ENTREVISTA | Sexualidad masculina
'Los hombres necesitan su propia revolución sexual'
Un hombre besa a su pareja en la cama. | Nigel Riches
- El autor del manual '¿En qué piensan los hombres?' habla sobre la sexualidad masculina
- La falta de deseo sexual es un problema cada vez más frecuente en los hombres
- Viene provocado, entre otras causas, por la monotonía y el miedo a fallar
Beatriz G. Portalatín | Madrid
Actualizado sábado 03/11/2012 05:08 horas
"Necesitan liberarse de tópicos y tabúes, de no ver el sexo como una competición ni como un examen y, sobre todo, de saber decir no sin que ello conlleve ningún problema". Estas son las claves que da el psicólogo José Bustamante para que los hombres se quiten todos los miedos y tapujos que aún colean alrededor de su sexualidad. Porque, "al igual que las mujeres ya han tenido la suya, también los hombres necesitan tener su propia revolución sexual", asegura firmemente.
José Bustamante es psicólogo especialista en sexualidad y pareja, secretario general de la Asociación Española de Especialistas en Sexología y miembro permanente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual. Con su libro, pretende llegar tanto a mujeres como a hombres y derribar mitos como: 'los hombres son simples' o 'piensan todo el rato en lo mimo'. Explicar cómo sienten, cómo actúan, qué les ronda por la cabeza y en definitiva contar en qué piensan los hombres.
Durante una conversación telefónica matiza algo muy importante y, a priori, sorprendente: "Ellos no siempre tienen ganas". Y es que la falta de deseo o apetito sexual en los hombres es un hecho cada vez más frecuente en las consultas de sexología. Además, esta cuestión ocupa el primer capítulo de su libro.
Todo esto se debe, según este experto, a los cambios que ha experimentado la mujer en los últimos años, su llamada 'revolución sexual', como él lo califica. Muchos hombres "se sienten confusos", no saben qué rol les toca asumir ahora. Del mismo modo, afirma que muchos siguen siendo esclavos de ciertos estereotipos y complejos. "Afortunadamente, ahora también son ellas las que toman la iniciativa y el sexo se convierte en una cosa de dos, donde se corresponsabilizan (y se debe hacer) todos los problemas y dificultades que puedan surgir dentro de la pareja”.
Esta pérdida de apetito se define médicamente como deseo sexual hipoactivo y consiste en la "disminución o ausencia de fantasías que provoca malestar en el sujeto y/o la pareja".
La falta de deseo masculina, explica el autor del libro, se produce (causas físicas aparte) por problemas de monotonía y hastío sexual, miedo a fallar, sobre todo si ha habido un traspiés anterior, y muchas otras veces con problemas relacionados con la pareja. Por otro lado, continúa que, a veces, ellos dejan de desear como forma de respuesta a la actitud sumisa que están llevando en la relación, "es como una venganza inconsciente", define.
Pero la falta de apetito no sólo surge en personas con parejas, los solteros también pueden experimentan esta inapetencia sexual. En ellos, el caso más frecuente es ese miedo a fallar o no estar a la altura. Esto se debe, especialmente, a malas experiencias pasadas, a haberse sentido evaluado en alguna ocasión, o a pensar que "ella ha estado con muchos hombres y no podré estar a la altura de las circunstancias". Todo este cúmulo de situaciones hace que también ellos "eviten encuentros sexuales".
Por ello, insiste en que "el hombre debe permitirse decir no". Debe aprender a conocer su respuesta sexual, a no relacionar el deseo con la erección, porque "una cosa es deseo y otra muy distinta la excitación". Pero para solventar esta y otras dificultades que se pueden tener en un determinado momento lo mejor, tal como apuntaba anteriormente el autor de este libro, es corresponsabilizar el problema. Hacer el sexo y los problemas del mismo una cosa de dos. Además, recalca que, tanto hombres como mujeres, debemos interiorizar que el sexo no es ninguna competición ni ningún examen sino una forma total y absolutamente privilegiada de comunicarse. "Hay que volver a incorporar esa parte de emoción a todo acto sexual".
