BIOMARCADOR
La proteína tau indica la aparición de demencia en el Alzheimer
Dos nuevos estudios revelan dos biomarcadores tanto en la enfermedad de Alzheimer avanzada como en la forma de inicio tardío.
Redacción. Madrid | 12/05/2016 13:33
Imágines de PET que muestran la presencia de la proteína tau (arriba) y del péptido amiloide beta (debajo). (STM)
La observación de los ovillos neurofibrilares de proteína tau mediante tomografía por emisión de positrones (PET) constituye un buen elemento de predicción de la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Según revela un estudio en el número de Science Translational Medicine de esta semana, mientras que el péptido amiloide beta sigue siendo un marcador esencial para la detección temprana del mal de Alzheimer, la proteína tau puede resultar más útil para el seguimiento de la progresión de la neuropatología y, potencialmente, de la respuesta del paciente a los tratamientos. Así lo ha demostrado un grupo de investigadores, encabezados por Mateo Brier, en la Universidad Washington, en Saint Louis, que ha estudiado con PET a diez pacientes.
La acumulación anormal de péptidos amiloide beta y de proteínas tau en el cerebro constituye el principal responsable de la enfermedad de Alzheimer, pero aún se debate cómo interactúan exactamente ambos para acabar produciendo la muerte de las células cerebrales. Al analizar con PET el amiloide beta en los cerebros de pacientes se ha arrojado cierta luz sobre su función, especialmente durante las primeras etapas de la enfermedad. Aprovechando esas imágenes, los científicos observaron la proteína tau en diez pacientes con la enfermedad y la compararon con imágenes de cerebros de 36 adultos sanos. Frente a las placas de amilode beta, los ovillos de tau en el lóbulo temporal se correlacionaron más estrechamente con un déficit cognitivo, tal como reflejó una serie de pruebas específicas. Además, los depósitos de tau en esta zona cerebral también se encuentran fuertemente asociados a los niveles de tau detectados en el líquido cefalorraquídeo de los pacientes.
Esto resultados, que confirman las hipótesis actuales más comunes en torno a la enfermedad de Alzheimer, proponen que tau es un mejor predictor que el amiloide beta de la aparición de demencia al evolucionar la patología.
Proteína cinasa, en la enfermedad de inicio tardío
Si tau, resulta de ayuda en el pronóstico de la progresión del Alzheimer, ciertas variantes genéticas en la proteína cinasa Ca (PKCa) parecen asociarse a la enfermedad de aparición tardía en algunos pacientes. Un estudio, también en Science Translational Medicine, plantea que la exploración de esas variantes podría revelar las causas subyacentes de la enfermedad de inicio tardío, de las que hasta ahora no se sabe mucho.
Si tau, resulta de ayuda en el pronóstico de la progresión del Alzheimer, ciertas variantes genéticas en la proteína cinasa Ca (PKCa) parecen asociarse a la enfermedad de aparición tardía en algunos pacientes. Un estudio, también en Science Translational Medicine, plantea que la exploración de esas variantes podría revelar las causas subyacentes de la enfermedad de inicio tardío, de las que hasta ahora no se sabe mucho.
Menos del 10 por ciento de los pacientes con Alzheimer tienen la forma de aparición temprana de la enfermedad, que se produce entre las edades de 30 y 65. La enfermedad de inicio precoz se ha relacionado con mutaciones heredadas en el péptido amiloide beta. Sin embargo, los factores genéticos que subyacen a la forma de inicio tardío, que se produce después de los 65 años, siguen siendo en gran parte desconocidos.
Analizando los datos de secuenciación de genomas de 1.345 individuos de 410 familias con la patología de inicio tardío, Stephanie Alfonso y sus colegas en la Universidad de California, en San Diego, descubrieron tres variantes genéticas en PKCa en cinco familias. En esas familias, todas las personas portadoras de una de las variantes PKCa desarrollaron la enfermedad de aparición tardía.
La enzima PKCa se encuentra en todo el organismo, incluso participa en las sinapsis que conectan a las neuronas, pero se duda sobre su papel en la neurodegeneración, ya sea de protección o como desencadenante. Los experimentos sobre secciones de cerebro de ratones que presentan deficiencia de PKCa sugieren que puede ser importante para contrarrestar los efectos tóxicos del péptido amiloide beta en las sinapsis, aunque el mecanismo aún no se ha dilucidado.
Estos investigadores identificaron que las variantes de PKCa raras activan mutaciones que mejoraron la actividad de la enzima, en contraste con la inactivación de mutaciones PKCa, que se encuentran comúnmente en algunos tipos de cáncer.
Los hallazgos apuntan a papeles opuestos de PKCa: una actividad intensa de PKCa puede contribuir a la muerte celular, mientras que su inactividad puede conducir al crecimiento excesivo de células cancerosas. Aunque se necesitan más estudios para definir mejor la función exacta variantes PKCa, estos resultados plantean la posibilidad de que un reposicionamiento de los inhibidores de PKCa, fármacos desarrollados para tratar el cáncer, podría ser útil en la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío.
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