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miércoles, 17 de junio de 2009
CROHN: terapia biológica
Diariomedico.com
ESPAÑA
La terapia biológica reduce un 20% la cirugía en Crohn
Las terapias biológicas se han incorporado al tratamiento de la enfermedad de Crohn, ya que consiguen que un 30 por ciento de los afectados abandonen los corticoides y que se reduzcan las intervenciones y los ingresos hospitalarios, al igual que los costes.
María R. Lagoa. Vigo - Miércoles, 17 de Junio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. El 40 por ciento de los pacientes con enfermedad de Crohn son graves. La presencia de fístulas perianales es un factor que indica gravedad
2. Se ha comprobado que los corticoides son eficaces en el tratamiento de los brotes agudos pero no en el mantenimiento de los pacientes
Las terapias biológicas han demostrado que son eficaces para el abordaje de los brotes agudos de la enfermedad de Crohn, pero también beneficiosas a medio y largo plazo: reducen un 20 por ciento las intervenciones quirúrgicas y los ingresos hospitalarios, dos de las complicaciones más serias y habituales. Un 30 por ciento de los pacientes pueden incluso abandonar los corticoides.
Estos resultados han propiciado que las terapias biológicas se hayan convertido en el primer tratamiento de elección para los enfermos graves, aunque la tendencia es abrir el abanico de subsidiarios a algunos pacientes. "Permanecen libres de síntomas durante más tiempo y mejoran considerablemente su calidad de vida", ha destacado Manuel Barreiro, especialista de Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, que participa en el Congreso Nacional de Patología Digestiva que se está celebrando en Madrid.
Infliximab y adalimumab son los dos fármacos biológicos que se están utilizando en la actualidad. Barreiro explica que el primero se administra por vía intravenosa cada dos meses, generalmente en un hospital de día. Adalimumab es subcutáneo y el paciente recibe una dosis cada quince días. En cualquier caso, ninguno trastorna de manera significativa la vida cotidiana.
Barreiro ha comentado que la disminución de operaciones quirúrgicas es una importante ventaja "porque el número de cirugías aumenta la complicación de las siguientes intervenciones". Además, ha recordado que la cirugía es un recurso necesario en determinados momentos de crisis pero no cura la enfermedad, ya que "el Crohn puede volver a afectar a la zona operada".
El 40 por ciento de los pacientes con enfermedad de Crohn son graves. La presencia de fístulas perianales es un factor que indica gravedad porque es una afección muy invalidante. Sin embargo, aboga por adelantar el empleo de las terapias biológicas a casos más moderados para evitar que la enfermedad evolucione.
Pasos previos
En este sentido, ha señalado que los grupos más experimentados utilizan este tratamiento más y con mayor margen de seguridad. La medicina introdujo estos fármacos hace aproximadamente diez años para tratar enfermedades reumatológicas y en los últimos cuatro años su uso se ha generalizado en Crohn.
Los corticoides se situaban hasta entonces en la primera línea de tratamiento, pero se ha comprobado que son eficaces en los brotes agudos pero no en el mantenimiento: "Además de que no han demostrado resultados a largo plazo, provocan efectos secundarios importantes como problemas óseos (osteoporosis fundamentalmente) y consecuencias estéticas (cara de luna llena)".
El hecho de que esta dolencia intestinal afecte a personas jóvenes, entre la segunda y la tercera década de la vida, que se ven abocadas a una baja calidad de vida y a un absentismo laboral importante, ha llevado a los investigadores a buscar tratamientos más eficaces y con menos consecuencias adversas. Muchos pacientes que siguen una terapia biológica pueden dejar los corticoides, lo que se traduce en menos ingresos e intervenciones.
No se ha visto un mayor número de tumores
Las infecciones son el principal efecto secundario de los compuestos biológicos y el informe norteamericano Treat no ha verificado que haya un mayor número de cánceres y linfomas en los enfermos sometidos a este tratamiento. Manuel Barreiro coincide en que no está demostrado que puedan causar enfermedad oncológica, pero admite que la literatura médica registra algunos casos: "De todas formas, el factor que parece más determinante para el cáncer es la combinación de inmunosupresores y biológicos".
El problema estriba en que la mitad de los pacientes graves siguen esta estrategia, aunque la monoterapia empieza a abrirse camino: "Una buena salida sería combinar al principio y, transcurridos seis meses, retirar los inmunosupresores".
Por otra parte, el especialista advierte de que los fármacos biológicos no logran una respuesta positiva en todos los casos, por lo que la investigación busca ahora factores predictivos de respuesta. Otro inconveniente es que son pautas terapéuticas costosas para poder mantener un tratamiento durante un periodo prolongado de tiempo.
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