En definitiva, concluye, hay que "quitarse los tabús, conocerse a sí mismos y conquistar la posibilidad de que también ellos pueden fallar alguna vez".
José Bustamante es psicólogo especialista en sexualidad y pareja, secretario general de la Asociación Española de Especialistas en Sexología y miembro permanente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual. Con su libro, pretende llegar tanto a mujeres como a hombres y derribar mitos como: 'los hombres son simples' o 'piensan todo el rato en lo mimo'. Explicar cómo sienten, cómo actúan, qué les ronda por la cabeza y en definitiva contar en qué piensan los hombres.
Durante una conversación telefónica matiza algo muy importante y, a priori, sorprendente: "Ellos no siempre tienen ganas". Y es que la falta de deseo o apetito sexual en los hombres es un hecho cada vez más frecuente en las consultas de sexología. Además, esta cuestión ocupa el primer capítulo de su libro.
Hastío y miedos
Actualmente, explica el especialista, vienen muchos hombres a consulta con problemas que se suponía no eran tan típicos de ellos, como la falta de apetito sexual o la incapacidad para alcanzar orgasmos, cuando la anorgasmia es un problema que aún se relaciona con las mujeres.Todo esto se debe, según este experto, a los cambios que ha experimentado la mujer en los últimos años, su llamada 'revolución sexual', como él lo califica. Muchos hombres "se sienten confusos", no saben qué rol les toca asumir ahora. Del mismo modo, afirma que muchos siguen siendo esclavos de ciertos estereotipos y complejos. "Afortunadamente, ahora también son ellas las que toman la iniciativa y el sexo se convierte en una cosa de dos, donde se corresponsabilizan (y se debe hacer) todos los problemas y dificultades que puedan surgir dentro de la pareja”.
Esta pérdida de apetito se define médicamente como deseo sexual hipoactivo y consiste en la "disminución o ausencia de fantasías que provoca malestar en el sujeto y/o la pareja".
La falta de deseo masculina, explica el autor del libro, se produce (causas físicas aparte) por problemas de monotonía y hastío sexual, miedo a fallar, sobre todo si ha habido un traspiés anterior, y muchas otras veces con problemas relacionados con la pareja. Por otro lado, continúa que, a veces, ellos dejan de desear como forma de respuesta a la actitud sumisa que están llevando en la relación, "es como una venganza inconsciente", define.
Pero la falta de apetito no sólo surge en personas con parejas, los solteros también pueden experimentan esta inapetencia sexual. En ellos, el caso más frecuente es ese miedo a fallar o no estar a la altura. Esto se debe, especialmente, a malas experiencias pasadas, a haberse sentido evaluado en alguna ocasión, o a pensar que "ella ha estado con muchos hombres y no podré estar a la altura de las circunstancias". Todo este cúmulo de situaciones hace que también ellos "eviten encuentros sexuales".
Aprender a decir no
En un hombre con pareja, la excusa más habitual que este suele poner cuando "no tiene ganas es el cansancio del trabajo". Frases como 'estoy agotado por el trabajo', 'tengo aún tareas pendientes que hacer...'. O también se pone la televisión como pretexto: 'Acuéstate tú que ya iré, voy a terminar de ver este programa o este partido'. Pero es difícil que el hombre diga explícitamente no. Y quizá, apunta el experto, "esto sea el mayor problema".Por ello, insiste en que "el hombre debe permitirse decir no". Debe aprender a conocer su respuesta sexual, a no relacionar el deseo con la erección, porque "una cosa es deseo y otra muy distinta la excitación". Pero para solventar esta y otras dificultades que se pueden tener en un determinado momento lo mejor, tal como apuntaba anteriormente el autor de este libro, es corresponsabilizar el problema. Hacer el sexo y los problemas del mismo una cosa de dos. Además, recalca que, tanto hombres como mujeres, debemos interiorizar que el sexo no es ninguna competición ni ningún examen sino una forma total y absolutamente privilegiada de comunicarse. "Hay que volver a incorporar esa parte de emoción a todo acto sexual".
En definitiva, concluye, hay que "quitarse los tabús, conocerse a sí mismos y conquistar la posibilidad de que también ellos pueden fallar alguna vez".
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