Salud / 8ª Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama
Mamografía: baja un 31% la mortalidad
Tras dos décadas de un programa modelo, prueban que este método de pesquisa limita los falsos positivos
VIENA.- Los resultados de uno de los programas nacionales de detección más prolongados del Viejo Continente son una buena noticia para el debate mundial sobre la utilidad del control mamario de rutina.
Aquí, en el centro de convenciones de la ciudad a orillas del Danubio, un equipo de expertos de Holanda detalló con precisión estadística cómo la realización de una mamografía cada dos años, entre los 50 y 75 años, redujo un 31% la mortalidad por cáncer de mama, aumentó más de un 30% la detección temprana de los tumores y disminuyó la cantidad de mastectomías (extirpación de las mamas). Además, la pesquisa puso límite al exceso diagnóstico y los "falsos positivos" (resultados que erróneamente indican enfermedad y llevan a estudios innecesarios).
Y todo, según se dijo durante la presentación del relevamiento, a un costo razonable para el sistema de salud. "Los resultados aportan pruebas convincentes de que el programa favoreció la reducción de la mortalidad por cáncer de mama registrada en los últimos 20 años [en Holanda], así como los falsos positivos, a la vez que limitó bastante la proporción de tumores mamarios sobrediagnosticados", sostuvo el doctor Jacques Fracheboud, del Centro Médico de la Universidad de Erasmo, Róterdam, durante la 8a. Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama, el foro científico más importante de Europa sobre la enfermedad.
Diez investigadores a cargo del profesor Harry de Koning compararon los resultados antes y después de 1989, el año de implementación del programa. Los cambios, para los especialistas, coincidieron con lo que habían pronosticado hace 22 años.
"Comparado con el período 1986-1988, previo al programa de screening , la mortalidad por cáncer de mama en las mujeres de entre 55 y 79 años bajó un 31% en 2009 -señaló Fracheboud, que participó del equipo-. Además, detectamos un cambio significativo en la tendencia anual de la mortalidad: antes del programa, crecía un 0,3% anual, mientras que después disminuía un 1,7% cada año. Esto coincidió con una reducción significativa de la tasa de cánceres avanzados al momento de la detección."
Para lograrlo, 3,6 millones de mujeres de entre 50 y 75 años recibieron una carta invitándolas a hacerse una mamografía. Durante ese período, cada vez más mujeres fueron aceptando concurrir al centro más cercano hasta llegar a ocho de cada diez.
En total, se hicieron 13,2 millones de mamografías a 2,9 millones de mujeres. El 1,35% fue derivado a un especialista por hallazgos sospechosos: al 0,72% se le realizó una biopsia y al 0,5% se le diagnosticó la enfermedad. Todo esto representó un 30% de aumento de la detección de los tumores mamarios.
Así, los especialistas estimaron que una mujer de 50 años que se realice dos mamografías por año hasta los 70 (por los 20 años de vigencia del programa) tendría un 6% de riesgo de que alguna vez le detecten algo sospechoso que finalmente no sea cáncer (falso positivo).
Por otro lado, el exceso diagnóstico (detección de tumores que nunca serían un problema para la salud de la mujer) no superó el 2,8% de todos los tumores diagnosticados y se redujo al 8,9% de los cánceres mamarios detectados con la pesquisa.
El doctor David Cameron, que presidió esta reunión científica, elogió estos resultados al decir que "muchos de los estudios fundamentales" sobre esta enfermedad "nunca evaluaron los beneficios de la pesquisa durante 20 años". Por lo tanto, el experto británico aseguró: "Aporta información al debate sobre los riesgos y los beneficios de muchos de los programas nacionales del mundo".
Pero, ¿estos resultados se podrían aplicar a otro país, como la Argentina? "Depende de la organización del sistema de salud público, del programa de pesquisa disponible y de la incidencia del cáncer mamario -respondió Fracheboud a LA NACION-. Aun así, un programa de pesquisa mamográfica en cualquier escenario reducirá la mortalidad por cáncer mamario si la participación de las mujeres invitadas es alta [>70%] y si el examen es de buena calidad técnica, con radiólogos calificados y un sistema de doble lectura."
Efectiva como las terapias
En otro trabajo presentado aquí, una estudiante de doctorado e investigadora del mismo centro comprobó que la mamografía de rutina cada dos años es tan efectiva para salvar vidas como las terapias que se administran después del tratamiento primario, como la cirugía para extirpar el tumor.Con información estadística y una técnica computarizada llamada "microsimulación", el equipo de Rianne de Gelder calculó que mientras la terapia adyuvante reduce un 13,9% la mortalidad, la mamografía cada dos años a partir de los 50 disminuye un 15,7% más la mortalidad.
Y si la pesquisa comenzara a los 40, la mortalidad bajaría un 5,1% más. Un sistema de salud que combine un programa de pesquisa y tratamientos evitaría un 27,4% de las muertes por cáncer mamario si la mamografía de control se realiza a partir de los 50 o hasta un 31,1% si los controles comienzan una década antes.
"El modelo que usamos -explicó de Gelder a LA NACION- incluye las características del cáncer mamario, la pesquisa y los tratamientos del país estudiado. Podemos reemplazar los datos con, por ejemplo, la situación de la Argentina. Ya lo hicimos con países como España, Alemania, Suiza, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, aunque aún con ninguno de América latina.".
Nuevas herramientas
VIENA (De una enviada especial).- Entre las nuevas herramientas terapéuticas para el cáncer de mama presentadas aquí, los organizadores de la 8a Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama destacaron una nueva combinación de fármacos para retrasar el inicio de la quimioterapia y reducir la posibilidad de que el cáncer se disemine en los huesos en mujeres posmenopáusicas con cáncer de mama avanzado (receptores hormonales positivos y HER 2 negativo).
Muchas de esas pacientes desarrollan resistencia a la terapia hormonal que se utiliza para controlar la producción de estrógeno y retrasar el crecimiento del cáncer.
Entonces, la combinación de everolimus (un inhibidor de la proteína mTOR, que permite que las células tumorales sobrevivan y proliferen) y exemestano (un inhibidor de la enzima aromatasa que interviene en la producción de estrógeno).
Juntos, ambos inhibidores logran que las células tumorales pierdan la capacidad de ser inmortales y vuelvan a ser vulnerables a la acción de la terapia hormonal.
En el estudio Bolero-2, presentado en esta ciudad, participaron 724 pacientes de 24 países durante 12 meses.
En el grupo tratado con la combinación terapéutica por vía oral, el 6 por ciento desarrolló metástasis ósea a los 60 días, comparado con el 6 por ciento del grupo tratado solamente con exemestano.
Además, la combinación duplicó el tiempo de sobrevida libre de progresión (de 3,2 meses a 7,4 meses).
La Argentina es el primer país que aprobó el uso de everolimus con esta indicación
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