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Institutos Nacionales de la Salud
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Para muchos, la 'súper tormenta' Sandy podría cobrar un precio en salud mental
Las personas afectadas por el evento tendrán síntomas que eventualmente desaparecerán, señalan los expertos
Traducido del inglés: jueves, 1 de noviembre, 2012
Los psicólogos afirman que el efecto de toda esta pérdida súbita y violenta sobre las psiques de las personas será contundente.
No solo los que sufrieron la pérdida de un ser querido o de su hogar, sino también las personas que simplemente observaron la cobertura constante de la tormenta, podrían sentirse asustados y afectados, señalan los expertos.
"Como todos los desastres naturales, Sandy se considera como un estresor de criterio 'A1' en los diagnósticos de trastorno por estrés agudo en el primer mes tras el evento, y de trastorno por estrés postraumático (TEPT) al menos un mes tras el evento", señaló Simon Rego, director del entrenamiento en psicología del Centro Médico Montefiore y del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York.
"Anticipo que muchas personas tendrán síntomas de trastorno por estrés agudo aunque no hayan experimentado directamente los efectos de Sandy", añadió. Esto es así particularmente para las personas que tuvieron un ser querido en peligro, o incluso que tan solo lo vieron por televisión, apuntó.
"Incluye síntomas de ansiedad como la irritabilidad, el insomnio, la inquietud, y de disociación, como sentirse entumecido o desapegado de los demás, o sentirse como en una neblina", apuntó Rego.
Además, los síntomas de "reexperimentación" como los recuerdos vívidos y las imágenes perturbadoras se pueden presentar en las personas que estuvieron más cerca de la destrucción. Otros podrían mostrar síntomas de evitación, como tratar de evitar pensar o hablar sobre el huracán, y evitar a ciertas personas o lugares que les recuerdan a los eventos.
Pero muchos de estos efectos son pasajeros. "Afortunadamente, las personas son bastante resilientes, y en muchas de ellas, los síntomas comenzarán a calmarse solos con el tiempo, siempre y cuando cuenten con un sistema de respaldo sano que les permita hablar sobre lo que ocurrió y cómo se sienten al respecto, y se esfuercen por volver a una rutina lo más cercana a lo normal posible, bajo las circunstancias", apuntó Rego.
Sara Rivero-Conil, psicóloga infantil del Hospital Pediátrico de Miami, también enfatizó que "eventos como Sandy pueden ser traumáticos para los niños".
Es esencial que los padres consuelen a los niños directamente afectados por la tormenta, enfatizó. "Dígales que no deben preocuparse, que hay un plan y que estos eventos no ocurren a diario", aconsejó Rivero-Conil.
Los niños también son muy sensibles a la conducta de los padres, y si éstos se muestran ansiosos o deprimidos, los niños sentirán la tensión y también se sentirán ansiosos, señaló.
"Los padres son los héroes de sus hijos", afirmó, así que es importante que siempre mantengan una actitud positiva y que calmen a sus hijos.
Incluso entre los niños que no experimentaron la tormenta de forma directa, ver las imágenes en la televisión puede resultar perturbador. "Los padres no deben permitir a los niños ver la cobertura televisiva de la tormenta", planteó. Papás y mamás también deben enfatizar que los eventos como Sandy son raros, y que no toda tormenta debe ser una fuente de temor.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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