El entrenamiento en fuerza podría estimular los cerebros de las personas mayores
Un estudio halló que el funcionamiento mental de las mujeres mejoró 'significativamente' tras seis meses de clases
Traducido del inglés: martes, 24 de abril, 2012
Pero aunque el levantamiento de pesas supervisado pareció estimular el funcionamiento mental entre las que se enfrentaban a una pérdida incipiente de memoria, los programas de actividad basados en aeróbicos no parecieron conferir un beneficio similar para la salud mental, halló el equipo del estudio.
"La mayoría de estudios han observado el entrenamiento aeróbico, pero este estudio compara el entrenamiento tanto aeróbico como en fuerza", explicó la coautora del estudio Teresa Liu-Ambrose, profesora asistente del departamento de fisioterapia de la Universidad de Columbia Británica. "Y entre las personas que aún no tienen demencia pero que ya están en alto riesgo en términos de pérdida de memoria leve y trastornos de la función ejecutiva, nuestro estudio muestra que el entrenamiento en fuerza, pero no el entrenamiento con aeróbicos, tiene beneficios para la cognición".
Liu-Ambrose, quien también es investigadora del Centro de Salud de la Cadera y Movilidad y del Centro de Investigación sobre el Cerebro de la universidad, y colegas, describen sus hallazgos en la edición del 23 de abril de la revista Archives of Internal Medicine.
Los autores anotaron que la demencia es un inmenso problema de salud pública, y que en algún lugar del mundo cada siete segundos se diagnostica un nuevo caso.
Entre las personas mayores, el deterioro "cognitivo" o mental leve se considera como un indicador de un riesgo futuro de demencia desarrollada del todo, además de una oportunidad para quizás intervenir con alguna forma de tratamiento que pudiera reducir ese riesgo.
Anteriormente, el equipo del estudio había hallado que un año de clases de resistencia (fuerza) dos veces por semana parecía estimular la capacidad cognitiva general entre mujeres mayores mentalmente sanas.
Esta vez, el equipo se enfocó en mujeres de 70 a 80 años de edad que se habían quejado de dificultades con la memoria y que se consideraba que "probablemente" tenían deterioro cognitivo leve.
Durante seis meses, las mujeres participaron en clases de 60 minutos dos veces por semana. Un tercio se asignó al azar a un programa de entrenamiento en fuerza que incluía levantar pesas, un tercio caminaba al aire libre en un programa de aeróbicos, y un tercio tomó clases básicas de equilibrio y tonificación.
77 mujeres completaron el programa, que incluía pruebas estándares de memoria verbal y visual, y tareas de toma de decisiones y resolución de problemas. Casi un tercio se sometió a IRM funcional al inicio y al final del estudio para buscar cambios en la actividad cerebral.
Tras 6 meses, en comparación con las que tomaron las clases de equilibrio y tonificación, se halló que el grupo de entrenamiento en fuerza había experimentado una mejora cognitiva "significativa".
El grupo de entrenamiento en fuerza también experimentó cambios en la actividad en tres partes específicas de la corteza del cerebro asociadas con la conducta cognitiva, hallaron los investigadores. Esos cambios no se observaron en el grupo de equilibrio y tonificación.
En cuanto al grupo de aeróbicos, aunque se citaron mejoras físicas significativas en comparación con el grupo de equilibrio y tonificación, ese grupo no pareció acumular los mismos beneficios mentales que el grupo de entrenamiento en fuerza.
Los autores señalaron que los hallazgos podrían resultar incluso conservadores, dado que muchas mujeres faltaron a clases.
El equipo advirtió que sus hallazgos no necesariamente se apliquen a mujeres de otros grupos de edad, o a los hombres en general.
Catherine Roe, profesora asistente de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis, alabó el esfuerzo como una "avenida de exploración que vale la pena", al mismo tiempo que expresó cierta sorpresa.
"Ciertamente hay otros trabajos que también han sugerido que el ejercicio puede resultar beneficioso para la cognición", anotó. "La participación en la actividad física definitivamente parece ayudar a preservar la memoria y las habilidades de pensamiento".
Por otro lado, apuntó Roe, este estudio "me sorprende porque no puedo pensar de inmediato en un mecanismo que explique por qué un (método de ejercicio) funciona y otro no".
Respecto a ese tema, Liu-Ambrose dijo que por ahora su equipo solo puede plantear hipótesis.
"Quizás el entrenamiento en resistencia requiera más aprendizaje y monitorización por su naturaleza misma", comentó. "Si uno levanta pesas tiene que estar pendiente a las series, las repeticiones, el uso de las máquinas de peso, hay que ajustar el asiento, etc. Pero caminar es mucho más natural para la mayoría, así que hay menos activación cognitiva. Pero en este momento no tenemos una idea clara de qué sucede a nivel mecánico".
Liu-Ambrose también reconoció que los beneficios a un mayor plazo aún se desconocen. "Pero diría que la actividad física general de este tipo es una estrategia bastante promisoria, porque es una de las pocas intervenciones que se pueden administrar de forma global, y es bastante barata en comparación con otros abordajes".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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