ESTUDIO | En Europa
Sólo el 2% de los pacientes con dolor crónico acuden a las unidades del dolor
- El 95% de estos enfermos padece síntomas intensos durante más de un año
- Más de cuatro millones de personas padecen dolor crónico en España
El 95% de los pacientes con dolor crónico padece este problema más de un año, según el estudio internacional 'PainSTORY', impulsado por la Federación Europea IASP y Mundipharma. Según los expertos, su abordaje es aún "insuficiente" en España.
Así, el secretario de la Sociedad Española del Dolor (SED), el doctor José Ramón González Escalada, ha precisado que estas personas, a pesar del tratamiento, declara seguir sufriendo un dolor moderado e intenso un año después.
Además, ha lamentado que, a tenor de los resultados de esta muestra, en la que han participado 300 pacientes europeos (25 españoles), la mitad de los pacientes expresara que, en ocasiones, sus dolores son tan intensos que desean morirse.
Según la investigación, seis de cada 10 afectados afirma que el dolor controla su vida y que, por ello, encuentran dificultades para caminar, levantarse, vestirse o dormir. Asimismo, en dos tercios de los entrevistados este problema se traduce en ansiedad y depresión.
En relación a las consecuencias que tienen estos dolores en el aspecto laboral, el 65% manifiesta su miedo a perder su puesto y una tercera parte se ha visto obligada a modificar su método de trabajo. "El dolor está presente y matiza lo que tienen que hacer", ha añadido González Escalada.
Por otro lado, este experto ha denunciado que solamente el 2% de los pacientes con dolor crónico acuden a las unidades del dolor. De la misma opinión es la coordinadora del grupo Opioides de la Sociedad Española del Dolor (SED), la doctora Maria Dolores Rodrigo, quien ha recordado que un tratamiento "incorrecto" cuesta "mucho más" al sistema sanitario.
De esta manera, ha lamentado las reticencias que tienen algunos profesionales y pacientes en torno a los posibles efectos adversos que puedan aparecer tras su administración.
Esta experta ha denunciado también que España está "a la cola" de Europa en cuanto a consumo de opioides potentes --un 5% frente a una media de entre 12 y 14% --. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el consumo medio de este tipo de fármacos es un "buen indicador" del tratamiento para esta problemática, ha añadido.
No obstante, Rodrigo ha advertido de que su consumo tiene que estar estudiado y monitorizado para conseguirse "grandes beneficios". Algunos efectos secundarios que pueden aparecer son depresión respiratoria o dependencia.
Asimismo, ha insistido en que, a pesar de que "la economía nos exige ahorrar, un paciente bien tratado es más productivo, por lo que es necesario potenciar las unidades de dolor, aportando más personal y material".
En este sentido, Gonzalez Escalada ha denunciado la "falta de profesionales" especializados en esta cuestión, por lo que, ha lamentado que si llegan más pacientes a las unidades del dolor, el sistema se "desborda".
Más de cuatro millones de personas padecen dolor crónico en España, un problema que tiene un "elevado impacto" en su vida, en sus familias y en la sociedad, ha señalado el presidente de la SED, el doctor Alberto Camba. "Pero más allá y como se ha puesto al descubierto este estudio, nos preocupa que todavía se siga aceptando el dolor como algo inevitable e intratable, del que no se puede salir", ha insistido.
"Esta epidemia silenciosa no ha recibido en toda Europa la atención que debería, ni por parte de los propios profesionales ni de las autoridades responsables, de forma que es urgente responder de forma coordinada a las necesidades y demandas de este colectivo", ha argumentado.
Así, el secretario de la Sociedad Española del Dolor (SED), el doctor José Ramón González Escalada, ha precisado que estas personas, a pesar del tratamiento, declara seguir sufriendo un dolor moderado e intenso un año después.
Además, ha lamentado que, a tenor de los resultados de esta muestra, en la que han participado 300 pacientes europeos (25 españoles), la mitad de los pacientes expresara que, en ocasiones, sus dolores son tan intensos que desean morirse.
Según la investigación, seis de cada 10 afectados afirma que el dolor controla su vida y que, por ello, encuentran dificultades para caminar, levantarse, vestirse o dormir. Asimismo, en dos tercios de los entrevistados este problema se traduce en ansiedad y depresión.
En relación a las consecuencias que tienen estos dolores en el aspecto laboral, el 65% manifiesta su miedo a perder su puesto y una tercera parte se ha visto obligada a modificar su método de trabajo. "El dolor está presente y matiza lo que tienen que hacer", ha añadido González Escalada.
Por otro lado, este experto ha denunciado que solamente el 2% de los pacientes con dolor crónico acuden a las unidades del dolor. De la misma opinión es la coordinadora del grupo Opioides de la Sociedad Española del Dolor (SED), la doctora Maria Dolores Rodrigo, quien ha recordado que un tratamiento "incorrecto" cuesta "mucho más" al sistema sanitario.
Terapia farmacológica
Esta experta ha destacado también que el tratamiento farmacológico es una parte "fundamental" en el abordaje del dolor. En este sentido, ha defendido la administración de opioides, "que no todos actuan igual", en relación a uno de ellos: la morfina.De esta manera, ha lamentado las reticencias que tienen algunos profesionales y pacientes en torno a los posibles efectos adversos que puedan aparecer tras su administración.
Esta experta ha denunciado también que España está "a la cola" de Europa en cuanto a consumo de opioides potentes --un 5% frente a una media de entre 12 y 14% --. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el consumo medio de este tipo de fármacos es un "buen indicador" del tratamiento para esta problemática, ha añadido.
No obstante, Rodrigo ha advertido de que su consumo tiene que estar estudiado y monitorizado para conseguirse "grandes beneficios". Algunos efectos secundarios que pueden aparecer son depresión respiratoria o dependencia.
No es algo inevitable
Por su parte, el presidente de la Asociación de Dolor Neuropático, Dositeo Méndez, ha reconocido que "las palabras se quedan cortas" a la hora de definir el dolor. Sin embargo, ha lanzado el mensaje de esperanza de que el dolor "no es inevitable" sino que se puede controlar.Asimismo, ha insistido en que, a pesar de que "la economía nos exige ahorrar, un paciente bien tratado es más productivo, por lo que es necesario potenciar las unidades de dolor, aportando más personal y material".
En este sentido, Gonzalez Escalada ha denunciado la "falta de profesionales" especializados en esta cuestión, por lo que, ha lamentado que si llegan más pacientes a las unidades del dolor, el sistema se "desborda".
Más de cuatro millones de personas padecen dolor crónico en España, un problema que tiene un "elevado impacto" en su vida, en sus familias y en la sociedad, ha señalado el presidente de la SED, el doctor Alberto Camba. "Pero más allá y como se ha puesto al descubierto este estudio, nos preocupa que todavía se siga aceptando el dolor como algo inevitable e intratable, del que no se puede salir", ha insistido.
"Esta epidemia silenciosa no ha recibido en toda Europa la atención que debería, ni por parte de los propios profesionales ni de las autoridades responsables, de forma que es urgente responder de forma coordinada a las necesidades y demandas de este colectivo", ha argumentado.
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