Escherichia coli.
UROLOGÍA
Infecciones urinarias por E. coli de origen alimentario
JANO.es · 22 Diciembre 2009 09:52
Investigadores canadienses han hallado las mismas cepas de la bacteria en pollos de venta en tiendas y restaurantes que en las mujeres que tienen las infecciones
La bacteria Escherichia coli en alimentos, que generalmente se relaciona con intoxicación alimentaria y el dolor de estómago y la diarrea resultantes, también puede ser la causa de algunas infecciones del tracto urinario.
Investigadores canadienses han hallado las mismas cepas de la bacteria en pollos de tiendas y restaurantes y en las mujeres que tienen las infecciones. No hay evidencia de que se transmitieran los gérmenes directamente a las mujeres a través de los alimentos que consumieron, aunque es posible. Aun así, los hallazgos son los primeros en sugerir una posible relación entre el suministro de alimentos y las infecciones del tracto urinario, señala Amee R. Manges, de la McGill University de Montreal y responsable de un artículo sobre el descubrimiento que aparece en “Emerging Infectious Diseases”.
“Esto parece estar sucediendo con más frecuencia de lo que esperábamos”, asegura Manges. Además, indica, la transmisión por los alimentos podría incrementar la cantidad de infecciones del tracto urinario resistentes a los medicamentos.
Aunque la mayoría de las cepas son inocuas, las cepas peligrosas de E. coli se pueden transmitir por alimentos contaminados en el campo o que no fueron manipulados o cocinados adecuadamente, lo que causa problemas en el sistema digestivo. Es menos conocido que los gérmenes también pueden propagarse al tracto urinario de hombres y mujeres. En las mujeres, puede ocurrir durante el sexo, señalan los autores. “Es posible que las bacterias se desplacen del ano a la vagina y la uretra, y ahí es donde causa la infección”, explican.
Las infecciones en el tracto urinario por transmisión de las heces son más comunes entre individuos debilitados y de mayor edad en las que el riesgo de contaminación fecal del orificio uretral es significativo, sobre todo si hay incontinencia fecal. También es posible que los gérmenes sean transmitidos al ir al baño tras la manipulación de alimentos contaminados.
En su estudio, los investigadores querían determinar si las mismas cepas de E. coli estaban presentes en la carne y en las mujeres que tenían infecciones del tracto urinario. Estudiaron 353 muestras de mujeres canadienses entre los 18 y los 45 que tenían sospecha de infección en el tracto urinario. También examinaron muestras de pollo y melón verde de tiendas y restaurantes de Canadá.
Los investigadores hallaron que varias cepas de E. coli encontradas en las mujeres y los alimentos no se podían distinguir entre sí o estaban estrechamente relacionadas. Pero esto conlleva una gran advertencia. “No hemos demostrado que esta mujer haya comido esta pieza de carne de pollo y que por eso la infección hubiera sido causada por ese alimento”, advierten los autores. Ante la falta de evidencia positiva, “los consumidores deberían tener el cuidado de seguir procedimientos estándares de seguridad alimentaria al preparar carne o consumir alimentos que no estén suficientemente cocinados, como lavarse las manos frecuentemente”, concluyen.
Emerging Infectious Diseases DOI: 10.3201/eid1601.091118 (PDF)
http://www.cdc.gov/eid/content/16/1/pdfs/09-1118.pdf
Emerging Infectious Diseases
McGill University
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario