Los avances de la medicina en el campo de la genética, por ende de la herencia, están modificando el paisaje del conocimiento médico de las enfermedades. Este BLOG intenta informar acerca de los avances proveyendo orientación al enfermo y su familia así como información científica al profesional del equipo de salud de habla hispana.
miércoles, 17 de junio de 2009
MEDICINA PSICOSOMÁTICA: cuestión de actitud
Diariomedico.com
ESPAÑA
Medicina psicosomática, cuestión de actitud
Cualquier enfermedad puede ser la expresión de un gran malestar psíquico y viceversa. ¿Están todos los médicos sensibilizados con el manejo integral del paciente que tienen delante? ¿Ponen en práctica la medicina psicosomática? Aunque algunos, como los psiquiatras de enlace y los que lidian habitualmente con el dolor de sus pacientes, están más sensibilizados con ella, lo cierto es que queda un largo camino por recorrer. Mientras, cualquier profesional de la Medicina debería adoptar esta cultura psicosomática y llevarla a la práctica. Aplicarla es cuestión de actitud.
Patricia Morén. Barcelona - Miércoles, 17 de Junio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. Los sujetos activos, estables emocionalmente, responsables y con alta inteligencia viven más años, al margen de los factores de riesgo biológico
2. La satisfacción con la propia vida se asocia a la longevidad en la edad adulta y avanzada, y los estados negativos, a mayor mortandad a esa edad
Aunque algunos, como los psiquiatras de enlace y los que lidian habitualmente con el dolor de sus pacientes, están más sensibilizados con ella, lo cierto es que queda un largo camino por recorrer. Mientras, cualquier profesional de la Medicina debería adoptar esta cultura psicosomática y llevarla a la práctica. Aplicarla es cuestión de actitud.
Medicina psicosomática, cuestión de actitud
"Sea usted feliz. El sufrimiento acorta la vida". Esta podría ser una de las lecciones o mensajes esenciales que se desprenden del XLIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática (SEMP), celebrado en Barcelona.
Esta reunión científica, a la que han acudido 200 profesionales de diversas especialidades, ha vuelto a recordar a la comunidad médica la importancia del binomio mente-cuerpo, a menudo artificialmente disociados por la excesiva super-especialización médica y a los que, en cambio, sí presta atención como un todo indisoluble la medicina psicosomática.
Esta medicina es, en realidad, "toda la medicina", y se dedica tanto a los pacientes con vulnerabilidad psicológica que empeoran de sus enfermedades orgánicas, como a pacientes con enfermedades orgánicas que acaban desembocando en problemas psíquicos y enfermos mentales que desarrollan dolencias orgánicas, según Josep Maria Farré, jefe del Servicio de Psiquiatría del USP Instituto Universitario Dexeus y coorganizador del congreso de la SEMP, junto a Antoni Bulbena, director del Instituto de Atención Psiquiátrica del Hospital del Mar-IMAS.
Vulnerabilidad
Entre los pacientes con vulnerabilidad figuran los hostiles o excesivamente ansiosos y estresados. Cabe recordar que el estrés es "la reina del baile de la medicina psicosomática", en palabras de Farré; se ha asociado, por ejemplo, al colon irritable, mientras que la depresión se ha relacionado con la fibromialgia; en los enfermos de esquizofrenia se han detectado problemas de tiroides y diabetes, debido a la medicación; y se sabe que los sujetos que sufren de soledad tienen más riesgo de morir, según Bulbena.
Con más detalle, Manuel Valdés, del Departamento de Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, ha señalado que "los sujetos activos, estables emocionalmente, responsables e inteligentes viven más años, al margen de los factores de riesgo biológico que tengan".
Es más, "la extroversión, la apertura a la experiencia y la responsabilidad se asocian a la percepción de buena salud, el optimismo disposicional, a una menor mortandad por todas las causas y la satisfacción con la propia vida, a la longevidad en la edad adulta y avanzada".
En cambio, según ha añadido, "los sujetos que describen su vida como estresante presentan una mayor mortandad cardiovascular, por cáncer y por todas las causas" y "la experimentación frecuente de estados negativos se asocia a mayor mortandad en la edad avanzada".
