Ultradistancia, ultrasalud

Los pies de un atleta tras una carrera de 100 kilómetros en California KEVIN STEELE

Me llamo Pep Sánchez, soy atleta de ultradistancia y he completado algunos de los mayores desafíos de resistencia del mundo. Suelo entrenar unas 20 horas semanales, a veces más, dependiendo de cuál sea el próximo objetivo. Llevo unos 15 años en el mundo del ultrafondo, he completado más de 15 ironman -un triatlón que consta de 3,8 kilómetros de natación en mar abierto, 180 en bicicleta y 42 corriendo (un maratón), todo ello sin descanso y con un tiempo limite de 15 horas-. Para muchos, una auténtica locura, para mí también lo fue.

La satisfacción de lograr un objetivo, un reto con el que sueñas, es indescriptible y dura de por vida, pero también me produce un vacío: ¿Y ahora que? Debo, quiero y sueño por superarme, no tardo en fijar otro objetivo, la mayoría de las veces mayor que el anterior, una fecha que calme este vacío y otro reto motivamente por el que luchar.

Ultraman (casi el triple de distancia que un ironman), EPIC-5 (cincoironman en cinco días en Hawai), 1.000 kilómetros en bici sin parar en menos de 40 horas, dos campeonatos del mundo de raids de aventura (competiciones con varias disciplinas deportivas, donde podemos estar más de una semana nonstop, sin apenas dormir una hora al día)... Son algunos de los desafíos que he completado hasta ahora. La ilusión, motivación y salud están intactas, pero algo ha cambiado: mi cuerpo y mente se han curtido a base de entrenamiento y vivencias. Mi primer ironman fue el reto de mi vida, nunca creí que lo conseguiría, hoy es un entrenamiento duro, así lo siento, por prepotente que parezca.

Creo firmemente que este estilo de vida sólo me produce beneficios, mis sensaciones físicas y fortaleza mental han aumentado de una manera brutal. Todos tenemos límites, también hay cosas imposibles, pero generalmente no creemos, ni sabemos, lo lejos que podemos llegar.

Me dicen demasiado a menudo "tanto deporte no puede ser bueno","cómo tendrás las rodillas con 50 años", "dormir poco acorta la vida"... Me guío por las sensaciones que tengo, las adaptaciones que mi cuerpo y mente han tenido en todos estos años practicando ultrafondo. Me siento muy fuerte, sin dolores, nunca enfermo, cada vez mi resistencia y fortaleza mental son mayores, problemas pequeños que antes veía grandes, hoy vuelven a ser pequeños. Mi optimismo y positivismo son extremos, me siento tan vivo que me sobra inspiración y motivación, los que me siguen a diario en las redes sociales, lo saben.

Tan sólo temo que mañana la motivación decaiga. Sé que lo es todo, cuando el disfrute se convierte en sacrificio, todo cuesta más, sigue siendo posible, pero con más dificultades. Sé que algún día, mi médico me mandará parar, ese día cambiaré de médico.