La OMS recomienda que los niños no usen pantallas hasta los dos años
La Organización Mundial de la Salud ha publicado, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los niños pequeños pueden pasar viendo la televisión o jugando con un celular, cuánto ejercicio físico deben hacer y cuántas horas deben dormir.
Los niños menores de dos años no deben ver la televisión, ni jugar con pantallas, según las primeras pautas para niños menores de cinco años publicadas por la Organización Mundial de la Salud.
La OMS recomienda que entre los dos y los cinco años los niños usen esos dispositivos como mucho una hora al día. “Si es menos, mejor”, señalan.
Para elaborar las recomendaciones, la OMS ha estudiado 277 artículos médicos y 10 estudios en cinco países con casi 7500 participantes. La guía ofrece recomendaciones sobre el tiempo de juego y de sueño y para reducir el sedentarismo.
“Los comportamientos sedentarios, ya sea usar un transporte motorizado en lugar de andar o ir en bicicleta, estar sentado en el pupitre en la escuela, ver la televisión o jugar con pantallas son cada vez más predominantes y están asociados con la mala salud”, se lee en la guía. “El sueño también influye en el bienestar físico y dormir pocas horas está relacionado con el sobrepeso y la obesidad en la infancia y adolescencia y con problemas mentales entre los adolescentes”.
Los datos disponibles indican que 40 millones de niños menores de cinco años (un 5,9% del total) en el mundo tienen sobrepeso. En los últimos 40 años, la obesidad se ha multiplicado por 10 entre niños y jóvenes de 5 a 19 años.
“Lo que de verdad tenemos que hacer es que los niños vuelvan a jugar”, explica la doctora Juana Willumsen, responsable de obesidad infantil y actividad física para niños. Se trata de reemplazar el tiempo que los niños pasan pasivamente frente a una pantalla por juegos más activos y de asegurarse de que duermen suficientes horas. La OMS no considera como actividades “pasivas” si el niño está, por ejemplo, imitando los movimientos de baile de un video o hablando con una familiar en otro país por el celular, pues existe una “interacción”.
Las recomendaciones, dirigidas a legisladores y profesionales en el ámbito de la salud y la educación, se dividen por edades y cubren las 24 horas del día. Son aplicables a cualquier niño saludable, con independencia del lugar donde vive o su nivel socioeconómico.
Bebés menores de un año
- Al menos 30 minutos boca abajo a lo largo del día.
- No pasar más de una hora sujetos (en cochecitos, sillas o portabebés).
- No se deben usar pantallas.
- Los bebés de 0 a 3 meses deben dormir entre 14 y 17 horas al día. Los de 4 a 11 meses deben dormir de 12 a 16 horas al día.
Niños de 1 y 2 años
- Al menos tres horas de actividad física a lo largo del día.
- No pasar más de una hora sujetos (en cochecitos, sillas o portabebés).
- No se deben usar pantallas hasta los dos años y después, durante una hora al día como máximo
- Dormir de 11 a 14 horas al día, incluyendo siestas.
Niños de 3 y 4 años
- Al menos tres horas de actividad física, de las que una hora debe ser de intensidad moderada a vigorosa
- No pasar más de una hora sujetos o estar sentados durante mucho tiempo.
- No más de una hora de pantallas al día.
- Dormir de 10 a 13 horas.
La falta de actividad física es un factor de riesgo que contribuye al sobrepeso. Se sabe que un 23% de los adultos y un 80% de los adolescentes obesos no se mueven lo suficiente, pero no hay datos comparables para niños pequeños. Sin embargo, se sabe que la primera infancia es un periodo “de rápido desarrollo físico y cognitivo”, en el que se adquieren hábitos y rutinas.
“Mejorar la actividad física, reducir el tiempo de sedentarismo y asegurar al niño un sueño de calidad mejoran su salud física y mental, así como su bienestar en general, previenen la obesidad y otras enfermedades más adelante en la vida”, explicó una de las responsables de la guía, Fiona Bull.
Según los estudios disponibles, los beneficios de pasar menos tiempo viendo la televisión o jugando videojuegos incluyen la “reducción de adiposidad (grasa), mejor desarrollo motor y cognitivo y salud psicosocial”.
La actividad física debe comenzar en los primeros meses de vida. Pasar 30 minutos al día boca abajo ayuda a los bebés a fortalecer el cuello y la espalda, mejorando sus movimientos y reduciendo las posibilidades de deformaciones en el cráneo. Además, si los bebés pasan al menos cinco horas al día moviéndose libremente, se reduce el tejido adiposo.
Además, la OMS distingue entre el tiempo que el niño pasa solo, frente a una pantalla, y el tiempo que pasa haciendo alguna actividad tranquila, pero acompañado de una persona adulta, lo que llaman “tiempo de calidad”. Leer a un niño, contarle cuentos, cantarle o hacer puzles ayuda con su desarrollo intelectual.
“El tiempo sedentario tiene que convertirse en tiempo de calidad. Leer un libro con su hijo, por ejemplo, les puede ayudar a desarrollar sus habilidades de lenguaje”, explica Willumsen. “Un niño al que se le da una tableta para que esté quieto mientras está sentado en el cochecito no está recibiendo lo mismo”, explica.
Fuente: noticiasdelaciencia.com
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