortalidad se extendió hasta el final de 2012 para alcanzar un máximo de seguimiento de 19,2 años y una mediana de seguimiento de 14,7 años.[25]
El cumplimiento con los exámenes de detección osciló entre 85 % en la primera ronda y 73 % en la sexta ronda; la contaminación del grupo de atención habitual osciló entre casi 3,0 % para el CA-125 y 4,6 % para la ETV. Durante las 4 primeras rondas de exámenes de detección, 11,1 % de las mujeres tuvo al menos un resultado positivo, 8,1 % tuvo al menos una ETV positiva y 3,4 % tuvo al menos una prueba de CA-125 positiva. Los rendimientos de ambas pruebas fueron similares. Se diagnosticó cáncer de ovario a 212 mujeres (5,7 por 10 000 años-persona) en el grupo de intervención y a 176 mujeres (4,7 por 10 000 años-persona) en el grupo de atención habitual (cociente de tasas, 1,21; IC 95 %, 0,99–1,48). Las distribuciones por estadios fueron similares en los grupos de estudio; los cánceres en estadios III y IV comprendieron la mayoría de los casos tanto en el grupo de intervención (163 casos, 77 %) como en el grupo de atención habitual (137 casos, 78 %). La distribución por tratamiento de los casos de cáncer fue muy similar entre los grupos de cada estadio. Durante el período original de seguimiento (máximo, 13 años) hubo 118 defunciones por cáncer de ovario (3,1 por 10 000 años-persona) en el grupo de intervención y 100 defunciones por cáncer de ovario (2,6 por 10 000 años-persona) en el grupo de atención habitual (cociente de tasas de mortalidad, 1,18; IC 95 %, 0,82–1,71). A lo largo del período de seguimiento prolongado (mediana de 14,7 años; máximo, 19,2 años), hubo 187 defunciones por cáncer de ovario (3,8 por 10 000 años-personas) en el grupo de intervención y 176 defunciones por cáncer de ovario (tasa de 3,6 por 10 000 años-persona) en el grupo de atención habitual (tasa de mortalidad, 1,06; IC 95 %: 0,87–1,30).[25] De las 3285 mujeres con resultados positivos falsos, 1080 se sometieron a cirugía de seguimiento. De las 1080 mujeres sometidas a cirugía de seguimiento, 163 presentaron al menos una complicación grave (15 %). Un total de 1771 mujeres del grupo de intervención (7,7 %) y 1304 en el grupo de atención habitual (5,8 %) notificaron una ooforectomía. Hubo 2924 defunciones por otras causas (excluido el cáncer de ovario, colorrectal y de pulmón) (76,6 por 10 000 años-persona) en el grupo de intervención y 2914 de esas defunciones (76,2 por 10 000 años-persona) en el grupo de atención habitual (cociente de tasas, 1,01; IC 95 %, 0,96–1,06).[24,26]
En el ensayo PLCO, las mujeres con ovarios visualizados tuvieron un riesgo ligeramente más alto de cáncer de ovario (cociente de riesgos instantáneos, 1,42; IC 95%, 1,00–2,01) que las mujeres sin ovarios visualizados.[27] En un análisis anidado, se encontró que el aumento de volumen del ovario se podían detectar 1 a 2 años antes del diagnóstico, pero la magnitud del cambio no parecía transmitirse al abordaje clínico. En conclusión, en las mujeres de la población general de los Estados Unidos los exámenes de detección simultáneos con CA-125 y ETV no redujeron la mortalidad por cáncer de ovario cuando se compararon con la atención habitual.[24]
En el Shizuoka Cohort Study of Ovarian Cancer Screening, se asignaron al azar a 212 mujeres a un grupo de exámenes de detección (n = 41 668) o un grupo de control (n = 40 799) en 212 hospitales de la prefectura Shizuoka en el Japón entre 1985 y 1999. El protocolo de exámenes de detección incluyó ecografías y pruebas de CA-125 cada año. Las mujeres con hallazgos anómalos se derivaron a un oncólogo especializado en ginecología. Los diagnósticos de cáncer de ovario se determinaron mediante la vinculación de registros con el Shizuoka Cancer Registry de 2002. Se usó el archivo de certificado de defunción anual en Shizuoka para verificar el estado vital. La media del tiempo de seguimiento fue de 9,2 años y la media del número de exámenes de detección por mujer fue de 5,4. Se detectaron 35 cánceres de ovario en el grupo de detección y 32 en el grupo control, con una diferencia sin significación estadística en la distribución por estadio. De las mujeres sometidas a exámenes de detección periódicos, 9 % tuvieron al menos un resultado positivo falso.[28] No se dispone de los resultados de mortalidad de este ensayo.
