miércoles, 19 de mayo de 2010

Hay que actuar frente a la dislipemia aterogénica - DiarioMedico.com


Isidro López, Adalberto Serrano y Ángel Díaz, del grupo de trabajo de Lípidos de Semergen. Isidro López, Adalberto Serrano y Ángel Díaz, del grupo de trabajo de Lípidos de Semergen. (Covadonga Díaz)

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ESPAÑA
SE DEBE TENER EN CUENTA EL RIESGO RESIDUAL
Hay que actuar frente a la dislipemia aterogénica
El control del riesgo cardiovascular debe basarse en un manejo global de las dislipemias y el riesgo residual para poder reducir la tasa de problemas cardiovasculares en personas de riesgo.


Redacción - Miércoles, 19 de Mayo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

Un abordaje cardiovascular más efectivo exige un tratamiento integral de la dislipemia. Por eso, es necesario actuar no sólo sobre el LDL sino también sobre el HDL y los triglicéridos, incidiendo sobre la dislipemia aterogénica y el riesgo residual. El ácido nicotínico está demostrando efectividad para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares.

Se dispone de nuevos fármacos que, asociados a estatinas, disminuyen el riesgo residual a través del tratamiento integral de la dislipemia

Una de las mesas centrales de las II Jornadas Cardiovasculares de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), cuyo comité organizador ha presidido Miguel Ángel Prieto, del Centro de Salud de Concisos, en Oviedo, ha abordado las nuevas dianas en prevención cardiovascular y el tratamiento integral de la dislipemia. Ángel Díaz, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del centro de salud de Bembibre, en León, coordinador del Grupo de Trabajo de Lípidos de Semergen, y uno de los moderadores de la mesa, ha resaltado la importancia de actuar sobre "todos los parámetros de los lípidos".

Control general
Así, si inicialmente el objetivo primario era la disminución del LDL, ahora se insiste en la importancia de aumentar el HDL y reducir los triglicéridos. De este modo se preconiza actuar sobre la dislipemia aterogénica, "caracterizada por HDL bajo, triglicéridos altos y partículas de LDL pequeñas y densas. Disponemos de nuevos fármacos que, asociados a estatinas, disminuyen el riesgo residual a través del tratamiento integral de la dislipemia", ha explicado Ángel Díaz.

El factor residual es el riesgo que permanece de presentar un problema cardiovascular una vez controlado el LDL, la tensión arterial y la glucosa, y al que contribuye, entre otros factores, la dislipemia aterogénica.

Por lo general, la eficacia de los fibratos en diabéticos es limitada, salvo en el subgrupo con triglicéridos altos y HDL bajo

Adalberto Serrano, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del centro de salud de Repélega, en Portugalete (Vizcaya), y también miembro del Grupo de Lípidos, ha explicado que las guías para el abordaje de la dislipemia recogen como objetivo la actuación sobre todos los parámetros del perfil lipídico. En este sentido, ha explicado que las estatinas consiguen reducir el riesgo de un evento cardiaco "entre un 35 y un 40 por ciento a lo sumo. Sin embargo, cuando se asocian a otros fármacos se consigue una mayor eficacia; en concreto, hasta un 80 ó un 90 por ciento de reducción".

Objetivos ambiciosos
Por su parte, José María Mostaza, especialista en Medicina Interna de la Unidad de Lípidos y Riesgo Cardiovascular del Hospital Carlos III, de Madrid, ha insistido en este aspecto y se ha referido a los fármacos útiles para conseguir objetivos más ambiciosos en el control de la tríada lipídica. Ha explicado que los fibratos de modo general en algunos ensayos no han demostrado eficacia en la reducción de la mortalidad ni de la tasa de eventos cardiovasculares. "Los ensayos se han realizado con pacientes diabéticos y se ha visto que la eficacia es limitada para aumentar el HDL y reducir los triglicéridos".

La explicación de los pobres resultados conseguidos radica en que "son fármacos eficaces cuando los triglicéridos están altos y el HDL bajo, pero los ensayos se realizaron con todo tipo de pacientes diabéticos; cuando analizamos su efecto en el subgrupo que presentaba triglicéridos altos y HDL bajo vemos que son eficaces".

Otro fármaco al que se ha referido es el ácido nicotínico, "con el que se consigue elevar el HDL hasta un 25 por ciento. La diferencia respecto a los fibratos es que además tiene el efecto de que baja entre un 15 y un 20 por ciento el LDL".

El elemento negativo es que provoca sofocos como efecto secundario. "No obstante se ha estudiado ya el mecanismo molecular de este efecto adverso y ahora se comercializan con una presentación que reduce la incidencia de estos sofocos".

La conclusión es que el ácido nicotínico se perfila como un fármaco útil para el abordaje de la arterioesclerosis, "ya que evita que progrese e incluso propiciando que revierta, pero necesitamos ensayos clínicos más amplios para conocer exactamente en qué medida reduce el riesgo cardiovascular".

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