LA LEY PERMITE FUMAR EN CENTROS PSIQUIÁTRICOS
Una psiquiatría 'sin humo' es posible
Las personas con un trastorno mental grave mueren unos 25-30 años de media antes que la población general, sobre todo por enfermedades causadas o agravadas habitualmente por el consumo de tabaco. La tasa de fumadores entre enfermos mentales puede llegar al 80 por ciento, mientras que es del 29 por ciento en la población general. El tabaquismo en pacientes psiquiátricos no ha sido un objetivo terapéutico hasta hace pocos años, pero, como señalan numerosos expertos, es posible que estos pacientes dejen de fumar de una forma segura y eficaz.
José Andrés Rodríguez. Barcelona | 25/04/2012 00:00
(Rafa M. Marín)
Tradicionalmente se ha permitido fumar a los enfermos mentales en centros de día, unidades de agudos o centros psiquiátricos de media o larga estancia, ya sea en zonas exteriores, salas acondicionadas especialmente para fumar o, incluso, espacios compartidos como las salas de estar. Pero en la actualidad la ley antitabaco española sólo permite fumar a los pacientes en centros o establecimientos psiquiátricos de media y larga distancia "en las zonas exteriores de sus edificios al aire libre o en una sala cerrada habilitada al efecto".
Uno de los motivos más importantes que explican la tradicional permivisidad con el consumo de tabaco por parte de enfermos mentales en los centros de salud es la creencia de que dejar de fumar supondría un riesgo de descompensación. Pero, como señala Eugeni Bruguera, psiquiatra y jefe de la Unidad de Conductas Adictivas y de la Unidad de Tabaquismo del Hospital Universitario del Valle de Hebrón de Barcelona, "hay suficientes evidencias que nos indican que si se realiza un buen abordaje farmacológico y psicoterapéutico no tiene que producirse una descompensación del trastorno de base".
- Las patologías en las que más elevada es la prevalencia del tabaquismo son la esquizofrenia, los trastornos adictivos y el trastorno bipolar
¿Se descompensan?
El miedo a una posible descompensación o al aumento de la conflictividad en las unidades en las que conviven los pacientes psiquiátricos son algunos de los mitos que habría que erradicar. Así lo asegura Antoni Gual, jefe de la Unidad de Adicciones del Hospital Clínico de Barcelona.
- Los enfermos mentales también pueden dejar el tabaco si se les brinda la ayuda adecuada, y más del 50 por ciento quieren hacerlo
Las alteraciones psiquiátricas en las que más elevada es la prevalencia del tabaquismo son la esquizofrenia, los desordenes adictivos y el trastorno bipolar. Otros trastornos con un importante tabaquismo son los desordenes de personalidad, la ansiedad y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
¿Por qué tanta adicción?
Como explica Montse Ballbè, psicóloga del Hospital Clínico de Barcelona, aún no se conocen exactamente los motivos de la importante adicción al tabaco de estos pacientes, "aunque se cree que el tabaco podría ser una especie de automedicación que permite rebajar la ansiedad. En el caso de las personas con esquizofrenia podría aliviar algunos de los efectos secundarios de la medicación. Sin olvidar que los pacientes ingresados están muchas horas sin hacer nada, así que fumar les ayudaría a sobrellevar el aburrimiento".
- Montse Balbè, "Para que estos pacientes dejen de fumar se emplean los mismos fármacos"
15-20 cigarrillos al día
"Fuman más de 15-20 cigarrillos al día, empiezan a fumar muy pronto por la mañana y apuran más el cigarrillo". Por tanto, teniendo en cuenta el grado de tabaquismo y el hecho de que estas personas sufren una enfermedad mental, es aconsejable iniciar la deshabituación "cuando están psiquiátricamente estabilizados".
El tratamiento para que estos pacientes dejen de fumar es el mismo que el que sigue la población general. "Se emplean los mismos fármacos", señala Ballbè, ya sean sustitutos de la nicotina como los chicles o los comprimidos, el bupropión o la vareniclina.
- Antoni Gual, "Creer que no van a conseguir dejar de fumar es un mito a desterrar (...), pero no se les puede obligar"
Es importante, en todo caso, "tener presentes las contraindicaciones de los fármacos. Y quizás la única diferencia en el tratamiento sea que éste debe más intensivo, con más visitas y un seguimiento más prolongado. Un tratamiento, en definitiva, que esté más adaptado al paciente", apunta esta psicóloga del Clínico barcelonés. Además, hay que tener en cuenta que el síndrome de abstinencia puede ser más duro en estos pacientes.
"Probablemente, porque el patrón de consumo es más intenso, existe una dependencia física más severa y los pacientes con problemas psiquiátricos tienen menos habilidades para gestionar sus ganas de fumar", señala, por su parte, Bruguera, del Valle de Hebrón.
TRES ABORDAJES Y UN MISMO OBJETIVO
Como señala la Guía de intervención clínica en el consumo de tabaco en pacientes con trastorno mental, hay tres abordajes:Sensibilización: en pacientes que no se plantean dejar de fumar se recomienda realizar intervenciones de carácter motivacional. Reducción: en pacientes que no se plantean dejar de fumar se puede proponer una reducción del consumo con el objetivo de aumentar la motivación para dejarlo. En los pacientes que quieren dejar de fumar, la reducción puede ser el paso previo para conseguirlo. El cese del consumo es el objetivo final, y la reducción progresiva debe llegar al menos al 50% del consumo.Cese: es el objetivo final. El cese del consumo puede estar precedido de una reducción del mismo y se puede llevar a cabo de forma complementaria con intervenciones motivacionales.
GUÍA DE INTERVENCIÓN EN TRASTORNO MENTAL
El Grupo de Trabajo de Tabaco y Salud Mental de la Red Catalana de Hospitales sin Tabaco se creó en 2009 con el apoyo del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña para avanzar en el control del tabaquismo en los centros de salud. Como señala Montse Ballbè, "el motivo de la creación de este grupo de trabajo fue que numerosos médicos, psiquiatras, psicólogos y enfermeros, tanto de la red como de fuera de ella, veíamos que no se estaba haciendo todo lo posible para eliminar el tabaco de los centros de salud mental". Fruto del esfuerzo de este grupo es la Guía de intervención clínica en el consumo de tabaco en pacientes con trastorno mental, en la cual se recogen los principios y recomendaciones para un buen control del tabaquismo en los centros tanto en aspectos como el control de los espacios, la intervención sobre el consumo y la formación de los profesionales. Esta guía, coordinada por Montse Ballbè y Antonia Gual, ha contado con la participación de numerosos expertos, entre ellos Eugeni Bruguera.
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