Eritropoyética congénita causada por el gen UROS
El gen ALAS-2 modula la gravedad de la porfiria
Un estudio del Idibaps, que se publica en Blood, pone en evidencia nuevos factores genéticos que pueden modular la gravedad de la porfiria eritropoyética congénita o porfiria de Gunther.
Redacción | 28/11/2011 00:00
Carmen Herrero, Jordi To-Figueras y Celia Badenas, del Idibaps. (DM)
Este tipo de porfiria es un error congénito del metabolismo debido a una deficiencia del gen UROS, la cuarta enzima de la vía de síntesis del hem. La deficiencia causa acumulación de porfirinas y puede inducir presentaciones clínicas moderadas con sólo afectación cutánea o muy graves con anemia hemolítica y severas mutilaciones en el rostro y extremidades. Los investigadores del Idibaps y del Hospital Clínico quisieron profundizar en las causas que hacen que diferentes pacientes con la enfermedad de Gunther a pesar de presentar una misma mutación en el gen UROS puedan experimentar cuadros clínicos tan diferentes.Al analizar cuatro enfermos con el mismo genotipo descubrieron que el paciente con el fenotipo más grave presentaba, además de mutaciones en el gen UROS, una mutación adicional y nueva en el gen ALAS-2.
Este gen es el primero de la vía de síntesis del hem en tejidos eritropoyéticos. Hasta ahora las mutaciones ALAS-2 se sabía que estaban vinculadas a enfermedades como la anemia sideroblástica congénita. Sin embargo, en esta ocasión la mutación encontrada induce una ganancia de función enzimática. De esta manera, la combinación de la deficiencia UROS combinada con un incremento de función ALAS-2 puede llevar a un incremento de la acumulación de porfirinas y, en consecuencia, al agravamiento del fenotipo clínico.
Modulador de gravedad
Los investigadores concluyen que el gen ALAS-2 actuaría como modulador de la gravedad clínica de la porfiria eritropoyética congénita, enfermedad considerada monogénica.
En el artículo publicado en Blood participan otros investigadores del Idibaps- Hospital Clínico, como Celia Badenas y Carmen Herrero, y colaboradores internacionales de Francia (Hospital Louis Mourier, Universidad de París Diderot, Universidad de Burdeos y Universidad de Versailles-Saint Quentin) y de Estados Unidos (Universidad de Florida del Sur).
La revista ha destacado el trabajo en una editorial donde hace un llamamiento a la comunidad médica a prestar especial atención a las posibles interacciones con otros genes de las enfermedades poco frecuentes consideradas monogénicas.
(Blood; 2011; 118[6]: 1443-51).
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