jueves, 3 de junio de 2010
síndrome de Munchausen - Una enfermedad que desorienta a los médicos / Intramed
02 JUN 10 | Una enfermedad que desorienta a los médicos
¡Socorro...! mi mamá me quiere matar
¿Cómo saber que estamos frente a un niño que padece el síndrome de Munchausen por poder?
IntraMed
¿Cómo saber que estamos frente a un niño que padece el síndrome de Munchausen por poder?
Al médico le resulta difícil imaginar que los padres puedan infligir a su hijo de tal magnitud como para causarle la muerte.
Cuando la clínica no concuerda con la evolución de la enfermedad, por ejemplo si el niño está infectado, la mayoría de las veces se cura con antibiótico en un tiempo limitado, en caso de ser Munchausen vemos que la evolución no es buena y a medida que transcurre el tiempo, no hay mejoría y aparecen signos y síntomas diferentes de la enfermedad.
La enfermedad desorienta a los médicos, ya que ésta no “encaja” en ninguna patología conocida.
La madre está menos alarmada que los médicos y el niño mejora en la ausencia de la madre.
Prólogo
Una niña rubia de unos cuatro años de edad avanza por el pasillo del hospital, sonríe, lleva un globo verde en su mano, las paredes están pintadas de azul con dibujos de figuras ensombrecidas, continúa caminando, todo está diseñado para la aparición de una pesadilla…
En este libro se relatan breves narraciones, con historias basadas en la ficción, ubicadas en varias ciudades del mundo, que nos muestran en forma simple, amena y fascinante, el mundo del horror de los niños que padecieron el Sindrome de Munchausen por poder, y cómo estas madres usaron los mecanismos más macabros, ingeniosos y maquiavélicos para provocar daño a sus hijos.
Es una obra de ficción innovadora, de infusión a nivel popular y abierta, por la claridad de conceptos, a todos los lectores en general, y puede ser leído por todas aquellas personas que tengan interés en adentrarse en una de las formas más terribles y siniestras del abuso y maltrato infantil.
… La niña sigue la línea color naranja, llega a su habitación designada, la madre abre la puerta, luego la ventana y acomoda la cama.
Espero que se asombre con lo que está a punto de descubrir, es un verdadero desafío afrontar esta realidad.
Los piojos y el aeropuerto de la Guardia
He nacido en un área rural de los Estados Unidos de Norteamérica, la granja de mi vecino más próximo está distante, estoy contento con mis animales y pájaros, mi abuela siempre está en el porche sentada, tejiendo, ella habla y ríe poco, subo la escalera de madera de cuatro escalones y me arrojo en sus faldas, hay olor a pasto recién mojado, nubes plomizas acechan la casa de mi abuela.
Al anochecer llegan mis padres, le preguntan a mi abuela si estuve en reposo, ella dice que sí, ya que el clínico me prohibió por el momento cualquier actividad física porque mi corazón late muy rápido…
Hoy es jueves. Llevo cinco días de internación. El corazón comienza a latir nuevamente en forma rápida, concurren varios especialistas a examinarme, dicen que mañana vendrá un pediatra francés, que ha venido al congreso mundial que se realiza en el centro de convenciones, y está considerado el mejor especialista en arritmias cardíacas, o sea cuando el latido del corazón es irregular…
Camino mejor, el corazón late bien, pero a la tarde de hoy viernes comencé con movimientos rítmicos de las manos, luego todos los miembros, con convulsiones, me colocan medicamentos en la vena, me miran a través de un monitor todas las zonas del cerebro para ubicar el área donde se producen las descargas eléctricas. Me quejo mucho, mi panza se ha hinchado brutalmente, no mejoro, mi madre ha corrido las cortinas de la habitación, vuelvo a tener convulsiones, no mejoro, viene el jefe de clínica a controlarme, tengo trastornos respiratorios, se me coloca un tubo en la boca y aspira un líquido blanco que es la leche de la noche. Espero que me trasladen al servicio de terapia intensiva.
El niño fallece a los 4 años de edad. Durante 13 meses fue internado 9 veces por trastornos en la marcha (caminaba como un alcohólico) arritmias cardíacas, durante esta internación no se observó ninguna conducta inapropiada en la madre. En su carrera personal encontraron un jeringa vacía y aspirinas. La autopsia reveló intoxicación con imipramina, un antidepresivo.
El pediatra francés que examinó al niño el día anterior de su deceso planteó tres posibles diagnósticos de la enfermedad del paciente, uno de ellos fue de vital importancia: la madre del niño debía ser vigilada.
Referencias:
Autores: Alejandro Zvi Awad y Sapia Elizabeth Yamila
Dr. Alejandro Awad
Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Residencia en clínica pediátrica, Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Jefe de Residentes, Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Residente Hospital Lincoln, Albert Einstein, Nueva York.
Beca Ministerio de Salud Pública de la Nación.
Médico Especialista en Terapia Intensiva, Universidad del Salvador.
Médico Sanitarista Escuela de Salud Pública de la Nación.
Jefe de Unidad de Clínica Pediátrica, Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Colaborador en trabajos científicos en revistas nacionales e internacionales.
Conferencias en América y Europa.
Ex Director de la Revista del Hospital de Niños de Buenos Aires
Dra. Elizabeth Y. Sapia
Egresada de Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, diploma de honor.
Residencia en clínica pediátrica, Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Jefa de residentes, Instructora de residentes, Jefa de trabajos prácticos del curso de Especialista Universitario, Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Ponencias: Nuevas estrategias de aprendizaje: “Capacitación para residentes de primer año de pediatría mediante espacios interactivos”, 7º Congreso Internacional de Educación Superior, Universidad de Cuba. La Habana, 2010.
Referencias:
Editorial: Dunken ISBN:978-9870231332
72 páginas
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