Exámenes de detección de cáncer de ovario con antígeno de cáncer 125 y ecografía transvaginal analizados de acuerdo con el Risk of Ovarian Cancer Algorithm para un resultado positivo de la prueba
En el ensayo UKCTOCS se evaluaron las mediciones longitudinales del antígeno de cáncer 125 (CA-125) usando el Risk of Ovarian Cancer Algorithm (ROCA), en el que una prueba positiva se define como tal cuando hay un aumento estadísticamente significativo en las mediciones en serie de una mujer, cualquiera que sea el nivel absoluto. El objetivo de este abordaje es la detección temprana de cánceres al identificar cambios sutiles en las mediciones de la persona. Para la detección multimodal del UKCTOCS se incorporó un abordaje de dos etapas: ROCA para los exámenes de detección primaria y la ETV como examen de detección secundaria (a partir de los resultados del ROCA) por su efecto en la mortalidad por cáncer de ovario en comparación con la observación sin exámenes de detección. De 50 078 mujeres en el grupo de exámenes de detección multimodal, a 338 se les diagnosticó cáncer de ovario y 148 murieron por la enfermedad. Mientras los exámenes de detección multimodal permitieron detectar 40 % de los cánceres en estadios I, II o IIIA, en el grupo que no se sometió a exámenes de detección se diagnosticó a 26 % de las mujeres en estos estadios (P < 0,0001). En este grupo, menos de 1 % de los exámenes de detección provocaron complicaciones y 3,1 % de las mujeres sufrieron complicaciones quirúrgicas. Con los exámenes de detección multimodal, 14 de 10 000 exámenes de detección condujeron a una cirugía por un resultado positivo falso. En el momento de una mediana de seguimiento de 11,1 años, hubo 0,29 % defunciones con este tipo de detección en comparación con 0,34 % en el grupo de observación. El criterio primario de valoración de la reducción de la mortalidad por los exámenes de detección utilizando el análisis de regresión de Cox indicó una reducción de la mortalidad sin significación estadística de 15 % (IC 95 %, -3 a 30 %; P = 0,10). En el ensayo se realizó un análisis prespecificado en el que se omitieron los casos considerados de prevalencia según las concentraciones iniciales de CA-125. En este análisis de subconjunto se encontró una reducción significativa de la mortalidad de 20 % (IC 95 %, -2 a 40 %; P = 0,021) en comparación con el grupo de observación.[11]
Se realizó un estudio anidado a posteriori en el entorno del ensayo PLCO para determinar si el uso de ROCA podría mejorar la identificación del cáncer de ovario en estadio temprano (estadio I y estadio II).[29] En el estudio se evaluó el posible efecto en dos situaciones: mejor caso y casos de cambio de estadio. Para el análisis de mejor caso, se supuso que todos los cánceres detectados más temprano con ROCA que con concentraciones de un umbral único de CA-125 sería casos que evitaron la muerte. Para los casos de cambio de estadio, se aplicaron las tasas de supervivencia de estadios tempranos observadas en PLCO para los casos detectados en estadios más tempranos al aplicar el ROCA. Cuando se usó el ROCA, el riesgo de muerte por cáncer de ovario fue más bajo, pero los cálculos no fueron estadísticamente significativos (riesgo relativo [RR] de 0,90 para los mejores casos [IC 95 %, 0,69–1,17] y RR de 0,95 para los casos de cambio de estadio [IC 95 %, 0,74–1,23]).
En otro estudio retrospectivo en el que se utilizaron concentraciones anuales de CA-125 del ensayo PLCO, se examinó el posible efecto del algoritmo longitudinal paramétrico empírico de Bayes (PEB) para la detección temprana de 44 casos nuevos de cáncer de ovario identificados en el ensayo PLCO. Cuando se fijó la especificidad en 99 %, el PEB indicó concentraciones "anormales" de CA-125 un promedio de 10 meses más temprano que el valor de corte de umbral único.[30] No se pudo determinar si esto se tradujo en un beneficio para la mortalidad.
En el ensayo PLCO, también se estudió la velocidad del aumento del CA-125 como factor pronóstico de la presentación de un cáncer de ovario con un modelo de regresión logística múltiple.[31] Tanto la velocidad de aumento del CA-125 como los intervalos entre los exámenes de detección se relacionaron con la presentación del cáncer de ovario. El riesgo de cáncer de ovario aumentó a medida en que aumentó la velocidad (medida como u/ml por mes) y disminuyó cuando aumentó el intervalo de tiempo entre los exámenes de detección.
