DINAMARCA | Contra los tumores de piel
Aspirina sigue ampliando sus propiedades contra el cáncer
- Un estudio detecta un menor riesgo de carcinoma escamoso y de melanoma
- Los expertos señalan que la mejor estrategia es no abusar del sol
Con algunas cautelas, pero la aspirina acaba de ampliar un poco más sus propiedades contra el cáncer. Si hasta ahora se conocía bien su efecto protector frente a tumores de colon, en esta ocasión una investigación danesa acaba de demostrar que el popular ácido acetilsalicílico también puede prevenir algunos tumores de piel.
El nuevo estudio, que acaba de ver la luz en una de las revistas más prestigiosas ('Cancer'), tiene a su favor el amplio número de personas evaluadas (más de 200.000 inscritas en un registro poblacional danés). En contra, sin embargo, que no ha evaluado la influencia de otros factores clave, como la exposición al sol de estas personas, o incluso qué mecanismos biológicos están detrás de esta protección.
Sigrún Alba Jóhannesdóttir y su equipo, del Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca), emplearon una amplísima base de datos poblacional para evaluar el efecto de varios antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno...) en la incidencia de distintos tipos de tumores de piel.
Y sus conclusiones muestran que las personas que más (y durante más tiempo) tomaron estos analgésicos, más protegidas estaban frente a un diagnóstico de carcinoma basal (el cáncer de piel más habitual, y también el más benigno), carcinoma escamoso o el agresivo melanoma (el cáncer de piel más mortífero).
Concretamente, quienes más antiinflamatorios tomaron, mostraban una reducción del 15% en la incidencia de carcinomas escamosos y un 13% en el caso del melanoma. Curiosamente, para el carcinoma basal, no se apreció una reducción del riesgo en términos generales; sin embargo, sí se observó que estos fármacos reducían la aparición de estos tumores en zonas de la piel no expuestas al sol.
Los propios autores admiten que sus resultados son preliminares, pero sí insisten en que abren una nueva puerta a investigar sobre el papel antitumoral de la aspirina. En lo que insisten tanto ellos como otros especialistas es en que el mensaje de prevención del cáncer de piel no se modifica un ápice con estos resultados: protegerse de la exposición a las radiaciones solares sigue siendo el método más seguro para evitar males mayores.
Como explica Jennifer Lin, una dermatóloga sin relación con el estudio en declaraciones a la cadena estadounidense CNN, podría haber una explicación biológica real detrás de la protección que se aprecia en el trabajo, "pero de momento es muy pronto para decirles a los pacientes con cáncer de piel que tomen este tipo de antiinflamatorios".
El propio Jóhannesdóttir admite que en el estudio faltan datos clave para que sus conclusiones puedan ser definitivas. Entre otras cosas, la información sobre el consumo de aspirina estaban basados en autocuestionarios, y tampoco disponían de datos sobre exposición al sol u otros factores de riesgo.
El nuevo estudio, que acaba de ver la luz en una de las revistas más prestigiosas ('Cancer'), tiene a su favor el amplio número de personas evaluadas (más de 200.000 inscritas en un registro poblacional danés). En contra, sin embargo, que no ha evaluado la influencia de otros factores clave, como la exposición al sol de estas personas, o incluso qué mecanismos biológicos están detrás de esta protección.
Sigrún Alba Jóhannesdóttir y su equipo, del Hospital Universitario de Aarhus (Dinamarca), emplearon una amplísima base de datos poblacional para evaluar el efecto de varios antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno...) en la incidencia de distintos tipos de tumores de piel.
Y sus conclusiones muestran que las personas que más (y durante más tiempo) tomaron estos analgésicos, más protegidas estaban frente a un diagnóstico de carcinoma basal (el cáncer de piel más habitual, y también el más benigno), carcinoma escamoso o el agresivo melanoma (el cáncer de piel más mortífero).
Concretamente, quienes más antiinflamatorios tomaron, mostraban una reducción del 15% en la incidencia de carcinomas escamosos y un 13% en el caso del melanoma. Curiosamente, para el carcinoma basal, no se apreció una reducción del riesgo en términos generales; sin embargo, sí se observó que estos fármacos reducían la aparición de estos tumores en zonas de la piel no expuestas al sol.
Los propios autores admiten que sus resultados son preliminares, pero sí insisten en que abren una nueva puerta a investigar sobre el papel antitumoral de la aspirina. En lo que insisten tanto ellos como otros especialistas es en que el mensaje de prevención del cáncer de piel no se modifica un ápice con estos resultados: protegerse de la exposición a las radiaciones solares sigue siendo el método más seguro para evitar males mayores.
Como explica Jennifer Lin, una dermatóloga sin relación con el estudio en declaraciones a la cadena estadounidense CNN, podría haber una explicación biológica real detrás de la protección que se aprecia en el trabajo, "pero de momento es muy pronto para decirles a los pacientes con cáncer de piel que tomen este tipo de antiinflamatorios".
El propio Jóhannesdóttir admite que en el estudio faltan datos clave para que sus conclusiones puedan ser definitivas. Entre otras cosas, la información sobre el consumo de aspirina estaban basados en autocuestionarios, y tampoco disponían de datos sobre exposición al sol u otros factores de riesgo.
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