MÁCULA 2016
La visión artificial, hito en retinosis pigmentaria
Terapia génica y celular ofrecen nuevas expectativas ante la degeneración hereditaria más frecuente de la retina.
Antoni Mixoy. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com | 13/06/2016 00:00
Jeroni Nadal, oftalmólogo de la Clínica Barraquer, de Barcelona (DM)
Los avances en la llamada visión artificial, la terapia genética y la terapia con células madre ofrecen nuevas expectativas para la recuperación de la visión en pacientes con retinosis pigmentaria (RP), la causa más frecuente de degeneración hereditaria de la retina.
Esas tres alternativas fueron abordadas en el curso Mácula 2016, celebrado en el Centro de Oftalmología Barraquer, de Barcelona. Jeroni Nadal, coordinador del curso y del Departamento de Retina del centro, señala que visión artificial, terapia génica y terapia celular, por este orden cronológico, "permiten o van a permitir recuperar visión a pacientes con RP".
El grupo de Nadal es el que cuenta con mayor experiencia en España con el Argus II, uno de los dos dispositivos de visión artificial aprobados en la UE y el único en Estados Unidos, donde fue ideado. En Barraquer se ha intervenido a cuatro de los cinco pacientes que llevan este implante epirretiniano en nuestro país -el quinto, en Córdoba- y Nadal califica de "sensacionalmente buena" la experiencia: "Han pasado de la ceguera prácticamente absoluta a poder identificar objetos y movimiento, y dos de ellos son capaces de leer palabras de cuatro o cinco letras de un tamaño de unos 6 centímetros".
El otro tipo de retina artificial es el Alpha-Ims, un implante de colocación subretiniana de diseño alemán "que obtiene unos resultados bastante análogos a los del Argus". Nadal augura "un futuro inmenso" a la visión artificial, "no sólo por estos dos dispositivos, sino por los más de cien grupos que investigan alternativas en este campo".
Amaurosis congénita
Las terapias genética y celular se vienen investigando en las patologías maculares que comportan muerte celular, ya sean por distrofia o por degeneración, como la DMAE. Las nuevas técnicas de procesamiento genético han permitido abaratar los costes de las primeras, cuya aplicación clínica ya está aprobada para otras dos distrofias retinianas, la amaurosis congénita de Leber y la coroideremia, y está cercana para la RP y la enfermedad de Stargardt.
Las terapias genética y celular se vienen investigando en las patologías maculares que comportan muerte celular, ya sean por distrofia o por degeneración, como la DMAE. Las nuevas técnicas de procesamiento genético han permitido abaratar los costes de las primeras, cuya aplicación clínica ya está aprobada para otras dos distrofias retinianas, la amaurosis congénita de Leber y la coroideremia, y está cercana para la RP y la enfermedad de Stargardt.
La terapia génica fue expuesta en el curso por Kanmin Xue, de la Universidad de Oxford, que destacó el potencial de estas técnicas que utilizan un vector -habitualmente un virus atenuado- para inyectar, a nivel subretiniano, genes reprogramados para corregir los defectuosos y evitar la apoptosis de fotorreceptores. El grupo de Xue ha logrado una mejora significativa y mantenida (cuatro años hasta el momento) en varios pacientes con coroideremia.
Algo menos desarrollada está la terapia con células madre, que fue abordada por Lyndon da Cruz, del Hospital Moorfields de Londres. Se investiga con distintos tipos de células pluripotentes, sobre todo con iPS. En este caso, se trata de diferenciarlas en células de epitelio pigmentario o fotorreceptores.
"Frente a la terapia génica, que evita la apoptosis, la ventaja de este abordaje es que permitiría contar con células ahora desaparecidas y así, teóricamente, recuperar la visión", señala Nadal. No obstante, a las dificultades iniciales de tipo inmunológico se ha sumado la de lograr que, una vez proliferan, estas células se sitúen en su disposición habitual, en roseta.
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