Neurología
José Viña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia. (Enrique Mezquita)
Diariomedico.com
ESPAÑA
La vitamina E no es útil para todos los pacientes con EALa capacidad de cada individuo de absorción de
antioxidantes como la vitamina E determina su utilidad en enfermedad de Alzheimer, según un estudio español que se publica en Journal of Alzheimer's Disease. La molécula glutatión está relacionada con este proceso.Enrique Mezquita. Valencia - Jueves, 11 de Junio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
Desde hace un tiempo es conocido que el estrés oxidativo está presente en los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) y que a mayor estrés, mayor pérdida cognitiva. A partir de esta realidad se abrieron líneas de investigación para comprobar si la administración de vitaminas antioxidantes, como la E, podía ser útil en su abordaje.
En los últimos años varios trabajos han comprobado que algunas manifestaciones de la EA no relacionadas con esa pérdida cognitiva, como caídas, desorientación o pérdida de apetito, mejoran con esa vitamina E y, con ello, ganó fuerza la hipótesis de que suministrarla de forma indiscriminada a los pacientes podría tener resultados beneficios.
Capacidad de absorción
Sin embargo, un grupo de investigación dirigido por José Viña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia, ha demostrado que esa realidad sería contraproducente, ya que su estudio sobre el impacto de la vitamina E en la capacidad cognitiva de los enfermos de EA, publicado en la revista Journal of Alzheimer's Disease, revela variaciones importantes en función de su capacidad para absorberla, llegando a tener incluso consecuencias negativas o de empeoramiento.
En el estudio, realizado en colaboración por los departamentos de Fisiología y Neurología de la Universidad de Valencia, se han analizado 50 pacientes en los últimos seis años.
Para poder comprobar el efecto de la vitamina E y la evolución, "nos hemos basado en el análisis en sangre de un marcador muy potente de estrés oxidativo: la molécula glutatión". Gracias a este método, creado en la propia universidad hace quince años, "hemos podido comprobar que en aquellos pacientes que absorben bien la vitamina E y ésta actúa como antioxidante (se aprecia un impacto positivo en el nivel de oxidación del glutatión), se retrasa la pérdida cognitiva". Sin embargo, "los enfermos sin esta función se quedan igual o, en el peor de los casos, esa pérdida cognitiva incluso progresa más que en el grupo placebo".
Estos datos "confirman que es necesario individualizar el aporte de vitamina E a los afectados de EA" y, para ello, hay que realizar una batería de estudios sobre su estatus oxidativo para ver en cuáles está indicada y en cuáles no. Viña ha reconocido que "los análisis de sangre para observar el estado de oxidación no son sencillos", pero si éstos son factibles, "al cabo de una semana de suministrar vitamina E ya podemos comprobar si se produce o no una mejora".
Futuro
Viña ha señalado que el grupo no ha profundizado en las causas del empeoramiento cuando se suministra vitamina E, por lo que es una línea de investigación que podría retomarse en el futuro. Pero, en su opinión, la evolución a corto y medio plazo en EA y otras enfermedades donde se produce estrés oxidativo pasa por buscar "vías de potenciación de las defensas propias". Y ha añadido que el entrenamiento físico es un campo con grandes posibilidades en este sentido.
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