Otros posibles marcadores
Continúa la investigación para encontrar otros biomarcadores, para usar solos o en combinación con las concentraciones de CA-125, que sirvan para la detección temprana del cáncer de ovario. Se evaluó un panel de biomarcadores (CA-125, HE4, transtirretina, CA15.3 y CA72.4) en muestras obtenidas de múltiples cohortes y ensayos aleatorizados, incluso del ensayo PLCO.[23] En los estudios de fases II y III de biomarcadores, se concluyó que el CA-125 continúa siendo el "mejor biomarcador individual" para el cáncer de ovario. En otro estudio retrospectivo y anidado en el ensayo PLCO, que incluyó 118 casos de cáncer de ovario y 8 controles por caso, se evaluaron 7 biomarcadores proteómicos (apolipoproteína A1, transtirretina truncada, transferrina, hepcidina, microglobulina β-2, proteína activadora III del tejido conjuntivo e inhibidor de la cadena pesada inter-alfa-tripsina) además del CA-125.[32] La adición de los siete biomarcadores de proteínas al CA-125 no mejoró la sensibilidad más allá del uso de las concentraciones de CA-125 solas. Esto contrastó con la evaluación preliminar de estos marcadores realizada por este mismo grupo con muestras de sangre posteriores al diagnóstico en lugar de muestras anteriores a este.[33]
Perjuicios de los exámenes de detección
El ensayo PLCO proporciona los datos más confiables hasta la fecha sobre los perjuicios relacionados con los exámenes de detección.[24] La tasa de complicaciones menores relacionadas con la prueba del CA-125 y la ETV, como hematomas o desmayos, se produjo a un ritmo de 58,3 casos cada 10 000 mujeres examinadas con CA-125 y 3,3 casos cada 10 000 mujeres examinadas con ETV. Entre las principales complicaciones relacionadas con los procedimientos de diagnóstico en mujeres con cáncer de ovario, se incluyeron infecciones, hemorragias, lesión intestinal y episodios cardiovasculares. Entre las mujeres a las que se les diagnosticó cáncer de ovario, se notificó por lo menos una complicación grave en 52 % de las mujeres del grupo de atención habitual y en 45 % de las mujeres del grupo de exámenes de detección.
Se presentaron pruebas con resultados positivos falsos en 3285 mujeres, lo que se traduce en una tasa de alrededor de 5 % en cada ciclo de exámenes de detección. La mayoría de los resultados positivos falsos (60 %) fueron de pruebas de ETV. De las 3285 mujeres con resultados positivos falsos, 33 % se sometieron a cirugía. De las 1080 mujeres sometidas a cirugía, 15 % sufrieron 222 complicaciones importantes, con una tasa de 20,6 complicaciones por cada 100 procedimientos quirúrgicos.[24]
Fue más probable que las mujeres del grupo de intervención se hubieran sometido a una ooforectomía que aquellas del grupo control. Las tasas de ooforectomía fueron de 85,7 por 10 000 años-persona en el grupo de exámenes de detección en comparación con 64,2 por 10 000 años-persona en el grupo de atención habitual (cociente de tasas, 1,33; IC 95 %, 1,24–1,43).[24]
Bibliografía
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Modificaciones a este sumario (06/29/2018)
Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este sumario a partir de la fecha arriba indicada.
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Este sumario del PDQ con información sobre el cáncer para profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y con fundamento en datos probatorios sobre la detección del cáncer del cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo. El propósito es servir como fuente de información y ayuda para los médicos que atienden a pacientes de cáncer. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.
Revisores y actualizaciones
El Consejo editorial del PDQ sobre los exámenes de detección y la prevención, cuya función editorial es independiente del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa con regularidad este sumario y, en caso necesario, lo actualiza. Este sumario refleja una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de la política del Instituto Nacional del Cáncer ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Cada mes, los miembros de este Consejo examinan artículos publicados recientemente para determinar si se deben:
- tratar en una reunión,
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Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este sumario se debe enviar mediante el formulario de comunicación en Cancer.gov/espanol del NCI. No comunicarse con los miembros del Consejo para enviar preguntas o comentarios sobre los sumarios. Los miembros del Consejo no responderán a preguntas del público.
Grados de comprobación científica
En algunas referencias bibliográficas de este sumario se indica el grado de comprobación científica. El propósito de estas designaciones es ayudar al lector a evaluar la solidez de los datos probatorios que sustentan el uso de ciertas intervenciones o enfoques. El Consejo editorial del PDQ sobre los exámenes de detección y la prevención emplea un sistema de jerarquización formal para establecer las designaciones del grado de comprobación científica.
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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este sumario del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Exámenes de detección del cáncer de ovario, de trompas de Falopio y primario de peritoneo. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/ovario/pro/deteccion-ovario-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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