¿Quiénes son en la actualidad los profesionales de la salud más sensibilizados con esta concepción holística del enfermo y con el ejercicio de la medicina psicosomática, que se asemeja bastante a la medicina oriental, según Bulbena?
Sin duda, entre ellos figuran los psiquiatras de enlace, que se hallan en las interconsultas de los hospitales y los centros de primaria, así como otra figura profesional muy importante, la enfermera psiquiátrica, y los psicólogos de la salud. "Vamos creciendo como cultura sanitaria".
Aunque para Farré aún hay que crecer mucho: en su editorial Se hace camino al andar, publicado en la revista de la SEMP, explica que C. Iglesias Echegoyen y otros autores expusieron a partir de la Encuesta en Psiquiatría de Enlace, hecha en 40 centros docentes acreditados españoles, que el 52 por ciento de ellos no contaban con un servicio, sección o unidad del psiquiatra de enlace; el 70 por ciento tenían un único psiquiatra y que éste, en menos de una tercera parte de las veces, estaba acompañado por un psicólogo o una enfermera.
"Además, hay escasa dotación de personal y no se alcanzan las recomendaciones europeas de un psiquiatra de enlace en un hospital general por cada 300 camas; no se cumplen tampoco las referencias internacionales de la existencia de un equipo multidisciplinar. Hay mucho camino por recorrer", sintetiza Farré.
Al margen de la dotación de recursos, la medicina psicosomática es una actitud que debe impregnar a todos los clínicos, sea cual sea su especialidad. Hoy, los que tratan con el dolor de forma habitual, como los oncólogos, los reumatólogos, los médicos de familia y los ginecólogos, suelen estar muy sensibilizados con ella.
Cambiar el pensamiento
"En general, los médicos saben muy bien que depresión y ansiedad conducen al dolor y están preparados para captarlo", pero "la primera tendencia, cuando el paciente tiene dolor crónico y te lo pide, es administrarle un fármaco para aliviarle el dolor", admite Farré.
¿Cómo debería actuar el médico en estos casos? Aunque la farmacología sea un recurso a su alcance, desde el prisma de la medicina psicosomática debería intentar que los pacientes cambien sus pensamientos negativos frente al dolor, que reconstruyan sus pensamientos para adaptarse a él y utilicen técnicas que les distraigan y relajen.
Dolor y malestar
El 60% de los pacientes con depresión experimentan síntomas con dolor. El 30% de los pacientes con dolor crónico pueden tener depresión. El 30% de los pacientes con dolor también presentan ansiedad. Entre el 5% y el 12% de los pacientes con dolor tienen dolor somatoformo Entre el 10 y el 55% de la población padecen dolor crónico.
Dime cómo eres y te diré cuál es tu talón de Aquiles
A cada temperamento y rasgos de personalidad se le asocian determinadas dolencias o riesgo de padecerlas. Según Manuel Valdés, del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, un ejemplo es la hostilidad, actitud identificable como rasgo de personalidad. Valdés ha explicado que los sujetos hostiles tienen mayor riesgo coronario, ictus, hepatopatías e hipertensión, más bajas laborales por causas médicas, más mortandad por todas las causas y más problemas psiquiátricos, así como los ligados al consumo de alcohol y de tóxicos. Otro ejemplo es el neuroticismo, una dimensión temperamental, de base genética identificable y, según la cual, los individuos con un alto neuroticismo presentan más riesgo de sufrir síntomas somáticos y enfermedades médicas, tienen peores hábitos de salud, evolucionan peor, mueren antes y sufren anomalías estructurales en el cerebro. Además, el neuroticismo es una varibale predictora de la aparición de trastornos psiquiátricos. Y cuando éste y la hostilidad se asocian a otras características y rasgos como el pesimismo, la preocupación, los rasgos ansiosos y depresivos, conforman un cóctel explosivo: la afectividad negativa, cuyo resultado son más síntomas somáticos, más trastornos somatoformos, peor evolución de las enfermedades y mayor mortandad por todas las causas, según Valdés.
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