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ESPAÑA
AL AÑADIR IVABRADINA A LA TERAPIA ESTÁNDAR
Reducir la frecuencia cardiaca baja el riesgo de muerte en IC
El estudio Shift, el mayor ensayo sobre insuficiencia cardiaca jamás realizado, ha concluido que añadir ivabradina a la terapia estándar reduce hasta en un 18 por ciento la mortalidad cardiovascular y la hospitalización causada por insuficiencia cardiaca en los pacientes crónicos.
Javier Granda. Estocolmo - Miércoles, 1 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
La adición del agente reductor específico de la frecuencia cardiaca ivabradina a la terapia estándar reduce en más de un 25 por ciento el riesgo de muerte y hospitalización por insuficiencia cardiaca en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica, según datos del estudio Shift, que han sido presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología que se celebra en la capital sueca y publicados en The Lancet.
El estudio Shift -acrónimo en inglés de Ensayo para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca sistólica con el inhibidor If ivabradina- reclutó a más de 6.500 pacientes de 37 países de los cinco continentes, en el mayor ensayo sobre insuficiencia cardiaca jamás realizado. El resultado más destacado fue que el fármaco, al reducir la frecuencia cardiaca, disminuyó de forma significativa (18 por ciento) la mortalidad cardiovascular y la hospitalización causada por insuficiencia cardiaca.
La frecuencia cardiaca, si es elevada, es un importante factor de riesgo, por lo que se ha convertido en un nuevo y relevante objetivo en este campo
Como ha explicado Michel Komajda, profesor de Cardiología de la Universidad Pierre et Marie Curie, de París, "el fármaco comenzó pronto a causar beneficio, mostrando diferencias con el brazo placebo en los tres primeros meses". También redujo en un 26 por ciento la hospitalización causada por insuficiencia cardiaca, porcentaje que se repitió en muerte por esta enfermedad, "con una mejora significativa en el número de eventos en esta población".
El ensayo, aleatorizado y doble ciego, comparó durante 23 meses ivabradina con placebo en el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca de moderada a grave, con una fracción de eyección del ventrículo izquierdo disminuida y frecuencia cardiaca superior a 70 latidos por minuto. Los pacientes reclutados recibieron el fármaco o placebo junto con su tratamiento estándar para la insuficiencia cardiaca: IECA y/o ARA II, betabloqueantes, diuréticos y antagonistas de la aldosterona.
El fármaco está únicamente contraindicado en combinación con agentes cuyo mecanismo de eliminación sea a través del citocromo P450."Los pacientes recibieron el mejor tratamiento posible y los resultados nos han confirmado la eficacia de ivabradina independientemente de la edad, del sexo, de que recibieran tratamiento o no con betabloqueantes, de la etiología o de la clase funcional de la NYHA, con la única excepción de la frecuencia cardiaca basal. Además, el tratamiento con ivabradina fue seguro y bien tolerado por su efectividad selectiva, con una tasa de eventos visuales que afectaron a un número limitado de personas: apenas un 3 por ciento de fosfenos y un 1 por ciento en la rama de pacientes que recibieron el fármaco", ha descrito Komajda, copresidente del comité ejecutivo del ensayo clínico.
"El estudio Shift tiene importantes implicaciones en nuestra práctica clínica, ya que nos indica que la frecuencia cardiaca elevada es perjudicial para los pacientes con insuficiencia cardiaca", ha indicado el profesor Karl Swedberg, de la dirección del Departamento de Emergencia y Medicina Cardiovascular de la Universidad sueca de Goteborg.
En su opinión, debe medirse de forma rutinaria la frecuencia cardiaca de todos los pacientes, ya que, si es elevada, "es un importante factor de riesgo, por lo que se ha convertido en un nuevo y relevante objetivo en este campo". "La frecuencia cardiaca es un biomarcador muy simple al que no se le ha prestado atención y no hacen falta mediciones sofisticadas para controlarlo", ha añadido Komajda. "Es evidente que la reducción de la frecuencia reduce el número de eventos cardiovasculares, por lo que debe perseguirse el objetivo de lograr menos de 60 latidos por minuto "incorporando al tratamiento del paciente ivabradina, con independencia del tratamiento que reciba". El investigador cree que estos resultados se reflejarán en la próxima actualización de las guías europeas de práctica clínica.
MORTALIDAD CRECIENTE
Al menos 15 millones de europeos -entre el 2 y el 3 por ciento de la población general- sufren insuficiencia cardiaca, ha estimado Karl Swedberg, copresidente del estudio Shift; y el número de pacientes crece por el aumento de la esperanza de vida. "A pesar del uso de los tratamientos actuales, tiene una altísima tasa de mortalidad, de alrededor de un 50 por ciento a los cuatro años, y una alta morbilidad, que hace que uno de cada cuatro sea hospitalizado en apenas tres meses. Además, se calcula que provoca el 10 por ciento de todos los ingresos hospitalarios y causa un gasto del 2 por ciento del presupuesto dedicado a salud en los países occidentales".
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