El estiércol de vaca es de uso común en agricultura. Sin embargo, el estiércol de las vacas lecheras contiene un número significativo de nuevos genes resistentes a los antibióticos (AR) procedentes de las bacterias de los intestinos del animal. Este hecho podría suponer un riesgo ya que estos genes resistentes a los antibióticos se podrían transferir a las bacterias del suelo, según un estudio realizado por investigadores estadounidenses de la Universidad de Yale presentado en la revista mBio.
Los investigadores han identificado 80 genes funcionales AR específicos en el estiércol de las vacas lecheras. Estos genes provocaron resistencia en una cepa de laboratorio de Escherichia coli a uno de los cuatro antibióticos utilizados. Casi tres cuartas partes de estos genes poseían secuencias que estaban lejanamente emparentadas con los genes resistentes conocidos hasta la fecha. Además, los investigadores han descubierto una nueva familia de genes que conferían resistencia a las bacterias al cloranfenicol, antibiótico utilizado habitualmente para tratar las infecciones respiratorias de la ganadería.
«La diversidad de los genes que hallamos es significativa por sí misma si tenemos en cuenta que analizamos solo cinco muestras de estiércol», afirmó la autora principal del estudio Jo Handelsman. «Si embargo, estos genes se encuentran evolutivamente alejados de los genes que ya teníamos registrados en las bases de datos genéticas». Esto podría indicar que los genes AR recientemente identificados no suponen una amenaza para los humanos en la actualidad. No obstante, los investigadores no descartan por completo todavía la posibilidad de que exista algún riesgo para los humanos. Algunas de las bacterias del estiércol podrían ser patógenas para los seres humanos y supondrían un problema si adquirieran resistencia a los antibióticos. Además, las bacterias benignas podrían transferir los genes resistentes a patógenos presentes en el suelo, la comida o en los humanos.
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