Avances significativos para las pacientes con cáncer de ovario avanzado
Tres estudios presentados en ESMO 2019 demuestran que tanto las pacientes con mutación en el gen BRCA como sin esta mutación pueden beneficiarse de añadir un segundo fármaco al tratamiento estándar actual tras la cirugía.
Un año más, el cáncer de ovario vuelve a ser protagonista en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica. En concreto, tal y como ha explicado el doctor Andrés Cervantes, presidente electo de ESMO para el periodo 2022-2023 y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de Valencia, el sábado se han presentado tres estudios europeos con muy resultados muy positivos: el estudio PAOLA-1, el VELIA y el PRIMA. Los tres estudios vienen a incidir que cuando se añade como terapia de mantenimiento, tras la cirugía, un inhibidor de PARP se puede extender la supervivencia libre de progresión en pacientes con cáncer de ovario avanzado. "Y lo hace de manera significativa". De hecho, una de las novedades de estos estudios es que "amplían la inclusión de pacientes que no tiene mutación BRCA", ha subrayado Andrés Cervantes, quien ha resaltado que "el beneficio de añadir inhibidores de PARP es muy importante". De hecho, en uno de los estudios, el tiempo que tarda en progresar la enfermedad supera los tres años, y "el tiempo de ganancia mediana es superior de un año", por lo que nos encontramos ante "un avance muy significativo en el tratamiento de la enfermedad".
PAOLA-1
Así, según los resultados del estudio cooperativo europeo PAOLA-1, que ha contado con la participación de investigadores españoles, tanto en pacientes con mutación BRCA como las que no tienen esta mutación, incluir al tratamiento estándar actual el inhibidor PARP olaparib junto a bevacizumab puede extender la supervivencia libre de progresión en pacientes con cáncer de ovario avanzado. Este es el primer ensayo en fase III que analiza la eficacia y seguridad de un fármaco inhibidor de PARP combinado con bevacizumab como terapia de mantenimiento en primera línea en pacientes con cáncer de ovario con y sin mutaciones en el gen BRCA. En el ensayo han participado 806 pacientes con cáncer de ovario en las fases más avanzadas (III y IV) y respuesta parcial o completa a la quimioterapia convencional basada en platinos con bevacizumab. Después de completar la quimioterapia de primera línea, se asignó a las pacientes al azar en una proporción de 2:1 a recibir olaparib o placebo, ambos en combinación con bevacizumab. Recibieron olaparib durante un periodo de hasta 24 meses, y bevacizumab durante 15 meses en total. La variable de observación principal fue la supervivencia libre de progresión evaluada por los investigadores, es decir, el tiempo hasta la recaída o reaparición de la enfermedad.
La mediana de seguimiento fue de 24 meses en el grupo de olaparib y de 22,7 meses en el brazo de placebo. La mediana de supervivencia libre de progresión fue de 22,1 meses en el grupo de pacientes tratadas con olaparib y de 16,6 meses en el grupo de placebo (tasa de riesgo 0,59; intervalo de confianza 95% 0,49-0,72; p<0,0001).
Según estos datos, la reducción del riesgo de progresión de la enfermedad fue del 41% en el grupo de mujeres que recibió olaparib. "De cada 100 mujeres que experimentaron una recaída en el grupo tratado con bevacizumab y placebo, recayeron 59 en el grupo de olaparib". Un efecto que fue incluso más marcado en aquel subgrupo de mujeres con mutación en el gen BRCA, en las que la reducción del riesgo obtenida al añadir el inhibidor de PARP a bevacizumab alcanzó el 69% (100 recaídas en el grupo control frente a 31 entre las que recibieron el nuevo tratamiento).
Concretamente, la mediana de supervivencia libre de progresión con olaparib llegó a los 37,2 meses en pacientes con mutaciones en BRCA y en pacientes con recombinación homóloga (HRD), otra mutación asociada a buena respuesta a los inhibidores de PARP. "Los resultados en pacientes con HRD sin mutación BRCA identifican, por primera vez, una población de pacientes con mayor beneficio clínico al emplear olaparib añadido a bevacizumab", ha especificado la profesora Isabelle Ray- Coquard, del Centro Leon Bérard y la Universidad Claude Bernard de Lyon (Francia).
PRIMA
Por su parte, el ensayo PRIMA, el investigador principal del cual es el especialista en Oncología Médica en la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, el doctor Antonio González, ha mostrado que el uso de niraparib administrado tras haber completado la quimioterapia de primera línea mejoró de forma significativa la supervivencia libre de progresión. "En este estudio hemos evaluado los beneficios de emplear niraparib tras el tratamiento estándar de cáncer de ovario basado en quimioterapia. Con este nuevo abordaje terapéutico hemos observado una mejora significativa de la supervivencia de las pacientes y una reducción de casi un 40% de su riesgo de recaída", señala el doctor.
El trabajo consistió en añadir niraparib tras el tratamiento convencional de primera línea de quimioterapia para estas pacientes. Niraparib es un potente fármaco inhibidor de PARP (una enzima implicada en la reparación del ADN y la muerte celular) que se emplea como terapia de mantenimiento en mujeres con recaída de cáncer de ovario, tengan o no mutado el gen BRCA (asociado al riesgo de padecer esta enfermedad). A su vez, se estudió también el efecto de este tratamiento en pacientes con un tipo de defecto en la reparación del ADN llamado deficiencia de la recombinación homóloga (HRD). En las pacientes que sí mostraron esta deficiencia (la mitad de las mujeres del estudio), el beneficio del tratamiento fue aún mayor consiguiendo una reducción del riesgo de recaída o progresión de la enfermedad de un 57%.
La Dra. Ana Oaknin, oncóloga médica del Instituto de Oncología Vall d´Hebron (VHIO) de Barcelona, por su parte, en cuanto a las prioridades en la investigación de esta enfermedad, ha destacado que "la supervivencia global a cinco años en cáncer de ovario es de aproximadamente el 45%, y necesitamos estrategias para mejorar esa cifra; creo que el siguiente paso será incorporar la inmunoterapia como parte de la terapia de primera línea. Se esperan resultados de ensayos actualmente en curso en el plazo de unos dos o tres años".
En definitiva, tal y como ha indicado el doctor Andrés Cervantes: "Los tres estudios van a generar una respuesta positiva y esperanza en muchas de nuestras pacientes, con la posibilidad de mejorar su expectativa de supervivencia". De hecho, el cáncer de ovario es el cáncer ginecológico más letal y el quinto más común entre las mujeres. Uno de los principales problemas es que su diagnóstico todavía se produce en fases muy avanzadas de la enfermedad. Aunque se suele responder bien al tratamiento de primera línea, suelen sufrir recaídas menos de dos años después del diagnóstico. A día de hoy, el tratamiento estándar actual para las pacientes con cáncer de ovario avanzado de nuevo diagnóstico suele ser la cirugía y la quimioterapia basada en platino en combinación con bevacizumab, más un ciclo posterior de este mismo fármaco en monoterapia.
Foto: ESMO
por IM Médico Publimas Digital s.l.
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